Significado
Tienes ante ti el guante del desafío. Las cuestiones que te conciernen ahora son las que desafían tu soberanía; tu autoridad y poder, a todos los niveles.
Ponen en tela de juicio tu derecho a gobernar sobre tu propio territorio, sobre ti misma. Es hora de apropiarte completamente de tu poder.
¿Te enseñaron que las mujeres poderosas les resultan feas y poco atractivas a los compañeros románticos? ¿Quienes te dirigieron por la senda de la religión y de la cultura, de tal modo que te apartaron de tu poder?
¿Evitas asumir responsabilidades por tus acciones, debido a que temes la inacabable crítica, la censura, o parecer mal a los demás? ¿Fueron invalidados tus pensamientos, ideas, preguntas o sueños, porque habías nacido con un determinado sexo?
¿Te has ido, quizá, a un extremo convirtiéndote en «el mejor hombre para ese trabajo», apresando tu necesidad natural de soberanía con un chaleco de fuerza para, después, conquistar, saquear, adquirir, anexar y seguir ansiando más y más?
Sean cuales sean tus andanzas con la soberanía, es tiempo de sanar tu relación con ella y lograr un equilibrio que sea válido para ti y para el resto del mundo.
El uso correcto del poder es signo de salud psicológica y de madurez.
También nos curamos y nos integramos cuando somos capaces de permanecer en nuestro poder y asumir responsabilidades por lo que nos hemos forjado.
Cuanto antes restablezcas tu poder, tanto más aprenderás sobre la manera de controlarlo mediante las cuestiones que se presentan en tu vida. Invitándolas a todas a comer en tu casa, optando por aprender lo que cada una tenga que enseñarte, te convertirás en un brillante ejemplo y en una ayuda para todos, y el mundo será un poco mejor por ello.
Meditación
Encuentra un tiempo y un lugar en el que no te molesten y siéntate, échate o mantente de pie cómodamente, con la columna vertebral recta, y cierra los ojos.
Inspira lenta y profundamente y, al exhalar, mira o siente tu tensión como una estrecha armadura que cubre tu cuerpo.
Inspira otra vez lenta y profundamente hacia la armadura y, a medida que exhalas, mira o siente que esta comienza a adelgazarse y a disolverse poco a poco.
Haz una última respiración dentro de la armadura y, al soltar el aire, mira o siente cómo desaparece por completo. Ahora estás totalmente relajada.
Deja que tu respiración se normalice.
Fija tu atención sobre tu chakra del corazón, localizado en medio de tu pecho cerca del corazón.
Inspira profundamente hacia dentro del chakra y, a medida que sueltas el aire, percibe una sensación de paz. Inspira profundamente hacia dentro de este chakra y, al soltar el aire, percibe una sensación de tranquilidad. Respira otra vez profundamente hacia dentro de este chakra y, al soltar el aire, percibe una sensación de amor. Respira centrándole en ese amor y permite que se expanda.
Respira centrándote en ese amor y siente que se expande hasta que te rodea por completo.
Ahora respira centrándote en ese amor, y siente que te rodea muy estrechamente.
Permanece en ese estado hasta que te sientas dispuesta a continuar.
Mira o siente el amor que te envuelve y te abraza como la presencia de la Madre Divina.
Le dices a la Madre Divina que le agradeces su presencia junto a ti. Te dice que te ama y que siempre está contigo. Te pregunta lo que necesitas, y le dices que necesitas su ayuda en relación con la soberanía.
Te contesta que está encantada de poder ayudarte.
Comienza por decirte que lo que más garantiza la Soberanía es recibir un mandato.
A continuación, te pregunta si estás dispuesta a aceptar un mandato para tu Soberanía. Tú asientes.
Antes de que ella instale el mandato, necesita retirar de tus cuerpos emocional y mental cualesquiera ideas conflictivas o negativas sobre el poder.
Tú lo aceptas y le das permiso para trabajar con estos cuerpos.
La Madre Divina explora tu cuerpo emocional y retira algunos hilos oscuros de energía, y te advierte que está reemplazando los hilos oscuros por otros de luz y amor.
Al instante te sientes diferente. Donde antes había temor, ahora hay aceptación y un conocimiento de que este es el mayor bien.
Seguidamente, la Madre Divina repasa tu cuerpo mental y reemplaza algunos puntos de energía oscura y fría, con luz y amor.
De inmediato, tu mente se siente fortalecida y más clara.
Al pensar en tu mandato sientes una anticipación fundada.
Ya estás preparada para recibir tu mandato, te comunica la Madre Divina, mostrándote una pequeña corona de oro, al mismo tiempo que te pide que repitas con ella: —Tengo pleno poder y autoridad en mi vida, en mis pensamientos y en mis acciones.
Repites sus palabras, y ella sigue diciendo: —Utilizo mi poder para servirme a mí y a la humanidad para el mayor bien.
Repites las mismas palabras. La Madre Divina toma la pequeña corona de oro y la coloca sobre tu chakra coronario, diciéndote que eres su representante en la tierra en forma física.
Sientes que te rodea una onda de poder que invade todo tu ser, fortaleciéndote y abriéndote a las más altas vibraciones de amor y luz.
Le das las gracias a la Madre Divina.
Te pregunta si tienes algo que quieras saber sobre la soberanía y tú le preguntas sobre cualquier inquietud que puedas tener.
Cuando ambas hayáis acabado, te puedes quedar más tiempo con la Madre Divina o comenzar el regreso.
Céntrate en tus manos y respira hacia la punta de los dedos.
Ahora céntrate en tus pies y exhala a través de los dedos de los pies.
Toma un aliento profundo y, al exhalar, mueve suavemente el cuerpo.
Inspira profundamente y, al exhalar, si estás lista, abre los ojos.
¡Bienvenida a tu ser!