LA COORDINADORA DE ORGANIZACIONES SINDICALES (COS): ¿DE LA UNIDAD DE ACCIÓN A LA UNIDAD SINDICAL?

Las tres grandes centrales sindicales —llámese USO, UGT, CCOO—, están todas por la ruptura sindical, contra el proyecto de reforma y se han pronunciado ya claramente por la urgencia de articular una auténtica libertad sindical para los trabajadores. Igualmente se pronuncian todas por la unidad sindical. Aún cuando aquí hemos visto matices y problemas que se expresan en el pluralismo sindical que hoy tenemos delante, ninguna de ellas abandona el objetivo de seguir trabajando por un sindicato unitario en la libertad, construido desde la base, y con la participación de todos los trabajadores, desde las asambleas de fábrica hasta los vértices de las actuales estructuras sindicales. Las tres grandes centrales dicen explícitamente no a la •correa de transmisión• que haría de los sindicatos organizaciones subsidiarias y dependientes de los partidos políticos y defienden clara y decididamente la autonomía sindical. Las tres proclaman un sindicalismo auténticamente representativo, es decir asambleario, favorable a la democracia de base, capaz de recoger la rica experiencia de democracia obrera que nuestro movimiento obrero ha venido desarrollando en su lucha contra el capitalismo español durante estos 40 años. Igualmente se decantan por la unidad de acción en la fábrica y en convocatorias, y más allá, como veremos inmediatamente, han llegado a articular una instancia propia, la Coordinadora de Organizaciones Sindicales (COS), con la cual esperan poder seguir trabajando en la perspectiva unitaria a que acabamos de aludir. Ninguno de ellos acepta limitarse a los aspectos meramente reivindicativos, aún cuando todos ellos tomen el acento y la importancia de éstos, y subrayan la dimensión política de sus objetivos, sus propósitos de que los trabajadores sean protagonistas reales de la política del país, su deseo de incidir en la evolución general que estamos siguiendo hacia la democracia y el socialismo. Así, junto a las tradicionales reivindicaciones económicas y salariales, articulan reivindicaciones referidas a la calidad de vida, o reivindicaciones políticas de corte democrático que reflejan la citada orientación de ruptura sindical sin ambages ni limitaciones.

Para las tres centrales sindicales la cuestión de la unidad sindical es más que un simple deseo o una mera declaración de principios; constituye la prosecución de las tareas que el movimiento obrero ha venido desarrollando en estos años. La existencia de diversas siglas sindicales no debe ocultar esa otra realidad fundamental: la unidad con la que contamos en las luchas de fábrica, ramo, sector, localidad, según la práctica adquirida por las clases trabajadores en estos años de lucha contra el franquismo y por la libertad sindical. Baix Llobregat, Sabadell, Madrid, construcción, metal, SEAT, Standard, y tantos otros procesos unitarios que sería imposible enumerar ahora marcan pasos adelante, experiencias de lucha en las que la unidad de acción se ha plasmado en la creación de organismos unitarios para la dirección sindical durante la misma lucha. Unidad tan notable como la lograda los Primero de Mayo de años sucesivos o la más trascendental del 12 de noviembre de 1976, jornada de la que hablamos a continuación.

También cabe destacar el ciclo de conferencias sobre Presente y Futuro del Sindicalismo en Catalunya, en el que participaron SOC, UGT, CCOO y USO —la CNT declinó la invitación por razones internas— y fruto del cual se proclamó el Manifest Sindical de Catalunya.

CCOO, UGT y USO coinciden en señalar que la cuestión de la unidad debe superar todo sectarismo yendo más allá de residuos históricos y de malentendidos, herencia de 40 años de lucha antifascista en precarias condiciones, en permanente forcejeo entre la legalidad y la ilegalidad. En esta línea, consideran que para lograr la unidad hay que luchar en dos frentes simultáneamente:

1) A nivel de empresa, potenciando la línea impulsada durante estos años de participación de la totalidad de los trabajadores en la asamblea obrera, impulsando una auténtica democracia de base que permita elaborar el proyecto del sindicato unitario con una plena y densa participación de las masas.

2) A nivel de las diferentes fuerzas sindicales, estableciendo contactos en discusiones abiertas y claras, sin sectarismos ni dogmatismos, teniendo en cuenta que todas ellas son parte de ese patrimonio común que es un movimiento obrero moderno, rico en experiencias, y que ha sabido hoy ampliarse en una profunda articulación de clases con el campesinado y con amplios sectores y capas de las clases medias asalariadas. Se trata de ir llegando a acuerdos que permitan alcanzar el Congreso Constituyente de la deseada Central Unitaria de Trabajadores.

Así, estos dos esfuerzos de abajo arriba y de arriba abajo, de impulso unitario en la base y de trabajo en el vértice, se complementan y aparecen hoy como inseparables si deseamos alcanzar un proceso unitario según auténticas concepciones democráticas.

En esa línea, a finales de julio del presente año CCOO, UGT y USO suscribían un acuerdo para la constitución de la Coordinadora de Organizaciones Sindicales (COS). Hacia mediados de septiembre daban a conocer los tres documentos constitutivos de dicha Coordinadora: Manifiesto a los trabajadores, Bases de acuerdo para la constitución de la COS y la Plataforma reivindicativa común. Como primera finalidad de la nueva coordinadora se señala «el conseguir la unidad de acción en todo el Estado español entre las organizaciones sindicales que la integran, como medio de alcanzar la ruptura democrática y sindical, concebida en la perspectiva de la unidad sindical».

Según las bases para la estructuración y funcionamiento de la COS, se precisa que ésta «no es una estructura de la unidad orgánica de la clase obrera ni prefigura dicha unidad, sino que se enmarca dentro de un proceso unitario basado en la unidad de acción, la cual implica acuerdo en la base. Las organizaciones firmantes se comprometen a realizar todos los esfuerzos posibles para favorecer el proceso unitario hacia la unidad sindical».

La COS se estructura y toma acuerdos respetando la autonomía orgánica y de acción de cada una de las organizaciones sindicales que la integran, y podrá estructurarse en todo el estado español tanto a nivel territorial como a nivel sectorial. Los organismos de la COS que se constituyan en todo el estado deberán gozar de la mayor autonomía para adaptar la acción y los objetivos perseguidos a las condiciones concretas de la zona en donde estén constituidos.

En la Plataforma reivindicativa común se expone un programa a largo plazo que de satisfacción a las reivindicaciones económicas y sociales de los trabajadores. Dicho programa supone una enumeración detallada y un cúmulo de reivindicaciones cuantitativas así como de reivindicaciones cualitativas relacionadas con el control de las condiciones de trabajo, de los ritmos de producción, otras referidas a la mejora de la calidad de vida de los trabajadores en sus barrios, pueblos o ciudades. Se dedica atención a los problemas de la ecología, así como a las reivindicaciones propias de la mujer y de los jóvenes en el trabajo.

En el capítulo de reivindicaciones políticas incluidas en dicha plataforma, se explicitan las siguientes:

—«Libertad de sindicación, incluidos funcionarios, y de asociación política sin limitaciones.

—Sindicato de clase autónomo, independiente, democrático y unitario.

—Libertad de los presos políticos y sindicales, regreso de los exiliados, amnistía laboral. —Derechos de asociación, reunión, expresión —con posibilidad de utilizar los medios de comunicación de masas— y manifestación.

—Derecho de huelga como medio de defensa de nuestros intereses.

—Derechos de reunión, asamblea, propaganda dentro de las empresas. Garantías a los auténticos representantes de los trabajadores, ostenten o no cargo sindical.»

Ante la grave crisis económica y política que atraviesa el país, y que se manifiesta en la inflación, la congelación salarial y el paro obrero, la COS propone como objetivos inmediatos «un aumento salarial de 6.000 ptas. para todas las categorías, un puesto de trabajo asegurado para todos, un seguro de paro que cubra el 100 °/0 del salario, así como «libertad sindical y libertades democráticas, amnistía sin exclusiones, retorno de los exiliados y amnistía laboral».

Como ha escrito Julián Ariza, a diferencia de otros órganos de unidad política tales como Coordinación Democrática que son de carácter interclasista, orientados al pacto político y que por lo tanto difícilmente podrán ir más allá de la ruptura democrática y el establecimiento y sostén de un gobierno provisional, la COS «es un órgano clasista creado por organizaciones obreras y que si bien tiene en principio unos objetivos concretos limitados en el tiempo, lo que obliga a no confundirla con la unidad orgánica sindical, sin embargo, contiene los elementos objetivamente necesarios para posibilitar su permanencia más allá de la ruptura y ser el punto de arranque para esa unidad orgánica que desean en masa los trabajadores».

Pese a que otras organizaciones sindicales tales como la CNT u otras propias de Catalunya, Euskadi y Galicia como SOC, STV o SOG, no han entrado a formar parte de la COS, la constitución de dicha coordinadora constituye un paso sustancial en el entendimiento de las diversas corrientes sindicales que han venido actuando en la prolongada lucha contra el franquismo y al mismo tiempo permite augurar la posibilidad de superar divisiones sindicales acaecidas en otros países europeos después de la segunda guerra mundial, consecuencia de la guerra fría, y que fueron un grave quebranto para la defensa de los intereses de las clases trabajadoras. El deseo reiteradamente manifestado por las tres organizaciones sindicales de orientarse hacia la construcción de un sindicato unitario en la libertad, junto con la unidad de acción ya puesta en marcha a partir de la COS, permite enfocar el futuro de la libertad sindical como marco para la construcción del sindicato unitario.

 

 

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