V – EL PAPA – SIMBOLISMO MEDITATIVO. |

Siéntate cómodamente procurando no cruzar los brazos ni piernas, en la denominada posición del faraón. A continuación coloca frente a ti el arcano de El Papa sobre un atril, o de cualquier otro modo que te permita contemplarlo con comodidad. Enciende ahora una vela de color rojo-anaranjado, el color de este arcano, y unos carbones, en los que quemarás una pizca de estoraque, el perfume que sintoniza con él.

Respira profundamente mientras observas a El Papa y te relajas. Una vez en calma, imagina cómo la carta va aumentando de tamaño, lentamente, hasta invadir todo tu campo visual, y, mientras la observas, los colores se hacen más vivos, las formas se definen y percibes cada uno de los detalles de los rostros de los personajes.

Lentamente, la imagen se torna más vívida. Contempla el brillo de las estrellas que se ven a través de las ventanas del templo, y observa al Sumo Pontífice luciendo una tiara con los emblemas del Sol y la Luna, y su rostro impasible, enmarcado en la oscuridad de la noche que se ve tras el arco del santuario. Siente cómo el haz de luz de su mirada se hace cada vez más potente hasta invadirlo todo, provocándote un ligero cosquilleo en la frente que te obliga a parpadear y a cerrar los ojos.

Visualízate a ti mismo dando un paso al frente y penetrando en el arcano. Ábrete paso entre la multitud hasta encontrarte de frente con El Papa. Él es tu consejero espiritual, y es el momento de pedirle consejo sobre cualquier problema que se te haya presentado durante tu vida. También puedes pedirle información sobre los temas filosóficos, espirituales o éticos que te preocupen; pregunta, y mantente receptivo hasta recibir una respuesta que puede llegar en forma de palabras, gestos o símbolos.

Si no buscas consejo para ti mismo, sino para otra persona, en lugar de ponerte frente a El Papa e interrogarle, trata de identificarte con él, y sentirás cómo su sabiduría crece en tu interior, aclarando tu mente y tu corazón. Plantea mentalmente la pregunta para esa persona, y convéncete de que posees la respuesta. Espera hasta que ésta aparezca en forma de palabras, símbolos o imágenes, y confía en ella, por extraña que te parezca.

Para terminar, da un paso atrás, y siente cómo sales del arcano. Luego, si es el caso, anota inmediatamente en una libreta el consejo o la respuesta que tengas que dar a quien te consulta.