UNION SINDICAL OBRERA (USO)

La USO ha expresado siempre una neta preocupación por el logro de un sindicato unitario, que englobe a todo el movimiento obrero y cuyo nombre, según su propuesta, sería el de Central Sindical Democrática de Trabajadores (CSDT) y cuya característica fundamental y predominante sería su autonomía respecto a los partidos políticos. Ya en su Carta Fundacional de 1961 se puede leer: ,Hemos nacido para desaparecer en la gran Central Sindical Democrática de Trabajadores…

Es hacia los años 1959 y 1960 cuando la USO de sus primeros pasos. «Aquel momento histórico —han precisado en su ponencia al citado ciclo sobre Presente y futuro del sindicalismo en Catalunya— estaba caracterizado por un vacío organizativo e ideológico del movimiento obrero como consecuencia de la guerra civil: los nuevos sindicalistas tenían que comenzar a reconstruir las bases organizativas e ideológicas del nuevo movimiento obrero prácticamente a partir de cero, al encontrarse desvinculados de toda la rica experiencia de las organizaciones obreras de masas anteriores a la guerra, que se habían encerrado en un exilio, esperando el final del Régimen, aislados de la nueva realidad económica y obrera que se daba en el interior y, por lo tanto, incapaces de orientar e impulsar a los nuevos luchadores que surgían». En el terreno de la lucha práctica y de las referencias históricas la USO expresa su admiración por la CNT: «Propugnando la necesidad absoluta de una clase obrera autónoma, recogemos la práctica sindical que el movimiento obrero ha defendido durante su historia de lucha antes del 36 y cuyo principal abanderado fue la CNT».

Para la USO, durante una etapa de democracia, el papel de los partidos políticos es el de gestionar, el poder y el de los sindicatos el de controlarlo con plena independencia. «El sindicato no puede estar comprometido con políticas determinadas de un partido concreto, pues entonces corre el riesgo de convertirse en un instrumento al servicio de las conveniencias tácticas, de la política electoral o de gobierno de los partidos políticos. Insistiendo en la necesidad fundamental de la autonomía, considera que «la subordinación del sindicato al partido obstaculiza la expresión viva de la dinámica de base, frena la acción de masas y limita el desarrollo de la perspectiva de la organización sindical. Y concretando sus posiciones en este tema, explicita que «para evitar toda confusión entre las funciones del sindicalismo y los partidos políticos, es necesario establecer y respetar una incompatibilidad entre las responsabilidades sindicales y políticas»

La USO señala como un factor de trascendencia decisiva en su planteamiento de la autonomía como eje del sindicalismo propugnado por ellos, el hecho de que «los primeros pasos se dieron prácticamente de la mano de la CFDT (Confederación Democrática Francesa del Trabajo), sindicato que tiene profundamente arraigado el concepto y la práctica de la autonomía sindical«.

En la ponencia citada los militantes de USO explican su escisión de CCOO: Una expresión de este convencimiento de que la organización sindical de los trabajadores debe ser absolutamente autónoma, fue la decisión de abandonar en el 69 la organización de CCOO, y plantear en su lugar la unidad de acción con las mismas, en el momento en que CCOO dejaron de responder a lo que eran al principio: un movimiento realmente autónomo de los trabajadores. Esta decisión se tomó a pesar de que militantes de la USO protagonizaron la existencia de las primeras CCOO en los diferentes puntos de todo el estado español.

Insiste en el carácter democrático que debe tener el sindicalismo. Para ello no basta con la elección democrática de todos los responsables, a todos los niveles y de su posible revocabilidad por la propia base; la democracia interna del sindicalismo exige la formación progresiva de sus militantes, de su capacidad de análisis y de crítica. En ese sentido la USO ha dedicado particulares esfuerzos a la formación de los trabajadores tanto en el terreno sindical como en el ideológico. Una expresión de ello es la creación de la Escuela de Formación y Acción Sindical (EFAS), destinada a la gran mayoría de los trabajadores que, a partir de los problemas que encuentran diariamente en su empresa, vaya consiguiendo una mayor capacidad para plantear su acción sindical.

La alternativa sindical que propugna la USO no pasa por la reforma sino por la ruptura sindical. .Rechazamos toda posibilidad de continuismo de la CNS. La CNS, no se puede reformar porque es una institución dependiente de un régimen fascista, que nació para sustituir a los auténticos sindicatos obreros democráticos: CNT y UGT., afirman.

Frente a los intentos reformistas de la OSE en los momentos actuales, la USO propone la creación de la gran Central Sindical Democrática de Trabajadores, de carácter unitario y cuya construcción deberá realizarse ya de forma inmediata a través de los siguientes pasos:

1) Unidad de acción de las diferentes fuerzas sindicales

2) Forzar la libertad sindical a través de dicha unidad de acción y de un planteamiento profundo de nuestras exigencias reivindicativas más urgentes.

3) Iniciación de un proceso de debate en la base por medio de asambleas de trabajadores a todos los niveles (empresa, ramo, localidad, provinciales, etc.). “Los pilares que consideramos imprescindibles para la edificación de la CSDT son: la autonomía en relación a los partidos políticos incluyendo la incompatibilidad de cargos en ambos, la democracia interna, el contenido de nuestras luchas hacia el cambio de la sociedad”.

Otra característica que USO rechaza para la futura Central sindical es la existencia de tendencias ideológicas en su seno.

«Estas estarían fácilmente controladas y dirigidas por los partidos políticos correspondientes con la falta de autonomía que esto conllevaría. En la práctica el sindicato avanzaría a remolque de los decisiones y avances de los partidos, especialmente del que tuviera una incidencia mayoritaria. Las huelgas, por ejemplo, se lanzarían o se pararían cuando más interesase a los partidos o al partido mayoritario».

Mediante la lucha sindical, USO propugna llegar a edificar «una sociedad en la que haya logrado la emancipación de la clase obrera de la explotación capitalista y en la que todos los trabajadores tengamos en nuestras manos la propiedad de los medios de producción y de cambio, el fruto conseguido con dichos medios y la distribución de dicho fruto”. En síntesis, «esto significa que rechazamos un socialismo centralizado… y que estos objetivos sólo pueden darse en una SOCIEDAD SOCIALISTA AUTOGESTIONARIA».

Una aplicación de este principio de Autogestión es «el reconocimiento del derecho pleno de autodeterminación de cada pueblo y nación. Un derecho sin límites: en lo económico, en lo político, en lo social». Y así, Catalunya, como las demás nacionalidades y regiones del Estado español tiene «todo el derecho a autodefinir su futuro en todos los campos y de definir los lazos de coordinación que quiera mantener de una manera soberana con los demás pueblos de dentro y fuera del Estado español». En esta línea USO, en su activa participación en la lucha por la democracia, está presente en diversos organismos unitarios de las nacionalidades y regiones, y aboga por la unificación de todas las fuerzas de oposición democrática, de acuerdo con el Manifiesto de Alternativa Democrática de la Confederación Socialista Ibérica de la que forma parte.

Para la USO el sindicalismo debe tener una proyección claramente internacional en la lucha contra un capital que supera las fronteras y del que las multinacionales son su más clara expresión. Desde sus inicios se ha relacionado con el sindicalismo internacional, especialmente europeo. Los lazos más estrechos han sido con la CFDT francesa y con los sindicatos italianos. Está afiliada a diversos Secretariados Profesionales Internacionales de Industria. Tiene solicitada la afiliación a la CES (Confederación Europea de Sindicatos) «dado su carácter abierto a todas las organizaciones sindicales europeas» al margen de las agrupaciones internacionales que se consolidaron como consecuencia de la «guerra fría».

La USO considera que «aunque las Comisiones del PCE siempre se han presentado como la organización unitaria del movimiento obrero, en realidad su vinculación a dicho partido o a otros grupos políticos comunistas, según las regiones, las ha ido situando en lo que de hecho son actualmente: la corriente sindical comunista del movimiento obrero».

Para estos dirigentes pretender cambiar de signo a Comisiones desde dentro resulta una falacia o un intento imposible; otros lo intentaron y lo siguen intentando señalan, al precio de haber desaparecido como organización o de verse abocados a crear estructuras paralelas bajo el nombre de Comisiones. Esta actitud crítica de USO respecto a CCOO, no impide que esta central sindical desarrolle una activa tarea para lograr la unidad de acción. Y así la USO ha participado activamente en la constitución de la Coordinadora de Organizaciones Sindicales (COS), junto a CCOO y a la UGT.

Para lograr la unidad sindical es necesario impulsarla desde la base de modo que los trabajadores sean los principales protagonistas del proceso unitario. Dicha unidad sindical ha de ser algo más que la suma de distintos aparatos o que la mera suma sociológica de los trabajadores si se desea que sea sólida y duradera. Pero para lograrla la USO considera imprescindible la independencia de las centrales sindicales de los partidos políticos, la superación de toda tentación neo corporativa y de los controles burocráticos que puedan darse en las actuales corrientes sindicales.

La USO procura acrecentar el poder de los trabajadores, utilizando en todas sus posibilidades los cauces legales para extender la movilización y la organización de los trabajadores, desarrollar la participación democrática de todos los trabajadores a través de las asambleas y la información obrera; creando las estructuras de acción sindical en las empresas y en el ramo. Asimismo trata de promover dentro de su autonomía como organización sindical, •la convergencia de los socialistas autogestionarios, la articulación unitaria de todos los socialistas y la unidad de la izquierda, como elementos estratégicos para avanzar hacia la conquista del socialismo autogestionario que propugnamos.

Así sintentiza José M. Zufiaur, secretario general de la USO, el pensamiento político sindical de esta “organización sindical joven”: Los partidos son importantes políticamente, como lo son los sindicatos; el papel de los primeros está en dar alternativas de gobierno; el papel de los segundos estriba en la lucha por la transformación del sistema a través de las luchas sociales. Mal puede ser un sindicato independiente y autogestionario si está ligado a un partido político que se afirma vanguardia exclusiva del movimiento revolucionario. Vanguardia es el partido, en su sector; como lo es el sindicato en el suyo. Y esa vanguardia plural, es la garantía de que el protagonista del proceso revolucionario es quien tiene que ser: la clase trabajadora autogestionada. Pensamos, por tanto, que la significación histórica de la USO, no es la de ser un sindicato más, sino la de haber experimentado un sindicalismo nuevo que afirma el protagonismo político de la clase trabajadora.

USO celebró en Barcelona, del 10 al 12 de octubre de 1976, su I Asamblea General de Delegados de Secciones Sindicales. En ella participaron militantes de USO de todo el Estado español, así como de las distintas ramas de la producción y servicios. Esta fue la primera Asamblea autorizada desde la creación de USO hace más de quince años. En ella reafirmó su neta posición por la ruptura sindical y por la rápida instauración de las libertades democráticas, reafirmando su vocación unitaria expresada en su apoyo decidido a la COS, urgiéndola a dar una respuesta masiva, contundente y pacífica a la agresión que sufre la clase trabajadora mediante la congelación salarial y el despido libre, impuestos por un Gobierno al que no reconocen «la más mínima legitimidad ni autoridad democrática».

 

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