MITOLOGÍA DE ÁFRICA – MITOS SOBRE ANIMALES.

Embusteros, inventores y transformistas

Los personajes animales aparecen con frecuencia en la mitología africana, con formas y papeles muy diversos. Entre los más populares se cuenta la figura del embustero o tramposo, representado en el África central y occidental por una araña y en la sabana del este y el sur por una liebre. Este tipo de embusteros, a diferencia de los tramposos divinos como Eshu poseen relativamente poco poder e importancia en sí mismos, pero suelen valerse de su astucia para vencer a otros animales más poderosos, como el león, la hiena y el elefante. En un relato de los zande del África central, Ture la Araña se encuentra con un monstruo devorador de personas con un gong de dos caras que utiliza para atrapar a sus víctimas.

Escultura de madera bambara que representa al divino Antílope y héroe cultural que trajo los secretos de la agricultura desde el cielo.

Ture se ofrece a introducirse en el gong con el fin de ganarse la confianza del monstruo, pero deja un brazo fuera, de modo que no se pueda cerrar. «Enséñame cómo se hace», le pide Ture, y cuando el monstruo se lo muestra la Araña cierra el instrumento y lo mata. En otro mito conocido en gran parte del continente, la embustera Liebre (personaje que llegaría a América con los esclavos del África occidental con la forma del Conejo Brer) decide casarse, pero siente demasiada pereza para cultivar la parcela de mijo necesaria para mantener a una esposa e idea un método mejor para realizar el trabajo, para lo cual se interna en el monte con una larga cuerda, en busca del Hipopótamo. «Querido tío», le dice la Liebre, «voy a atarte esta cuerda, a ver si puedo contigo. Cuando notes que se mueve, tira con todas tus fuerzas.» El Hipopótamo replica: «Muy bien. Si te empeñas, lo haré, pero como pase algo, prepárate.» La Liebre ata la cuerda alrededor del cuello del Hipopótamo y se marcha con el otro extremo. Encuentra al Elefante y le cuenta la misma historia. Después coge la cuerda por el centro y la sacude por ambos lados. El Hipopótamo y el Elefante tiran y la pugna se prolonga hasta el atardecer: para entonces, han limpiado de arbustos y removido una gran parcela de tierra en la que la liebre siembra el mijo. En muchas mitologías africanas los animales sagrados ayudan en la creación del mundo y en la formación de la cultura humana. Constituyen ejemplos destacados la «serpiente cósmica» y el espíritu de la mantis entre los koisan del África meridional. Este pueblo atribuye la invención de las palabras a la mantis religiosa, que también trajo el fuego a la humanidad tras habérselo robado al avestruz (véase recuadro, página anterior). Entre los animales transformistas figura asimismo el Zorro Blanco, que aparece en el mito sobre la creación del pueblo dogon de Mali, fundamentalmente agrícola. Este animal inventó la agricultura robándole semillas a Amma, dios creador, y sembrándolas en el cuerpo de la Tierra, su madre. La principal consecuencia del robo fue que hubo que purificar la tierra, que se había secado tras aquella especie de incesto. Para ello, los hombres la sembraron con semillas no robadas que les había dado Amma con tal fin. Proscrito, el Zorro huyó a la selva, que se convirtió en su hogar, pero los hombres lo siguieron y cultivaron nuevas tierras, de modo que los viajes del Zorro provocaron la expansión de la civilización humana, y Amma hizo que este animal trajese al mundo tanto el orden como el desorden. Expulsado de la sociedad humana, el Zorro se comunica ahora con la humanidad mediante el oráculo de la arena, sobre la que deja las huellas de sus pezuñas para mostrar a los hombres el camino hacia el futuro. En otras zonas de Mali, los bambaras atribuyen la invención de la agricultura a un animal distinto, el Antílope primordial y héroe cultural al que envió desde el cielo el dios creador Faro para que enseñase las técnicas agrícolas a la humanidad. Las representaciones de este antílopehéroe divino están muy extendidas por toda la región.

LOS PORTADORES DEL FUEGO

La liebre es uno de los embusteros animales más frecuentes en la mitología africana. Aquí aparece en una máscara yoruba.

En África se atribuye a numerosos animales la adquisición del fuego: los pigmeos a un perro o a los chimpancés, mientras que los ila de Zambia dicen que el Gran Dios se lo dio en el cielo a una avispa que lo trajo a la tierra. El siguiente mito de los san (bosquimanos) cuenta que el fuego fue robado por una mantis religiosa, insecto que se considera sagrado en gran parte de África. Un día, la Mantis observó algo extraño: que el lugar en el que comía el Avestruz siempre olía bien. Se aproximó al ave mientras ésta comía y vio que estaba asando comida en una hoguera. Cuando hubo acabado, el Avestruz ocultó cuidadosamente el fuego bajo un ala. A la Mantis se le ocurrió una estratagema para conseguir el fuego. Fue a ver al Avestruz y le dijo: «He encontrado un árbol maravilloso con fruta deliciosa. Sígueme y te lo enseñaré.» El Avestruz la siguió hasta un árbol cubierto de ciruelas amarillas y cuando empezó a comer, la Mantis le dijo: «¡Estírate, porque la mejor fruta está arriba!» Al ponerse de puntillas, el Avestruz abrió las alas para mantener el equilibrio y la Mantis le robó el fuego. A partir de entonces, el Avestruz nunca ha intentado volar y mantiene las alas pegadas al cuerpo. El relato continúa con la destrucción de la Mantis por el fuego que ha robado. De sus huesos y cenizas surgen dos Mantis distintas: una reservada y previsora y otra osada y emprendedora. Un día, los mandriles matan al hijo de la Mantis osada y le sacan el ojo. El espíritu de la Mantis ve lo ocurrido en un sueño y lucha contra los mandriles, los vence y recupera el ojo, que al sumergirse en agua se transforma en un nuevo ser.

LA GRAN SERPIENTE

Cabeza de bronce de una serpiente del reino de Benin, en el África occidental, que floreció entre los siglos XV y XVIII.

La serpiente es uno de los animales más frecuentes en la mitología africana y el concepto de una «serpiente cósmica» como fuerza primigenia de la creación reviste especial importancia. Los fon de Benin, Por ejemplo, creen que la divinidad gemela y bisexual MawuLisa construyó el mundo con una potencia creadora que fluye como una serpiente gigantesca y lleva por nombre Da Ayido Huedo. Esta potencia aparece también en el arco iris y en todas las aguas. Al principio, la potencia serpentina estaba enroscada alrededor de la tierra amorfa, manteniéndola unida, y continúa ejerciendo tal función. Se mueve constantemente y su fluir en espiral pone en movimiento los cuerpos celestes. En el África central y meridional se atribuye un papel semejante a la serpiente primordial Chinaweji o Chinawezi, que aparece en la mitología del sur del Zaire como Nkongolo, el rey Arco Iris. En el norte de África existe un mito según el cual lo primero que hizo el dios creador fue la serpiente cósmica Minia, que tiene la cabeza en el cielo y la cola en las aguas subterráneas. Su cuerpo está dividido en siete partes, con las que el dios creó el mundo.

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