Texto de Alejandro Hernández
En 2015 se produjeron 38 series en el país, pero en 2018 llegaron a ser ya 58. Un informe de la consultora internacional PwC apuntaba a que a medio plazo el mercado crecerá hasta una media de 72 series anuales, de las cuales unas 13 superarían los 15 millones de euros de presupuesto y el resto contarían con entre 6 y10 millones.
Si se cumplen estas previsiones, PwC calcula que la industria podría crear 18.443 puestos de trabajo, aportaría 812 millones de euros al Producto Interior Bruto y 264 millones de euros en recaudación fiscal.
El esfuerzo de abrirse un hueco m la dura competencia entre varios aíses por rodar las mejores series no 1s solo creativo, sino también tecnológico y político en cuanto al régimen fiscal competitivo se refiere. Ahí entra Madrid Content City. Se trata de un gran complejo audiovisual situado en Tres Cantos, a las afueras de Madrid.
Un proyecto de capital privado que llegará a tener una extensión de 140.000 metros cuadrados con platós, oficinas, servicios de rodaje con tecnología punta, campus universitario, restaurantes, áreas deportivas y de ocio. La ambición es convertirse en el mayor centro de producción audiovisual de España y uno de los más grandes de Europa.
IMPULSADO POR LA PRODUCTORA SECUOYA, EL COMPLEJO HA COMPLETADO SU PRIMERA FASE, con 22.000 m2 construidos, distribuidos en cinco estudios, con almacenes, áreas de restauración y un auditorio con capacidad para 250 personas. El interés es máximo, hasta el punto de que el gigante norteamericano Netflix ha instalado en esos cinco platós su gran centro de producción de series en Europa. De allí han salido, por ejemplo, numerosas escenas de ficciones como La casa de papel o Criminal.
LA FASE DOS DE ESTA CIUDAD AUDIOVISUAL AÑADE otros 37.000 m2 de superficie, donde habrá otros cinco estudios de entre 1.500 y 2.000 metros cuadrados, conectados por un gran bulevar. En junio de 2021 debería estar acabado todo el complejo, cuando se construyan otros 65.000 metros cuadrados, lo que incluirá un campus universitario (con estudios de grado y de postgrado y un Máster en creación, gestión y producción audiovisual) de 21.000 m2 con una capacidad de hasta 7.000 estudiantes, además de 30.000 m2 para oficinas, espacios verdes y zonas deportivas. Para entonces ya será el mayor centro audiovisual de Europa.
Al frente del Grupo Secuoya (26 compañías en España, América Latina y EE. UU.) Está Raúl Berdonés. «España es un país con cinco aspectos que la hacen diferencial para la creación de contenidos de ficción respecto al resto del mundo», dice el empresario. Primero, el régimen fiscal, «que debe estar como mínimo en el porcentaje de los países del entorno». También juega a favor de España el entorno natural y arquitectónico, y por supuesto el talento. También hay un buen clima con muchas horas de sol, lo cual favorece los rodajes en el exterior.
Con todas estas características a su favor, en opinión de Berdonés, solo faltaban unas infraestructuras técnicas de calidad. «De ahí parte la idea de montar un centro de producción que estuviese a la altura de la calidad europea y mundial», explica el presidente ejecutivo de Secuoya, que comenzó en el mundo de la comunicación audiovisual en 1996, como ayudante de cámara.
El plan es que en Madrid Content City se instalen todas las grandes empresas de producción audiovisual. La entrada de nuevos agentes en el escenario audiovisual español ha propiciado un crecimiento del 15 % en el número de series producidas entre 2015-2018, según PwC. Sí, hablamos entre otras de Netflix, de las conocidas como OTT (overthetop o bajo demanda) que incorporan en su estrategia corporativa la combinación de contenido local con grandes superproducciones.
Solo en Madrid Content City, una vez que esté a pleno funcionamiento, trabajarán una media de entre 17.000 y 20.000 personas diariamente y tendrá su propia estación de tren. «Este sector debería ser estratégico para cualquier gobierno porque aporta más que muchos otros sectores. Así que es injusto que se mida solo por la aportación directa que hace al PIB y no por la calidad de esa aportación», opina el presidente de Secuoya.
PARA BERDONÉS ES IMPORTANTE FIJARSE EN CÓMO SE GENERA la parte del PIB que proviene de la creación de contenidos audiovisuales. «El salario mínimo de un auxiliar de cámara que trabaja en una producción audiovisual ronda los 2.300 euros brutos. Eso es 2,3 veces el salario mínimo interprofesional de ahora. No te hablo de directores, guionistas, camarógrafos, iluminadores… que pueden estar entre 6.000 y 10.000 euros al mes. Con lo cual se aporta un empleo de calidad».

Berdonés cuenta una anécdota para ilustrar el impacto de la industria audiovisual para otros sectores de la economía: «James Costos, que fue embajador de Estados Unidos en España y antes que eso vicepresidente de xso, me decía que siendo embajador le llamó el alcalde de Sevilla para darle las gracias porque se había rodado Juego de Tronos en Sevilla y que había subido el turismo un 30 %. Así que ¿cuánto aporta este sector al PIB indirectamente en turismo, en gastronomía y en servicios?», se pregunta el ejecutivo.
Madrid Content City será el mayor complejo de producción audiovisual de España, pero nuestro país tiene una gran tradición en este tipo de centros dedicados a la creación de contenidos. Sin embargo, ha habido una suerte desigual en cuanto a su sostenibilidad. La Ciudad de la Luz (en Aguamarga, Alicante) prometía y vivió un período de éxito incontestable. Dependiente de la Comunidad Valenciana, a través de la empresa Ciudad de la Luz, SAU, comenzó a operar en el año 2005.
Es un complejo con 11.000 metros cuadrados de platós, más 16 hectáreas de zona de rodaje en exteriores. También contaba con almacenes, talleres de construcción de decorados, camerinos, maquillaje, peluquería y oficinas. Allí rodaron directores como Francis Ford Coppola o Ridley Scott. En sus instalaciones se realizaron producciones como Mentiras y gordas (2009), Balada triste de trompeta (2010), Green zone: Distrito protegido (2010), No habrá paz para los malvados (2011), Lo imposible (2012), El dictador (2012) o La hermandad (2013).
LAS IRREGULARIDADES EN LA EXPROPIACIÓN DE LOS TERRENOS por parte de la Comunidad Valenciana (sumida ahora en un proceso judicial con los propietarios) y la decisión de la Comisión Europea de declarar no legítimas las ayudas recibidas por la empresa gestora desde Europa, han hecho que la empresa caiga en un pozo de deudas y que desde 2014 las instalaciones estén cerradas.
En Terrassa (Barcelona) está el Parc Audiovisual de Catalunya, donde desde hace diez años se realizan rodajes de cine, televisión y publicidad. Construido alrededor del Antiguo Hospital del Tórax (donde se han grabado programas como Cuarto milenio, debido a su leyenda de espíritus y apariciones) y a los pies del Parque Natural Sant Lloreng del Munt, el complejo cuenta con un espacio de más de 50.000 metros cuadrados, con cuatro platós y todos los servicios auxiliares.
El Parc Audiovisual de Catalunya ha tenido un gran empujón al situarse allí la Academia y el plató de Operación Triunfo. En su entorno se aglutinan, según la entidad, cerca de 40 empresas del sector audiovisual, innovación y multimedia. De sus platós (con mucha tradición en el cine de terror) han salido películas como REC 2 (2009), Spanish Movie (2009), Mamá (2013), Grand Piano (2013), El secreto de Marrowbone (2017) o The Machinist (2004). EN MADRID SE UBICA TAMBIÉN LA DENOMINADA CIUDAD DE LA IMAGEN, en el municipio de Pozuelo de Alarcón, un extenso terreno que funciona más como lugar de gestión que de producción y donde se asienta la sede de Telemadrid y Kiss FM, además de los cines Kinépolis y empresas del sector audiovisual como Mediapro, Oyeron TV, Egeda, Real Madrid TV, CreaSGR, TBN y otras productoras, además de una sede de la Filmoteca Española. Echando la vista atrás, destacaron entre los años 30 y 70 del siglo pasado complejos de producción como los estudios Chamartín, más tarde reconvertidos en los Estudios Bronston, en Madrid.
Estuvieron en funcionamiento de 1935 hasta 2015, cuando se derribaron los últimos platós, por entonces llamados Estudios Buñuel. Otros estudios, los Sevilla Films en Chamartín de la Rosa, Madrid, operaron entre 1941 y 1973. En Barcelona se recuerdan los Orphea Film, donde se rodó entre 1932 y 1962, cuando un incendio destruyó estos míticos estudios.