Siéntate con la espalda recta, las piernas paralelas y las manos apoyadas sobre los muslos. Coloca La Muerte frente a ti, sobre la mesa o en un atril. Enciende una vela de color verdeazulado, color que vibra en consonancia con el arcano, y prende unos carbones en un incensario para quemar un poco de benjuí, que es el perfume que vibra en sintonía con él.
Concentra tu atención en el arcano y dota de intensidad a sus formas y colores, hasta que se vuelvan más consistentes y nítidos. Mira el suelo enlosado, en el que aparecen a medio enterrar algunas lápidas; fíjate en las calaveras, la columna inclinada, las joyas y la espada rotas que están en primer término, y en el reloj que parece detenido y que emerge del suelo de piedra.
Dirige tu mirada al esqueleto que, de pie en el centro de la carta, sostiene una guadaña con la mano izquierda y un pájaro negro con la derecha, y date cuenta de que parece sonreírte con su boca descarnada.
Tras él fluyen las aguas de un río, reflejando los primero rayos de sol del amanecer que surge para iluminar el oscuro espacio cuajado de estrellas y planetas. Detén tu mirada en el filo de la guadaña que, al recibir los primeros rayos del sol, produce un fuerte destello que te obliga a cerrar los ojos; aparece en tu frente ese peculiar cosquilleo que te indica que estás entrando en estado de meditación.
Da un paso al frente y entra en el arcano. Sentirás un escalofrío cuando el esqueleto fije sus cuencas vacías en tus ojos; luego, dejará volar al pájaro y arrancará la máscara que cubre su rostro, impuesta por la ignorancia humana. Tras ella aparece el hermoso rostro del arcángel Samael, renovador de los cuerpos y las experiencias para que podamos completar el aprendizaje en el mundo de la materia, el que siempre está dispuesto a darnos otra oportunidad. Esta visión te ayudará a perder el miedo a la muerte, transformándola en parte del ciclo de la vida.
Si lo que deseas es entrar en contacto con un ser amado desaparecido, hazlo ahora bajo la protección de este arcángel. Invoca la presencia del fallecido en la orilla opuesta del río, por la que el sol se oculta y le verás aparecer cubierto por su túnica blanca. Samael se hará a un lado para que te acerques a la orilla del río, desde la que podrás dialogar con este ser.
Cuando quieras finalizar la conversación ordena al difunto que se retire; luego, mira cómo el arcángel se coloca de nuevo la máscara, agradécele su ayuda, da un paso atrás y termina meditación.
SIMBOLOGÍA BÁSICA
Función del arcano: Perder el temor a la muerte. Contactar con los antepasados.
Representa: Las transformaciones, los cambios drásticos y la muerte.
Despierta: El sentido de la inmortalidad y la capacidad para cambiar.
Desarrolla: Actividad, tenacidad, valor, previsión, prudencia, psiquismo.
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