Significado
La Caridad hace su grata aparición en tu camino. Es hora de centrar tu atención en dar y vivir desde tu corazón en todos los aspectos de tu vida.
La caridad no consiste solo en la capacidad de dar parte de lo que tienes materialmente con el fin de ayudar a otros, sino que también es un modo de vida que afecta a como piensas.
Solo con poner tu atención en activar tu disposición a la caridad notarás que disminuyen e incluso desaparecen las tendencias hacia el juicio y la crítica.
Esto se debe a que la caridad moviliza tu corazón y alinea tu ego/personalidad con tu alma.
Te abre a la más alta expresión como ser humano porque está en nuestra naturaleza amar y ser generosos. ¿Sientes como si estuvieras enganchada en los anzuelos emocionales que te rodean, y reaccionas desde tu niño herido, o los ves tal y como son y optas por restarles fuerza, respondiendo caritativamente con buena voluntad? ¿Estás atascada en un bucle repetitivo que juzga la conducta de los demás con expresiones como: por qué no hacen, por qué no pueden, por qué no son ellos? ¿Te censuras a ti misma dando excesiva importancia a tus supuestas fallas o malos hábitos? ¿Quizá estás pidiéndote a ti misma y a otros cosas que no tenéis para dar? ¿O puede que creas que pensar y hablar en forma crítica ayudará a los demás a ser diferentes, es decir, mejores?
La facultad crítica del cerebro está allí para utilizarla en el acto de pensar, para tomar decisiones. Nunca sobre seres vivientes.
Ha llegado la hora de optar por actuar con buena voluntad y amor hacia ti misma y hacia los demás.
La mayor caridad que podemos ofrecer es la de una aceptación cariñosa y una buena voluntad, a pesar de quienes seamos o de lo que hagamos a los demás.
También necesitamos cultivar la actitud de que todos actúan lo mejor posible. A pesar de las apariencias, todos hacen siempre lo mejor posible.
Debido a que somos tan singulares, ese «lo mejor» nos parece muy divergente. Cuanto más expandimos este punto de vista caritativo, tanto más se extenderá hacia nosotros, y más tranquilidad y felicidad crearemos en nuestras vidas y en el mundo.
Meditación
Encuentra un momento y un lugar en el que no te molesten, cierra los ojos. Inspira lenta y profundamente y, al exhalar, mira o siente tu tensión como una estrecha armadura que cubre tu cuerpo.
Inspira otra vez lenta y profundamente hacia la armadura y, a medida que exhalas, mira o siente que esta comienza a adelgazarse y a disolverse poco a poco.
Haz una última respiración dentro de la armadura y, al soltar el aire, mira o siente cómo desaparece por completo. Ahora estás totalmente relajada.
Deja que tu respiración se normalice.
Fija la atención sobre tu chakra del corazón, localizado en medio de tu pecho cerca del corazón.
Inspira profundamente hacia dentro del chakra y, a medida que sueltas el aire, percibe una sensación de paz. Inspira profundamente hacia dentro de este chakra y, al soltar el aire, percibe una sensación de tranquilidad. Respira otra vez profundamente hacia dentro de este chakra y, al soltar el aire, percibe una sensación de amor. Respira centrándote en ese amor y permite que se expanda.
Respira centrándote en ese amor y siente que se expande hasta que te rodea por completo.
Ahora, respira centrándote en ese amor y siente que te rodea muy estrechamente, permanece en ese estado hasta que te sientas dispuesta a continuar.
Mira o siente el amor que te envuelve y te abraza como la presencia de la Madre Divina.
Le dices a la Madre Divina que le agradeces su presencia junto a ti.
Te dice que te ama y que siempre está contigo.
Te pregunta lo que necesitas y le dices que necesitas su ayuda para vivir una vida llena de caridad y generosidad.
Te contesta que está encantada de poder ayudarte.
Te dice también que uno de los aspectos es servir a la humanidad a través de un corazón generoso y amoroso.
En tu corazón subsisten algunas heridas que necesitas transformar en energía de amor, continúa ella. Seguidamente, se acerca a tu cavidad torácica y extrae tu corazón.
Lo mantiene frente a ti, y eso te permite ver que tiene algunas áreas oscuras que todavía sangran con las heridas que has acumulado. Ante ti aparece de repente un estanque de Luz cristalina.
La Madre Divina sumerge con delicadeza tu corazón en el estanque y lo mueve de un lado a otro.
Lo saca y lo examina.
Observas que repite la acción hasta que queda satisfecha de que tu corazón está totalmente curado, nuevo y resplandeciente con potentes haces de Luz.
Te pregunta si estás preparada para recibir nuevamente tu corazón, y asientes.
Te coloca el corazón con toda suavidad en el pecho y te estremeces con la nueva energía.
Te sientes como expandida, reavivada, despierta y renacida.
Sientes que el amor estalla en tu pecho, y tienes el deseo de amarte a ti misma, a los demás y a todo lo que te rodea.
Das las gracias a la Madre Divina.
Te pregunta si tienes alguna duda sobre la caridad, y le planteas cualquier inquietud que te preocupe.
Cuando ambas hayáis terminado, puedes quedarte más tiempo con la Madre Divina o iniciar el regreso.
Céntrate en tus manos y respira hacia la punta de los dedos.
Ahora céntrate en tus pies y exhala a través de los dedos de los pies.
Haz una respiración profunda y, al exhalar, mueve suavemente el cuerpo. Inspira profundamente y, al exhalar, si estás lista, abre los ojos. ¡Bienvenida a tu ser!