Grabado. 123,6 x 202,4 cm. Biblioteca Nacional de Francia, París
Hasta 156g los marinos podían trazar una línea recta en un globo terráqueo que permitía navegar siguiendo líneas de rumbo constante (loxodrómicas), pero no podían hacerlo en un mapa plano.
No era un problema en pequeñas distancias, pero sí a medida que los europeos hacían distancias cada vez mayores.
El primero en resolverlo fue el cartógrafo flamenco Gerardus Mercator, pero aún no se entiende bien cómo logró su hazaña matemática.
Mercator ideó una proyección que fijaba sobre un mapa la superficie curvada del globo, de modo que una trayectoria trazada con una recta cruzase los paralelos y los meridianos en ángulo constante.
La proyección se convirtió en el modelo de los mapas de uso general desde finales del siglo XIX.
Este logro notable e involuntario quedó eclipsado por las críticas posteriores porque los continentes del norte aparecían más grandes y dominantes que los del sur, una tendencia corregida, por ejemplo, en la proyección de Peters.
A pesar de todo, en la década de 1970 se desarrollaron derivaciones de la proyección de Mercator para los satélites, y Google la adoptó en zoos para sus mapas. En zolo Web Mercator ya se utilizaba en Microsoft Bing Maps, Google Maps y ESRI ArcGIS online: el legado de Mercator perdura.