
Biombo de separación de una casa tlingit en forma de oso acuclillado. La abertura oval permite el acceso a la estancia sagrada, situada en la parte trasera de la casa del jefe Shakes, de Wrangell, Alaska.
Los parientes de la humanidad
Los animales desempeñan un papel importante en la mitología de los nativos norteamericanos porque se cree que guardan un estrecho parentesco con los seres humanos. Según el mito, en la antigüedad, antes de que sobreviniera el cambio que los dejó para siempre con su identidad actual, las personas no se distinguían de los animales y podían transformarse a voluntad. Algunos pueblos de la costa noroccidental, por ejemplo, creen que sus antepasados fueron animales que desembarcaron en las playas, se despojaron de su apariencia, conviniéndose en humanos, y fundaron los diversos clanes. Numerosos mitos de matrimonios entre humanos y bestias narran cómo se separaron ambas especies. Según la creencia, no existe animal más próximo. al hombre que el oso, que a veces camina sobre dos patas y tiene un esqueleto como el de las personas, pero de mayor tamaño. En numerosos mitos los osos aparecen como una raza con forma humana que se pone la piel que le es propia en público. Un mito del noroeste cuenta que Rhpisunt, la hija de un jefe, estaba un día cogiendo bayas cuando se topó con dos jóvenes que la llevaron a una casa, la morada de las personas-osos.

POSTES TOTÉMICOS Las representaciones de seres míticos han alcanzado una riqueza expresiva especial en la costa noroccidental, sobre todo en los postes totémicos, cuyas imágenes talladas representan los seres animales que fundaron el clan, le ayudaron y le concedieron su poder. En esencia, estos postes son emblemas heráldicos, símbolos de posición social, riqueza o propiedad. Los «postes conmemorativos», erigidos a orillas de los lagos en los que se extienden algunos poblados (así los ven cuantos se aproximan a ellos en una embarcación) por el heredero de un jefe, forman parte del proceso previo a la herencia del título y las prerrogativas del jefe en cuestión. Otro tipo, el «poste mortuorio», se sitúa junto a la tumba de un jefe, y existe un tercer tipo, el de «portal», que se erige ante la puerta de la casa del clan, con los símbolos de éste. Presenta una gran abertura que representa la entrada simbólica al mundo sobrenatural. La ilustración muestra el extremo superior de un poste totémico de Alert Bay, Columbia Británica. La figura tallada representa un águila antepasada.
En el interior había un hombre gigantesco, el jefe oso, y por todas partes colgaban pieles de estos animales. Rhpisunt se casó con el hijo del jefe y tuvo oseznos mellizos. Pasado el tiempo, los hermanos de Rhpisunt encontraron la osera en la que vivía la muchacha con su nueva familia, que regresó con sus hijos al poblado de su padre. Al despojarse de sus pieles, los oseznos resultaron ser dos apuestos muchachos, que crecieron y se hicieron excelentes caladores. Cuando Rhpisunt envejeció y murió, sus hijos volvieron con los osos, y a partir de entonces los descendientes de Rhpisunt tuvieron buena suerte en la caza siempre que recordaban a los osos de la familia de Rhpisunt. Se cazan y matan los animales según ciertos rituales y mitos. Puede haber en la tribu un amo o una ama de las bestias, que posee autoridad para retener las presas capturadas si los cazadores no han observado correctamente el ritual correspondiente. Se considera a las bestias fuente importante de poder espiritual, y los chamanes cuentan con frecuencia con ayudantes animales, que transmiten sus poderes en el transcurso de los encuentros visionarios.
LA LIBERACIÓN DE LOS ANIMALES DE CAZA
Existen numerosos relatos sobre la liberación de los animales antes de la llegada de los humanos. La siguiente versión circula entre los navajos, que eran cazadores antes de emigrar al suroeste desde Canadá.

El cuervo es una figura muy frecuente en los mitos de los nativos norteamericanos y probablemente aparece representado en el estilizado dibujo de esta manta tlingit, recogida en el siglo XVIII por el capitán James Cook, explorador inglés.
Antes de la creación de los seres humanos, el Pueblo Santo se reunió en el pabellón del sudor para discutir cómo localizar todos los animales de caza que habían desaparecido. En la habitación entró una misteriosa figura negra a quien nadie conocía. Dos personas santas la vieron ponerse la piel de un cuervo y emprender el vuelo. Los reunidos urdieron una estratagema para recuperar los animales: transformar a uno de ellos en cachorro y dejar que se lo llevase el cuervo negro. El Cuervo cogió al Cachorro y lo llevó a un lugar llamado Colina del Borde, morada del Dios Negro, al que pertenecen todos los animales de caza.
El portero de la casa del Dios Negro era el Puercoespín, que tenía un palo de turquesa para remover el fuego y abrir la puerta. El Cachorro le dio un puñetazo, abrió la puerta con el palo y dentro vio animales por todas partes: los había recogido el Cuervo, que era el Dios Negro disfrazado. Al ver la puerta abierta, todos los animales escaparon.
El mito continúa contando que, cuando los cuatro primeros ciervos traspasaron la puerta, el Cachorro los tocó entre las patas para crear olores, y cuando pasaron los demás animales, les rozó el hocico con el viento para sensibilizarlos a esos aromas, origen de la capacidad de las bestias para percibir la presencia de alguien desde lejos.