El adepto, salido de las tinieblas infernales, puede reemprender el camino del perfeccionamiento, como Dante, el divino poeta, cuando salió «a mirar otra vez las estrellas». Del mismo modo, el seguidor de la verdadera Alquimia puede admirar las maravillas del cielo interior.
Allí dentro, los planetas, es decir, los siete metales, o caracteres psicológicos, tras haber sido pulidos de las escorias por medio de las mismas operaciones descritas en la fase 14, brillan cada uno con su propia luz. Así purificados, aquello que inicialmente eran vicios se han convertido en virtudes.
HACIA EL EQUILIBRIO DE LOS CARACTERES
Además de los siete planetas, en esta carta se observa un octavo cuerpo celeste más resplandeciente; representa la unión del azufre, la sal y el mercurio, es decir, alma, espíritu y cuerpo. Así, los tres sostenes del ser han sido refinados o, por decirlo mejor, han sido llevados a un estado de equilibrio perfecto con los planetas. Sin embargo, esta unión equilibrada, hecha posible gracias a todas las pruebas que el adepto ha superado, permite experimentar sin peligros el viaje al mundo ultra-terreno, desde el momento en el que se ha comprendido cómo guiar al alma espiritual fuera del cuerpo. Hay quien emplea talismanes planetarios, así como palabras secretas, para protegerse de los eventuales peligros, pero semejante práctica es desaconsejable, porque liga el resultado final a objetos externos, creando de este modo una dependencia psíquica: es mejor confiar sólo en las propias fuerzas. Gracias al viaje astral se obtienen nuevos conocimientos sobre realidades invisibles que nos rodean, pero no todos se contentan con los misterios de este arcano.
EL LAVADO CON AGUA CRISÚLEA
Para muchos adeptos, esta etapa representa una meta satisfactoria. Quien intente proseguir sobre el camino del Arte Real debe efectuar un primer lavado con agua crisúlea, una sustancia espiritual que se comporta como el ácido nítrico y cuya acción consiste en desnudar completamente al adepto. Es una metáfora, obviamente, para describir un rito de balneoterapia similar al ya descrito en la fase 14; en este caso, sin embargo, el fin de la operación es separar el oro de la plata, es decir, la parte femenina (lunar e irracional) de la masculina (solar y racional).
SIMBOLOGÍA BÁSICA
Otros nombres: El Cielo Interior.
Sustancias místicas asociadas: Agua crisúlea.
Fase operativa: Decimoséptima.
Carácter del ritual: Viaje astral.
Efecto de la operación: Euritmia entre espíritu, alma y cuerpo.
←SIMBOLISMO ALQUÍMICO DE LOS ARCANOS MAYORES DEL TAROT