Texto de Alberto Corbi
Los responsables de la firma ilicitana PLD Space están decididos a demostrar que en nuestro país es posible construir cohetes capaces de poner cargas y satélites en órbita, con la mejor tecnología, un diseño impecable y a bajo coste. Si todo va bien sus ingenios, Mamados MIURA, colocarán la industria aeroespacial española en primera línea… Ya han dado los primeros pasos para conseguirlo.
En el fondo, todos lo sabemos: no hay mejor manera de cambiar las cosas que volver la mirada hacia las estrellas. Ese anhelo fue, de hecho, el que el 12 de septiembre de 2011 llevó a dos amigos ilicitanos, Raúl Torres y Raúl Verdú, a fundar en Elche PLD Space.
Estos dos emprendedores pensaron que había sitio para una nueva firma aeroespacial española, una que sería capaz de enviar cargas al espacio mediante cohetes de bajo coste, reutilizables y a la última en tecnología. Así nació la primera empresa nacional de microlanzadores.
MUY PRONTO, LA COMPAÑÍA EMPEZÓ A ATRAER A PROFESIONALES CON MOTIVACIONES PARECIDAS y PLD Space creció tanto en talento como en inversiones. Más que empleados, las varias decenas de personas que se sumaron al proyecto se convirtieron de este modo en los early adopters de las audaces ideas de los fundadores. Como ellos, querían dejar su huella en el cielo, pero ¿cómo llevarlo a cabo? En ingeniería aeroespacial no hay nada fácil. PLD Space diseña y fabrica cohetes que deben llegar al espacio. En concreto, han de realizar lo que se conoce como vuelo suborbital.

Cohete Miura 5.
En el apogeo del mismo, se libera la carga acordada con el cliente o se llevan a cabo los experimentos que requieran entornos de microgravedad. Estos pueden comenzar incluso dos minutos antes de la llegada a ese punto de altura máxima.
En estas trayectorias, una aeronave no abandona del todo el campo gravitatorio del planeta y acaba cayendo a tierra, como si se tratase de una piedra que hubiésemos lanzado con fuerza hacia arriba.
En el caso de estos vehículos, ese descenso se controla mediante varios paracaídas que permiten que americen suavemente en un redil acuático de unos pocos kilómetros cuadrados. Una vez que lo han hecho, encienden su baliza de localización.
Así, pueden ser recuperados, puestos a punto y reutilizados en subsiguientes misiones. Aunque esta maniobra de rescate manual no llega a la majestuosidad operativa de los ingenios de SpaceX, que después de hacer su trabajo se posan automáticamente en el punto designado, es mejor que no hacer nada y echar a perder una maravilla de la ingeniería. Hasta algo antes de la fase de aerofrena do la famosa reentrada, todo el sistema se encuentra en caída libre, lo cual, tal como demostró Einstein en 1914, viene a equivaler a flotar ingrávido en el espacio.
A día de hoy, PLD Space puede conseguir que esto acontezca durante dos valiosos minutos, lo cual, junto a la microgravedad que se alcanza en el trayecto de ida, antes del apogeo, representa un respetable rango de tiempo para la ejecución de importantes tareas de índole científica.
Todo este proceso de subir y bajar en un campo gravitatorio embalsamado por un fluido, en este caso, la atmósfera, es comparable a los problemas de tiro parabólico que resolvíamos de adolescentes en las clases de física.
Pero, a diferencia del citado lanzamiento de piedras, que depende de un actor externo, un cohete se lanza a sí mismo. Esto lo consigue eyectando material incandescente por uno de sus extremos un caso práctico de la tercera ley de Newton o principio de acción y reacción.
LA PARTE DE UN COHETE QUE TIENE ESTE COMETIDO SE LLAMA LANZADOR. A SU VEZ, ESTE PUEDE POSEER UNO O VARIOS MOTORES. Los actuales lanzadores de PLD Space reciben el nombre de MIURA 1 y MIURA 5, y el corazón de ambos es el motor TEPREL (acrónimo de Tecnología Española de Propulsión Reutilizable Espacial para Lanzadores).
De los dos, el primero se encuentra en una fase de desarrollo más avanzada y es también el más pequeño. Mide 12,5 metros de alto y 70 centímetros de diámetro, mucho menos que otros aparatos parecidos, como los que suele usar la ESA para poner satélites en órbita.
En el mundo taurino, la ganadería Miura, de Sevilla, es una de las más famosas en lo que respecta a los toros de lidia. Con ese mismo nombre, Torres y Verdú pretenden enfatizar ciertos valores, como el coraje, la fuerza y la energía antes, habían barajado el de Arión, como el del valeroso caballo inmortal de la mitología griega.
Pues bien, fuerza y energía no le faltan precisamente al MIURA 1. A nivel del mar, la propulsión de su único motor TEPREL de ahí el 1 puede generar una fuerza de 32.000 newtons. Teniendo en cuenta que su peso total es de aproximadamente 2,5 toneladas, ello supone una aceleración inicial levemente superior a 1 g la equivalente a la de la gravedad en la superficie terrestre, es decir, 9,8 m/s2.

Fabricación del Miura 5.
Esto implica que el impulso durante el ascenso es bastante dócil. De hecho, el empuje vertical es siempre menor de 5 g. Es un detalle importante, pues toda aceleración implica una fuerza, y toda fuerza puede tener resultados positivos como emplazar un satélite a 170 km de altura, pero también entraña riesgos para el vehículo, sus posibles ocupantes o la carga.
Por otro lado, la energía producida por el motor TEPREL puede llegar a los 25 gigajulios, la cual se correspondería con unos 7.000 kWh.
Para hacernos una idea, esta cifra se aproxima a la del consumo de una familia española ¡en un año! Este derroche de fortaleza se consigue haciendo reaccionar salvaje pero diligentemente 600 litros de queroseno con una tonelada de oxígeno liquido durante dos minutos. Esta reacción química convierte al MIURA 1 en un misil científico del tamaño de un edificio de cuatro plantas.
Si el lector vuelve a echar la mirada a sus apuntes de física y se atreve a calcular la energía mínima necesaria para situar un objeto en las capas intermedias de la termosfera esta se extiende aproximadamente entre los 90 y los 500 kilómetros de altura, obtendrá algo más de 4 gigajulios. Es decir, sobre el papel, el TEPREL no tiene problema alguno en llevar esta máquina de la tierra al firmamento, en un total de doce minutos.
PLD SPACE HA LLEVADO A CABO LOS ENSAYOS DE LOS MOTORES TEPREL EN LA PLATAFORMA AEROPORTUARIA DE TERUEL PLATA. En 2014, los responsables de ambas partes alcanzaron un acuerdo por el que la empresa aeroespacial podía realizar pruebas y estudios en las instalaciones del aeródromo.

Chinook CH-47 dejando caer la 1ª etapa del Miura (Huelva)
No obstante, su actividad va extendiéndose a otros enclaves de nuestra geografía. Por ejemplo, en Mazagón (Huelva), se encuentra el Centro de Experimentación El Arenosillo conocido como CEDEA, desde donde previsiblemente se enviará al espacio el MIURA 1 cuando esté plenamente desarrollado.
No muy lejos, en el golfo de Cádiz, los lanzadores reposarán tras su fulgurante paseo por la bóveda celeste. Después de cada misión, un equipo de rescate se encargará de recuperarlos y asegurarles un merecido pero temporal reposo antes de su vuelta a las alturas.
Durante su visita al complejo de PLD Space en Teruel, el ministro de Ciencia, Pedro Duque (izda.), definió la iniciativa de esta empresa como un ejemplo de transferencia de conocimientos de la ciencia a la industria.
Los lanzamientos del MIURA 5 una especie de hermano mayor del 1 podrían efectuarse desde El Hierro, en las Canarias. El Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial mantiene en el sur de esa isla una terminal aeronáutica que podría servir como puerto espacial para esta nave, quizá a partir de 2022.
¿PERO QUÉ OFRECE PLD SPACE? EN ESENCIA, PODRÍA DECIRSE QUE ESTA EMPRESA COMERCIA CON ESPACIO EN EL ESPACIO, esto es, ofrece a sus clientes la posibilidad de reservar unos habitáculos en sus lanzadores para distintos usos. Podríamos comparar el MIURA 1 con una pequeña casa rural de tres habitaciones, dos de ellas equipadas con camas individuales y una con una amplia cama de matrimonio.
Por una cantidad bastante razonable al menos, en comparación con muchos de sus competidores, podemos ocupar cualquiera de ellas.
La más grande, además, presenta una rebaja. Así, según el portal en la Red de PLD Space (pldspace.com), el coste de los compartimentos simples, que pueden albergar hasta 50 kg de carga, desde pequeñas sondas hasta experimentos científicos, es de 550.000 euros, mientras que el del espacio doble, capaz de hospedar un fardo de 100 kg, es de 900.000 euros.
Dependiendo del peso que lleve el límite son 150 kg, el tiempo que el vehículo permanecerá en un entorno de microgravedad y la localización del apogeo serán distintos. En este sentido, las capacidades y versatilidad del futuro MIURA 5 serán muy superiores a las del 1, pues contará con cinco motores TEPREL y más habitáculos. Este vehículo de dos etapas y más de 20 metros de alto podrá acarrear satélites más grandes su capacidad de carga duplica a la del lanzador más pequeño, soportar ensayos en el espacio más complejos y colocar dispositivos a 500 km de altura, en una órbita heliosincrónica.

Centro de pruebas para cohetes de LPD Space (Teruel).
En este tipo de recorridos, un objeto siempre pasa por el mismo punto geográfico cada día a la misma hora y tiene la posibilidad de apuntar al Sol si así lo necesita, por ejemplo para recibir su energía si es que está equipado con paneles solares.
Es imposible aventurar el éxito que tendrá PLD Space, pero la solidez de su proyecto ha quedado más que avalada en estos años.
Así, en 2016, la ESA eligió a la compañía española como la principal contratista del proyecto Liquid Propulsion Stage Recovery, que tiene por objeto estudiar estrategias de recuperación de la primera etapa de un lanzador para poder reutilizarlo.
Dos años después, fue seleccionada por la misma agencia espacial para analizar las posibilidades de desarrollar un sistema de microlanzadores y su viabilidad económica. También en 2018 sus responsables firmaron un acuerdo con el Centro Alemán de Tecnología Espacial Aplicada y Microgravedad de Bremen para enviar una carga al espacio.
De igual modo, la startup ha demostrado que puede recuperarse de los contratiempos. Durante unas pruebas en mayo de 2019 se produjo un fallo que ocasionó importantes daños materiales y la pérdida del motor TEPREL. Pero, tras ocho meses de análisis y ajustes, PLD Space logró llevar a cabo el pasado febrero un encendido completo del nuevo TEPRELB, en las instalaciones del aeropuerto de Teruel.

Pedro Duque (izda) de visita a PLD Space (Teruel).
El ingenio funcionó sin problemas durante dos minutos, el tiempo que tardaría en propulsar un cohete al espacio para que este alcance la altitud adecuada en una misión real. Al final, hay algo aún más valioso que esa capacidad de desarrollar fantásticos cohetes reusables y novedosos motores de reacción.
Lo que hace diferente a PLD Space no es que ofrezca a sus clientes poder transportar mercancías hasta la termosfera o, en un futuro cercano, situarlas en órbita.
Eso la convertiría en una simple empresa de servicios más o menos exóticos. PLD Space es, sobre todo, una idea capaz de tocar el corazón. Y cuando llegas al corazón de quienes te rodean, el límite a tus aspiraciones solo lo ponen las estrellas.