La joven a la que vemos domar un león, apretándole las fauces sin esfuerzo, simboliza la fuerza vital que anima al individuo desde su nacimiento y que, con el tiempo, se desarrolla y evoluciona de un modo totalmente desordenado, obedeciendo a los instintos primarios (sed, sexo, instinto de conservación).
Los alquimistas llaman a esta fuerza «Fuego Acuoso», porque tiene una capacidad de adaptación parecida a la del agua; sigue los canales de las venas y los nervios e invade los centros vitales del cuerpo; pero si se deja en estado impuro, produce efectos nocivos tanto en el cuerpo como en la psique.
LA COCCIÓN DEL ADEPTO
El adepto, a diferencia del individuo común, doma el Fuego Acuoso, es decir, extrae el ardor de su interior sin apagar el fuego. El método es similar a la cocción en una olla a presión: el calor hace hervir el agua que, al calentarse, genera un vapor que amenaza con hacer explotar la olla; por ello es necesario un escape, simbolizado aquí por la boca del león.
En la práctica, el adepto, a través de los oportunos ejercicios físicos (respiración controlada, emisión de vocales alargadas o de gritos guturales, como es práctica común en las artes marciales) hace vibrar el cuerpo entero y elimina las escorias del Fuego. Esta operación se traduce en una acumulación de energía purificada.
DOMAR LA VIOLENCIA CON LA DULZURA
Para el adepto, el trabajo de cocción no es necesariamente cotidiano, pero debe seguir unas pautas constantes y ordenadas, a días y horas establecidos. Desde las primeras experiencias, las fuerzas psíquica y física empiezan a acumularse en el organismo sin generar tensiones internas: la necesidad de expulsión disminuye, porque el Fuego Acuoso se hace cada vez más límpido; no por ello se interrumpe el trabajo, que, por el contrario, se lleva adelante durante toda la vida. Así, al disponer de una «reserva de energía pulida», el adepto puede enfrentarse a obstáculos y adversarios sin recurrir a la fuerza física; tal vez dichos obstáculos se desharán como la nieve al sol, y los adversarios más duros se convertirán en mansas fieras, o incluso en amigos fieles. Pero no hay que descuidarse: a pesar de todo, seguirán siendo fieras peligrosas.
SIMBOLOGÍA BÁSICA
Otros nombres: La Energía Interior.
Sustancias místicas asociadas: Fuego Acuoso, Coctio (cocción).
Fase operativa: Undécima.
Carácter del ritual: Purificación de los instintos.
Efecto de la operación: Acumulación de energía.
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