¿SERÁ CHINO EL COMERCIO?

1-Brice Pedroletti

 

Por: Brice Pedroletti. Periodista  

 

 

CENEFA

China ostenta en la actualidad un puesto preponderante en el comercio mundial. Pero las pequeñas manos del «taller del mundo» empiezan a crisparse.

¿Un nuevo puente sobre el Danubio en Belgrado, ciudad que se encuentra atascada por el tráfico? Los chinos han propuesto al gobierno serbio un préstamo ventajoso para cubrir el 85% del presupuesto de la obra, que realizará una constructora china.

¿Se encuentran en mal estado los ferrocarriles argentinos? En una visita oficial a Pekín, a mediados de julio de 2010, Cristina Kirchner, la presidenta de la segunda economía sudamericana, llegó a un acuerdo con sus anfitriones acerca de un vasto proyecto de renovación de la red nacional, así como de la construcción de un metro en Córdoba. BP, el gigante del petróleo, enredado en la catástrofe ecológica más grave de su historia, ¿se verá empujado a vender algunos activos?

Los petroleros chinos, que adquirieron unos 18 200 millones de dólares en el sector en 2009, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), y aproximadamente la mitad en los cuatro primeros meses de 2010, esperan su momento: se preveía que China sería responsable del 40% del crecimiento de la demanda mundial de petróleo en 2010, según la AIE, y del 45% en unos cinco años.

 

LOS BOLSILLOS LLENOS

Acreedor de Estados Unidos, cuyo déficit financia gracias a las colosales reservas de divisas, el Imperio del Medio estudia diversas opciones de inversiones en una economía griega desesperada (desde los bancos hasta las empresas de transporte).

Además, adquirió en mayo de 2010 un montante récord de Bonos del Tesoro japonés la deuda pública nipona, que es considerable pero se encuentra esencialmente en manos de los contribuyentes japoneses, está considerada, no obstante, como una inversión segura en los tiempos que corren.

Un hecho algo más anecdótico es que, también en Japón, las razias de los chinos sobre las antigüedades en las salas de subastas comienzan a molestar.

Mientras en Francia, los chinos saltaron a los titulares durante la última campaña de productos agrícolas en la región de Bordelais, al provocar un incremento de los precios a consecuencia de unas compras desenfrenadas. Los chinos, ineludibles, ambiciosos y con los bolsillos llenos, parecen estar en todas partes.

Nada se pierde y nada se crea: son los formidables excedentes corrientes chinos, protegidos de los riesgos de fluctuación y de especulación gracias al estatus especial del renminbi, no convertible, los que favorecen la prosperidad del país y su desenfrenada expansión mundial.

En el plano interno, estos excedentes financian indirectamente las espectaculares obras e infraestructuras que le permiten exportar todavía más y a un menor precio.

El Imperio del Medio se ha lanzado, por necesidad, a la caza vertiginosa de los mercados mundiales.

 

UNA MECÁNICA  BIEN ENGRASADA

En primer lugar, en el ámbito del comercio, su porcentaje ha pasado de menos del 4% de las exportaciones mundiales en 1999 al 10% en 2010. En el caso de los activos, tanto financieros como energéticos, debe reciclar sus excedentes de divisas, asegurar sus aprovisionamientos futuros de energía o recursos naturales, y perfeccionar sus herramientas de producción mediante la experiencia y las tecnologías.

Por último, en cuanto a los grandes contratos, se trata de suministrar pedidos a los grupos chinos que están a punto de adquirir una masa crítica, a fin de reforzarlos pero también para maximizar los beneficios reembolsados gracias a una prodigalidad china sistemáticamente «vinculada» ya sea a la ayuda al desarrollo o a las grandes obras.

La mecánica bien engrasada del «taller del mundo» implica que China debe atraer cada vez más inversores y exportadores competentes.

Las empresas de capitales extranjeros, de las que un gran número son indirectamente chinas (de Taiwan, Hong Kong, pero también de los paraísos fiscales), representaban en 2009 el 56% de las exportaciones frente al 46% de diez años antes, según un informe del banco Hang Seng.

Y el 70% de las exportaciones chinas de productos de alta tecnología son llevadas a cabo por estas sociedades.

Todo lo que es bueno para el comercio es bueno para China: gran parte de la diplomacia económica de Pekín busca asegurarle todavía más salidas al mercado.

Ése es el caso de los acuerdos-marco de abastecimiento en el ámbito de los recursos naturales que, en algunos casos, implica el suministro de productos chinos, como en África.

O de proyectos de infraestructura destinados a comunicar el país con los mercados vecinos todavía poco explotados, como Asia central o Rusia.

Los acuerdos de libre comercio firmados en 2010 con los países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático(ASEAN), así como con Taiwan, favorecen esa ambición, además de su dimensión política.

En diez años, China ha diversificado de este modo sus intercambios: los países económicamente avanzados representaban el 62% de sus exportaciones en 1999, pero no más del 45% en 2009.

La importancia de China en las importaciones de África y de América del sur y central se ha disparado, pasando del 3 al 12% en el primer caso, y del 1,5 al 12,8% en el segundo.

 

HUELGAS EN SERIE

A pesar de la crisis financiera y de los problemas de Europa, la máquina de exportación china continúa

trabajando a pleno rendimiento: las exportaciones hacia el Viejo Continente aumentaron un 33,2% en los cinco primeros meses del año 2010, con respecto al mismo periodo en 2009.

Eso sí, los excedentes del comercio chino con el resto del mundo, que menguaron en 2009 por primera vez, continúan reduciéndose: disminuyeron un 60% en los cinco primeros meses de 2010, y China registró asimismo un déficit comercial en marzo.

Sin embargo, numerosos economistas, tanto en China como en el extranjero, señalan los fallos del campeón chino: estancamiento a largo plazo de las inversiones en infraestructuras, burbujas especulativas que se repiten, excesiva capacidad industrial, acumulación de créditos dudosos en los balances bancarios y fraudes contables a gran escala; todo ello es susceptible de ocasionar modificaciones más o menos rigurosas, con inevitables repercusiones para sus clientes y proveedores extranjeros, debido a la mundialización.

2-China y sus intercambios.metirta.online

China y sus intercambios.

La sostenibilidad del crecimiento chino (el FMI preveía +10,5% en 2010 y 9,6% en 2011) se sitúa en el centro de los debates: preso de una inflación continuada de los salarios internos y presionado por los países occidentales para revaluar su moneda, el «taller del mundo» está llamado a reequilibrar su modo de desarrollo a favor del consumo interno, especialmente integrando a las decenas de millones de «trabajadores campesinos» que se encuentran al margen del desarrollo urbano.

Esta solución cuenta con numerosos partidarios, tanto dentro como fuera de China, pero su puesta en marcha podría tardar varios años. No obstante, las huelgas en serie que durante meses se han sucedido en la provincia de Guangdong han revelado la urgencia de la situación.

No es casualidad que las huelgas hayan afectado al sector automovilístico, cuya producción está casi totalmente destinada al mercado chino, aunque Honda, el principal fabricante afectado, exporta de China algunos de sus vehículos.

Puntal de las sociedades de consumo occidentales, este sector es uno de los que experimentan en la actualidad un mayor crecimiento en China. Todo un símbolo.

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