Existe una estrecha relación entre las palabras y su significado, aunque a veces no nos detengamos en ello y no le demos la importancia que merece. La palabra «tifón» es un claro ejemplo de cómo la realidad evoluciona y el lenguaje se mantiene; los significados se transforman, el mito se metamorfosea, pero la idea básica de la palabra pervive a lo largo del tiempo.
Tifón, en su origen, fue un monstruo terrible, probablemente el ser más temido de la mitología griega, pues hasta los dioses huían de él. Hoy en día, el tifón sigue siendo igual de temido, pues destruye ciudades enteras a su paso.
De la unión de Gea, la Madre Tierra, y Tártaro, un dios maléfico, nació Tifón, un ser alado, mitad hombre, mitad fiera, de tamaño gigantesco y aspecto espeluznante. Con su cabeza tocaba las estrellas y sus brazos rodeaban el mundo. Por dedos tenía cabezas de dragón y de cintura para abajo estaba rodeado de víboras. Cuentan que Tifón fue el último hijo de Gea, que lo engendró para vengar la muerte de sus primeros hijos, los titanes y los gigantes, pero no era consciente del mal que traía al mundo. Al ser hijo de dos dioses, Tifón era inmortal. ¿Cómo podrían entonces destruirlo? Fue Zeus el único con valor para enfrentarse a él, como veremos después.
Ya en la Antigua Grecia utilizaban la palabra «tifón» para designar a un viento fuerte o torbellino. Es fácil comprender cómo se relacionó a este ser mitológico con un fenómeno natural: imaginaron a un ser de tamaño gigantesco, que movía los brazos como si fueran una hélice y así generaba un viento huracanado y demoledor.
Distintas versiones narran la derrota de Tifón, aunque la más extendida es la que hace referencia al duro combate que mantuvo con Zeus Todo empezó cuando los dioses del Olimpo decidieron esconderse en Egipto huyendo de Tifón, excepto Zeus, el más ambicioso de los dioses, que se resistía a entregar el Olimpo. El primer combate lo perdió Zeus, que pudo sentir cómo su contrincante le cortaba los tendones de los brazos y de las piernas y lo encerraba en una caverna.
Se creía derrotado, pues Tifón había guardado los tendones en un saco y se los había dado a una dragona. Hermes y Pan pensaron entonces que había llegado el momento de ayudar a Zeus, recuperaron el saco y le devolvieron sus tendones, con la intención de que siguiera luchando. Esta vez Tifón le lanzaba montañas a Zeus y éste se defendía con su rayo. De pronto, en un descuido del gigante, Zeus logró darle con su rayo y lo derribó sobre la tierra. Antes de que Tifón pudiera levantarse, el dios cogió el monte Etna y se lo arrojó encima, aplastándolo para siempre. Desde ese día, ruge y lanza llamas el temido Tifón debajo del monte Etna, por eso de vez en cuando el volcán entra en erupción.
Saber más sobre el Tifón.
La palabra «tifón» viene del latín «tiphon», que deriva a su vez del griego «tufwn», que significaba «tifón, torbellino, tromba». Ya en época antigua esta palabra era utilizada como nombre común”.
Junto con Equidna, Tifón engendró cuatro seres monstruosos la Quimera, la Hidra de Lema, el can Cerbero y el perro Ortros.