Papel impreso.15, 4 x 22,7 cm. London Transport Museum, Londres
Este célebre diagrama esquemático fue la solución del delineante de ingeniería Harry Beck para cartografiar el metro de Londres.
El mapa, simplificado y muy general, une las estaciones mediante líneas rectas verticales, horizontales o en 45 grados y con un código cromático.
Diferencia las estaciones normales de los intercambiadores. La zona central está exagerada (la escala externa se contrae). No se muestra la geografía superficial, salvo el río Támesis, y esa es su característica clave desde el punto de vista del diseño: Beck argumentó que no era necesario que los pasajeros supiesen qué había sobre sus cabezas.
La empresa de metro de Londres dudó, pero la primera tirada del mapa tuvo muchísimo éxito. Aunque no es completamente original (algunas ideas se pueden encontrar en muchos trabajos previos), la concepción de Beck fue innovadora y vanguardista.
Coincidía con la visión contemporánea de la ciudad como una máquina y con el modo en que Frank Pick (vicepresidente de la Junta de Transporte de Pasajeros de Londres) quería renovar la imagen del metro para hacerlo moderno y aerodinámico.
Aunque el mapa ha pasado por muchas revisiones y cambios de diseño, la esencia del enfoque gráfico se sigue usando, y la sencilla belleza de Beck es un modelo para los mapas relacionados con el transporte de todo el mundo.