
POR. HOSNY EL-LAKANY
Subdirector general del Departamento de Bosques de la FAO (Food and Agriculture Organization)

La pérdida de superficies boscosas alcanzó, durante los años noventa, los 94 millones de hectáreas, es decir, el 0,2% de su superficie. Su declive es particularmente alarmante en los países en vías de desarrollo y afecta prioritariamente a los bosques tropicales —cerca de la mitad del conjunto de superficies forestales—, cuyo ritmo de deforestación se aproxima al 1 % anual.
En los países desarrollados, en cambio, los bosques se encuentran más bien en expansión, con excepción de los de la cuenca mediterránea, afectados por los incendios (en el nordeste) o por la deforestación y la degradación (en el sudeste).
La Situación de los bosques del mundo 2003 de la FAO evidencia el papel esencial de los bosques en el contexto del cambio climático, como fuentes de uno de los principales gases de efecto invernadero, el dióxido de carbono (CO2) cuando son destruidos o degradados como fuentes de biocombustible susceptibles de reemplazar a los combustibles fósiles o, también, como trampa para fijar el carbono, cuando se gestionan de forma sostenible.
En efecto, los árboles, como todos los vegetales, elaboran su materia orgánica a partir del CO2 del aire, y absorben mayor cantidad cuando más jóvenes son.
Los bosques contienen más de la mitad de las existencias de carbono del planeta. La gestión de los bosques plantea otras cuestiones a las que convendrá responder concerniente al cambio climático
Considerar el agua como un producto económico y no ya como un bien gratuito puede conducir a las políticas generales y a las instituciones a proporcionar estímulos v medios para preservar los recursos de agua dulce, como la modificación de la utilización de las tierras de una región determinada.
Esta nueva economía del agua asociada a una cooperación intersectorial y a una ampliación del análisis económico podrían reabsorber las desigualdades entre los pagadores v los beneficiarios, retribuyendo como corresponde a los habitantes que mejoran los bosques o reducen las pérdidas aguas abajo. Se estima que la mitad de la biodiversidad del mundo se encuentra en los bosques, en particular en los tropicales.
El abanico exacto de bienes v servicios que una región boscosa determinada puede proporcionar debe tomar en consideración una utilización equilibrada de los recursos en el ámbito nacional V descansar en el diálogo entre las autoridades, el sector privado, las instituciones universitarias, las ONGs y las comunidades locales.
Un estudio llevado a cabo en 39 enclaves de Asia y del Pacífico ha mostrado que una estrategia de empresa comunitaria puede garantizar la conservación de los bosques, si está ligada a factores exteriores como el acceso a los mercados v si la empresa se adapta a la evolución de la situación.
Pero para mejorar las prácticas corrientes de gestión de los bosques, es primordial elaborar indicadores que midan los efectos de las intervenciones humanas sobre la biodiversidad. Esto es extremadamente difícil, va que no existe una medida única de la diversidad de los ecosistemas son muy variables. Por otra parte, las prácticas forestales no tienen necesariamente la misma incidencia sobre los distintos elementos de la diversidad biológica, ya que pueden beneficiar a algunos y perjudicar a otros.
Así, la gestión de los bosques sostenible v orientada a su capacidad de satisfacer la demanda de bienes y servicios dependerá de los progresos científicos y tecnológicos. Sin embargo, los recursos no bastan para preservar reforzar la capacidad de investigación v se pueden constatar importantes diferencias entre países desarrollados y países en vías de desarrollo, entre sector público y sector privado, así como entre las diferentes ramas del sector forestal.
En muchos países tropicales, la mayoría de las actividades forestales que conciernen a un gran número de personas que están relacionadas con el sector no estructurado de la economía dentro del cual se invierte muy poco en investigación.
Si las insuficiencias actuales de las actividades científicas y tecnológicas del sector forestal persisten, es probable que veamos ahondarse el foso que separa a los países desarrollados de los países en vías de desarrollo.

Rascacielos de Benidorm, en la Costa Blanca, Comunidad Valenciana, España (38°32′ N0°08′ O)

Europa, primer destino de viajes, recibe anualmente al 58 % de los turistas registrados en todo el mundo. El mar Mediterráneo contribuye a su fama ofreciendo los variados encantos de sus costas a unos 250 millones de turistas cada año.
Las torres de Benidorm, un «Manhattan» playero que ofrece innumerables distracciones, ilustran un aspecto de este fenómeno. Levantados en el frente marítimo detrás de dos largas playas doradas, los rascacielos han fagocitado lo que todavía en los años cincuenta era un pueblo de pescadores.

Bañada por las aguas del golfo de Alicante, la Costa Blanca se beneficia ampliamente de la excepcional insolación del sudeste de España (más de 300 días al año) y se encuentra densamente poblada. ¡Benidorm alberga ella sola hasta a un millón de almas en temporada alta! El hombre se establece cada vez en mayor medida junto al mar, y trece de las diecinueve ciudades con más de 10 millones de habitantes que tiene el planeta son ciudades costeras. Esta presión urbana sobre el litoral crece con una rapidez mucho mayor que el desarrollo de soluciones para el tratamiento de las aguas residuales: sólo una ciudad de cada diez en el mundo dispone, como Benidorm, de una depuradora.

Geiser del Grand Prismatic, Parque Nacional de Yellowstone, Wyoming, Estados Unidos (44°26′ N110°39′ O)

Situado en una meseta volcánica, a caballo de los estados de Montana, Idaho y Wyoming, Yellowstone es el más antiguo de los parques nacionales del mundo. Creado en 1872, tiene tina extensión de 9.000 km2 y presenta la mayor concentración de enclaves geotérmicos del globo, con más de 10.000 geisers, fumarolas y manantiales de agua caliente.
Con un diámetro de 112 m, el Grand Prismatic Spring es el mayor estanque termal del parque y el tercero del mundo por su tamaño. El espectro de colores al que debe su nombre tiene su origen en la presencia de algas microscópicas, cuyo crecimiento en el agua caliente, en el centro del estanque, difiere del de la periferia, donde la temperatura es menos elevada.

Reserva de la Biosfera desde 1976 y declarado patrimonio mundial por la Unesco en 1978, el parque nacional de Yellowstone recibe un promedio de tres millones de visitantes anuales. Por otra parte, los cinco parajes naturales más frecuentados del mundo se encuentran en los Estados Unidos y en Canadá. Cada año, el continente americano recibe más de 70 millones de turistas (1/10 del turismo mundial), que le aportan la quinta parte de los ingresos mundiales procedentes de la actividad turística.

Rebaño de vacas atravesando el lago Kissimmee, Florida, Estados Unidos (27055′ N 81°16′ O)

Las vacas se pasean en ocasiones por las orillas poco profundas del lago Kissimmee, o Florida. Sus pastos lindan con las tierras inundables de esta extensión de agua, y los cercados, menudo mal conservados, no siempre sirven para mantenerlas alejadas. Debido a su número, esto animales son una fuente de contaminación del lago. Sus deyecciones contienen fósforo.
Pero este fertilizante natural favorece la proliferación de micro-algas, vegetales que perjudican a las plantas y a los peces al consumir el oxígeno disponible en el agua. Ante este fenómeno de eutrofización, desde los años ochenta del siglo XX se han tomado medidas para alejar al ganado de los cursos de agua de Florida.

Estas disposiciones limitan también la utilización de abonos enriquecidos con fósforo., que son transportados desde los campos hasta los embalsamientos de agua dulce por las arroyadas.
La restauración de las zonas pantanosas, programada desde 1993, podría mejorar considerablemente la situación, ya que las zonas húmedas retienen, mejor que las depuradoras, el fósforo procedente de las arroyadas.

Cúpula de Genbaku (epicentro de la bomba A en 1945) en Hiroshima, Honsh Japón (34°24′ N132°27′ E)

La Cúpula de Genbaku, esqueleto de la antigua Oficina de Promoción Industrial, es el único edificio del centro de la ciudad que resistió parcialmente a la explosión de la primera bond in atómica lanzada por la aviación norteamericana el 6 de agosto de 1945 sobre Hiroshima.
Sus ruinas se han conservado como un testimonio de la brutalidad de esta acción de guerra, y desde 1996 figura en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco. El mismo día de la explosión murieron 200.00 personas y el 40 % de los edificios de la ciudad quedaron completamente destruidos. La Cúpula está situada en un barrio de Hiroshima dedicado a la memoria de esta tragedia.

En él se encuentran la catedral de la Paz, el parque memorial de la Paz y el Museo del Recuerdo y de la Paz, que conserva, entre otros testimonios del horror, tejas vitrificadas y relojes parados a las 8 h 16 min, el instante de la explosión. Tres días después de Hiroshima, el 9 de agosto, los norteamericanos lanzaron una segunda bomba A que destruyó totalmente la ciudad de Nagasaki y condujo a la capitulación del Japón.
El arma nuclear ha transformado las relaciones internacionales: utilizarla en 1945 fue un acto de barbarie, pero el temor que inspiró después permitió limitar el enfrentamiento ideológico entre la URSS y los Estados Unidos a la guerra fría, desde 1945 hasta la perestroika de 1989.

El petrolero Prestige frente a las costas de Galicia, España (43°0′ N11°50′ O)
El 19 de noviembre de 2002, el Prestige, un barco de veintiséis años, se hundía frente a la costa oeste española derramando 77.000 toneladas de fuel, que miles de voluntarios recogerían en forma de «galletas» en las playas. Esta catástrofe nos recuerda tristemente que más de un tercio de los 40.000 grandes navíos que se encuentran en activo no cumplen las normas, que nuestros océanos son víctimas de un gran naufragio cada tres días y también que al menos un gran petrolero de cada dos tiene más de veinte años, a pesar de que su tasa de pérdidas es diez veces superior a la de los barcos más modernos.

Por desgracia, aun siendo espectacular, la contaminación provocada por los naufragios no es más que la punta del iceberg: la limpieza ilícita de fondos de los buques libera diez veces más hidrocarburos y dos tercios de la contaminación de los mares proviene de los continentes. Así, en el mar Mediterráneo, el 85 % de las aguas residuales de las grandes ciudades se elimina sin un tratamiento previo.