El trabajo organizativo suele estar lleno de complicaciones que pueden llegar a frustrar y agriar el carácter incluso a la persona más vital y emprendedora. En ocasiones nos vemos enfrentados a jefes que, por un motivo u otro, no parecen estar nunca satisfechos con nuestro trabajo y que nos piden siempre más y más.
En determinados casos es recomendable hablar. Si tenemos una buena relación con nuestro superior y le consideramos una persona cabal y capaz de empatía, la comunicación directa será la mejor manera de superar cualquier conflicto.
Si la comunicación no sirve o es imposible, podremos recurrir a este ritual que, de seguro, acabará de aplacar su temperamento y conseguirá que éste modere sus exigencias,
Objetos necesarios
- Una hucha
- Monedas suficientes como para llenar la hucha, sin importar su valor. Deberán ser monedas reales, de curso legal.
Ritual
- Llenar la hucha con las monedas y, con una oración, meter cada moneda dentro.
- Romper la hucha y juntar las monedas. Podrán utilizarse para lo que se quiera.
La exigencia del jefe parece ser como esa glotonería que nunca queda satisfecha. Nuestro objetivo es, simbólicamente, llenarle de lo que nos pide para saciar su hambre.
Oración
Cada vez que metamos una moneda en la hucha, pronunciar la oración para que el rito quede cerrado. Podremos decir en voz baja o murmuradas todas las oraciones que recitemos salvo la primera y la última, que deberán ser expresadas con seguridad y en voz alta:
Así como esta moneda
Sacia el hambre de la hucha,
Que mis trabajos
Sacien el hambre de mi jefe.