
Circuncisión.
Una religión sin proselitismo
Mientras que en otras religiones se da el proselitismo y todo nuevo creyente es bien recibido (incluso aquél que procede de otra fe y se ha convertido), el judaísmo no persigue hacer prosélitos, y de hecho los postulantes a la conversión son inicialmente rechazados. Quien de verdad desee hacerse judío debe poseer un gran conocimiento de la religión hebrea y someterse a examen ante un tribunal formado por tres rabinos (en hebreo, beit din); si supera la prueba, es obligado a sumergirse tres veces en la mikvé, el baño ritual. Los hombres que se convierten al judaísmo además tienen que circuncidarse.
La circuncisión Todo hijo de una mujer judía es por nacimiento, según la ley hebrea, judío. La unión de Dios con el pueblo hebreo —sellada una vez por la disposición de Abraham a sacrificar a su hijo— se renueva simbólicamente cuando, ocho días después del nacimiento, el recién nacido de sexo masculino es circuncidado siguiendo el Génesis, 17, 9. En esa ocasión, se corta el prepucio del niño con un cuchillo en una ceremonia. Dios se revela en ese ritual como garante de la fertilidad de su pueblo. La circuncisión es una señal visible del vínculo entre el ser humano y Dios.
Marilyn Monroe se convirtió al judaísmo
En el año 1956, en Estados Unidos, Marilyn Monroe (1926-1962) se convirtió al judaísmo antes de su boda con el escritor judío Arthur Miller (19052005). Para ello debió aprender hebreo, de modo que pudiera entender la Torá. Además tuvo que iniciarse en los estrictos preceptos alimentarios, en el sabbat y las festividades judías. Los rabinos son de la opinión de que en el mundo judío hay que entrar de forma paulatina y que son necesarios varios años para familiarizarse con todos los aspectos del judaísmo religioso.
Todo aquél que es judío tiene el derecho, garantizado por el Estado de Israel, de poder emigrar allí. Ahora bien, los judíos ortodoxos no ven con buenos ojos todas las conversiones de carácter no ortodoxo. Para ellos, el judaísmo estadounidense es demasiado liberal y proclive a las reformas, y por ello suelen lamentar tales conversiones.