MITOLOGÍA DE NORTEAMÉRICA – MITOLOGÍA DE LOS NAVAJOS.

13-PINTURAS RITUALES SOBRE ARENA-metirta.online

PINTURAS RITUALES SOBRE ARENA Esta copia de una pintura navaja sobre arena reproduce uno de los aproximadamente 600 dibujos que se emplean en las ceremonias de curación, como el Camino del Coyote. Se trazan sobre arena limpia con polvos de colores, como carboncillo y polen, y representan escenas mitológicas estilizadas. Quienes participan en la ceremonia entran en ellas por el este (a la izquierda en la ilustración), y se borran una vez utilizadas. Cada ceremonia tiene su propio mito, y como ha descendido el número de celebraciones en este siglo se han perdido muchos de ellos.

Ceremonias de curación y relatos sobre el coyote

Los navajos de Arizona, Nuevo México y algunas zonas de Utah son los nativos norteamericanos más numerosos en la actualidad, con una población de más de 160.000 almas. Al igual que sus primos y casi vecinos, los apaches, emigraron en principio de Canadá y llegaron a la región probablemente antes de 1300. Aparte de algunos mitos de caza anteriores a esta fecha y en decadencia hoy en día, la mitología de los navajos muestra la influencia de las sociedades agrarias de ciertos indios pueblo, como los hopis, de quienes tomaron el mito de la «emergencia» y gran parte de su simbolismo.

12-Dos serpientes cruzadas-metirta.online

Dos serpientes cruzadas, detalle de una pintura navaja sobre arena. Estos animales se asocian con la tierra y la fertilidad, elementos muy importantes para los pueblos agrícolas con un entorno desértico.

Puede decirse que la mayor parte de la mitología de los navajos deriva del relato de la creación-emergencia y de diversos mitos ceremoniales, vástagos de aquél. Los mitos ceremoniales hablan sobre figuras heroicas que reciben heridas o se pierden y buscan a los dioses con el fin de curarse. Una vez logrado su objetivo, y tras haber aprendido la ceremonia de curación, el héroe regresa a su hogar para enseñar la ceremonia y después parte para vivir con los dioses. Un mito ceremonial característico habla de dos gemelos hijos de una muchacha navaja y la deidad Yei conocida como el Dios Hablante. Los chicos siempre se escapan de casa y un día son aplastados por un desprendimiento de rocas: el mayor queda ciego y el menor cojo. Se convierten en una carga para su pobre familia, y les piden que se marchen. Así lo hacen, y van en busca de los dioses. El Dios Hablante les ayuda y les revela que es su padre; los dioses los acogen y preparan una ceremonia de curación en el pabellón del sudor (una especie de sauna). Se lleva a cabo la curación y los chicos gritan de júbilo, violando un tabú al hablar en el pabellón del sudor. Todo se desvanece y vuelven a su estado anterior. Hacen una ofrenda para apaciguar a los dioses, que finalmente los curan y los hacen tan apuestos como a sus hermanos. Al volver a casa enseñan a los demás la ceremonia de curación y después se marchan para convertirse en espíritus guardianes de la tormenta y de los animales.

 

LOS DIOSES YEI

En la mitología de los navajos existe una dase de dioses denominados Yei, con un papel importante en la creación del mundo y personificados en ciertas ceremonias de curación. Las máscaras que se emplean en tales ceremonias se fabrican con ciervos a los que se sofoca introduciéndoles polvo de maíz en los ollares para que la piel quede intacta. Se confeccionan durante la celebración de la ceremonia del Cántico Nocturno, en la que los jóvenes navajos se inician en los secretos de los Yei. Las máscaras se consagran y «cobran vida» ritualmente «dándoles de comer» maíz e insuflándoles humo. El Dios Hablante es el jefe de los Yei, que se manifiestan individualmente (en las ceremonias) o en grupos (en las danzas a las puertas de la casa de ceremonias u bogan).

 

EL COYOTE Y EL GIGANTE

El coyote es uno de los personajes más populares de la mitología de los nativos norteamericanos. Lo encontramos en el suroeste, en el oeste y en las llanuras centrales, en una amplia gama de papeles: creador, héroe cultural, embustero, hechicero y amante. Su prominencia como espíritu y embustero refleja el carácter mismo del coyote, miembro de la familia canina que aparece desde Alaska hasta Costa Rica. Es astuto y rápido y come casi cualquier tipo de animal o planta. Uno de sus trucos consiste en fingir que está muerto para atraer a los carroñeros y devorarlos. El siguiente mito navajo ilustra a la perfección la astucia del coyote. Hace mucho tiempo, asolaban la tierra unos gigantes aficionados a devorar niños. Un día, el Coyote atravesaba un paraje rocoso cuando se topó con uno de ellos y decidió darle una lección por su crueldad.

14-El Coyote-metirta.online

El Coyote goza de gran popularidad en la mitología del suroeste. Esta figura de coyote fue pintada sobre un plato fabricado h. 1050-1200 por un artesano de la cultura mogollón, que floreció en la región entre 200 a. C. y 1200 d.C., aproximadamente. Probablemente, los orificios de estos platos estaban destinados a liberar a los espíritus de las figuras pintadas.

Convenció al monstruo, que era muy estúpido, de que le ayudara a construir un pabellón para baños de sudor, asegurándole que le haría tan ágil como él. Cuando el oscuro interior se llenó de vapor, el Coyote le dijo que iba a obrar un milagro: romperse una pata y curarla. Cogió una piedra y golpeó una pata despellejada de ciervo que había metido a escondidas en el pabellón, hasta que se rompió con un fuerte crujido. El gigante tocó la pata rota y, engañado, escuchó al Coyote, que escupió sobre ella y exclamó: «¡Cúrate, pierna!» El gigante tocó la verdadera pierna del Coyote y se quedó atónito al comprobar que estaba ilesa. El Coyote se ofreció a repetir el milagro con la pierna del gigante; el monstruo accedió y se puso a gritar de dolor cuando el Coyote la golpeó con la piedra. Al poco se rompió y el Coyote le dijo que para solucionar el asunto sólo tenía que escupir sobre ella. El gigante escupió hasta que se le quedó la boca seca, pero el dolor siguió resultándole insoportable. Finalmente imploró ayuda. «Tú sigue escupiendo», le aconsejó el Coyote, que salió de la estancia y dejó al devorador de niños sumido en su dolor.

Otros mitos atribuyen grandes poderes creativos al Coyote: en la versión navaja del mito sobre la «emergencia» de los pueblo, por ejemplo, hay tres figuras creadoras, el Primer Hombre, la Primera Mujer y el Coyote, y cuenta que, cuando emergieron de cuatro mundos subterráneos y vinieron a éste, el Coyote trajo semillas del cuarto mundo y se las zr dio a las diversas tribus a medida que fueron creadas.

 

EL CAMINO DEL COYOTE

El Coyote es el espíritu tutelar del «Camino del Coyote», ceremonia de curación de los navajos en la que intervienen personificaciones enmascaradas de las divinidades. La ceremonia es necesaria si algún miembro de la tribu sufre la «enfermedad del coyote», que puede sobrevenir cuando se mata uno de estos animales o incluso si se ve su cadáver. En el ritual, el paciente adopta el papel del héroe de un mito ceremonial; se sienta en una pintura trazada sobre arena que representa un episodio del mito y «encuentra» al Coyote, que aparece como personificación enmascarada. La ceremonia restablece la relación armoniosa del paciente con el Coyote y el mundo y garantiza la salud.

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