Todo lugar de trabajo está expuesto a percances tales corno robos o accidentes. Sufrir uno de ellos puede llegar a suponer la ruina para el propietario o el administrador del negocio, de modo que cualquier protección nunca viene mal.
El ritual que proponemos a continuación era practicado por los campesinos vascos de Oyarzun, Guipúzcoa, según su propia tradición y mitología. Con él protegían sus casas y campos de tormentas y desastres naturales. El mismo rito Se puede emplear para cualquier negocio que pueda ser afectado por cualquier tipo de accidente.
Objetos necesarios
- Una mata de ramas de ortiga o de cualquier arbusto espinoso
Ritual
- Rodear el exterior del local en sentido opuesto al de las agujas de reloj portando la mata de ortigas.
- Entrar en el local.
- Unir las ramas de ortiga o del arbusto tabicando varias cruces.
- Colocar las cruces, así como las ramas sobrantes, en los marcos de las ventanas del negocio.
Las ventanas simbolizan la vulnerabilidad; es el sitio por el que pueden entrar malos espíritus, energías negativas y el rayo, al que tanto temían los campesinos vascos. Protegiéndolas con cruces espinosas, ningún mal se atreverá a cruzarlas.