Por: Fréderic Joignot. Periodista
Siguiendo el ejemplo de Facebook, las redes sociales se han desarrollado en todo el mundo a una velocidad trepidante. El servicio de geolocalización web les da un nuevo empuje.
La mundialización de las redes sociales se acelera en la actualidad a un ritmo nunca visto en la historia de los medios de comunicación. La radio tardó treinta y ocho años en alcanzar los 50 millones de usuarios; la televisión, trece; Internet, cuatro; el iPod, tres… y Facebook, la red de las relaciones de amistad, sólo un año.
Con 411 millones de usuarios registrados en marzo de 2010 (es decir, el 6% de la población mundial), Facebook constituye, en población virtual, el tercer país del mundo después de China y de la India. Según un estudio de Global Monitor publicado en mayo de 2010, la red conquistó 7 millones de miembros nuevos tan sólo en el transcurso del mes de marzo de 2010. En ese mes, en Francia, se registraron 1,2 millones de personas; un 10% más se le unieron desde Argentina, Indonesia, Filipinas, Malasia y México.
COLABORADORES ANÓNIMOS
Por su parte, la red de mensajes cortos Twitter que permite intercambiar tweets, es decir, mensajes de hasta 140 caracteres experimentó una popularidad fulminante entre 2009 y 2010: 104 millones de personas usan Twitter en todo el mundo, ya sean jóvenes europeos que comentan presurosos los partidos de la Copa del Mundo de fútbol, u oponentes del régimen de los ayatolás iraníes decididos a manifestarse pese a las prohibiciones.
Tras un año de existencia, la empresa acaba de ser valorada en mil millones de dólares: Facebook la codicia. Mientras tanto, Flickr, la red de intercambio y «subida de fotos», creada en 2004, reunía en octubre de 2009 unos 15 000 millones de fotografías, a la vez que el sitio web de descarga de vídeos You-tube se convertía en el principal motor de búsqueda después de Google: en el tiempo que cuesta leer este artículo, se habrán «subido» a Youtube 100 horas de nuevos vídeos.
En cuanto a la enciclopedia Wikipedia, constituida gracias a una inmensa red de colaboradores anónimos y voluntarios, recogía más de 15 millones de artículos en mayo de 2010, tras sus dos campañas de captación de suscripciones que le han reportado 16 millones de dólares en dos años. Wikipedia, en permanente actualización, permite recopilar los conocimientos y los análisis los wikis que se postean en línea de especialistas a menudo opuestos, o de culturas diferentes, y evitar la dominación de un único modelo de interpretación anglosajón: en la actualidad, el 78% de los artículos de Wikipedia están escritos en una lengua distinta del inglés.
Desde sus comienzos, los medios de comunicación sociales han movilizado en todas partes a la juventud principalmente, teniendo en cuenta que la mitad de la población mundial actual tiene menos de 30 años. Según los estudios de la página web Socialnomics, publicados en agosto de 2009, el 90% de los estadounidenses de 1825 años que poseen un ordenador la «generación Y» se ha registrado en una red social. Y el 57% de ellos son mujeres. Desde hace muy poco se está produciendo en Estados Unidos un «envejecimiento» acelerado: los usuarios de más de 50 años han pasado del 22% al 42%, mientras que los usuarios de más de 65 años ya representan el 26%. Además, un número cada vez mayor de trabajadores de entre 25 y45 años se ponen en contacto con sus familiares y amigos desde el lugar de trabajo. En 2008, el 24% de los estadounidenses se habían inscrito en alguna red social; en mayo de 2010 ya representaban el 48%, es decir, casi uno de cada dos.
De entre ellos, 39 millones utilizan los medios sociales de forma intensiva, el 30% se conecta varias veces al día y a menudo dejan de lado sus correos electrónicos en beneficio de un intercambio directo con sus allegados. Estos datos nos muestran hasta qué punto las redes sociales constituyen un mar de fondo.
Las empresas y las marcas son conscientes de ello, e intentan introducirse por todos los medios, desarrollar espacios publicitarios y aprovechar las agendas selectas que generan los usuarios.
Este hecho ha provocado el enfado de los usuarios e incluso de la famosa revista californiana Wired, que apeló a la creación de una página rival de intercambios directos entre amigos: la red Diáspora. A raíz de este acontecimiento, Facebook tuvo que desarrollar apresuradamente un sistema de protección de datos privados y experimentó por primera vez en el verano de 2010 la ralentización de su expansión.
ALERTAR A LA OPINIÓN PÚBLICA MUNDIAL
El estudio del Edison Research de junio de 2010 sobre la influencia de las marcas en el público puso de relieve que para orientar sus decisiones, los consumidores tienen más confianza (un78%) en las opiniones y recomendaciones de sus amigos y en las reacciones de los miembros de las redes sociales, de los bloggers, y de las comunidades temáticas, que en los anuncios Publicitarios.
De hecho, los usuarios habituales de las redes sociales consultan más Internet (3h50 al día) que la televisión (2 horas). A comienzos del 2010, el tráfico semanal de Facebook superó al de las búsquedas en Google en listados Unidos: a partir de ahora la relación cuenta más que la búsqueda.
Con las redes sociales asistimos a una transformación cualitativa de la forma en la que la información llega al público: en vez de ir a buscarla a través de los medios clásicos, la encontramos en los consejos y opiniones de nuestros allegados y de las redes.
Esta mundialización instantánea transforma la manera en la que circulan las «news», informaciones (verdaderas o falsas) y rumores, que siguen caminos descentralizados en función de las afinidades y de las redes de moda, que pueden ser tanto minúsculas vías de acceso como lugares de intercambio masivo.
En cuanto un político comete una equivocación, un deportista realiza una proeza extraordinaria o una dictadura abre fuego sobre los manifestantes, las imágenes captadas por los teléfonos móviles o las cámaras de video-aficionados se ponen de inmediato en circulación en You-tube.
Más tarde son repetidas por los millones de blogs y medios de comunicación sociales, que alertan a la opinión pública mundial soslayando a los medios tradicionales. Comienza una nueva era de ubicuidad permanente, de inmediatez de cualquier acontecimiento.
La popularización de los medios de comunicación móviles, ya se trate del teléfono móvil con sus miles de aplicaciones —en 2010 se descargaron 1 000 millones de aplicaciones para iPhone— o de la nueva tableta iPad, acelera la expansión de los medios de comunicación sociales y de los tweets permanentes. Con la aparición de aplicaciones de geolocalización como Foursquare y Gowalla, el espacio se abre al universo de las redes sociales. Además de estar conectada en todo momento, cualquier persona puede, desde ahora, contactar con las personas cercanas con sólo desplazarse por su perímetro: encuentros inmediatos en la mejor taberna o en un parque del barrio localizado por medio de la cartografía. La red social, hasta ahora mundial y virtual, pasa a ser local y real.