
Cromolitografía. 75 x 94 cm. Colección Daniel Crouch Rare Books, Londres
Antes de que el mapa esquemático de Harry Beck cambiara en 1933 la cartografía del metro de Londres se habían utilizado diversas perspectivas para explorar la red de transporte de la ciudad.
En este mapa de 1914, dibujado por MacDonald Gill con detalles y humor, el papel central no corresponde a las rutas, sino a las estaciones.
No se diseñó para un uso funcional, sino para presentar muchos detalles secundarios de las atracciones urbanas. El mapa fue un encargo de The Underground Electric Railways Company Ltd., como parte de un intento de superar la imagen de un metro masificado, sucio e ineficiente.
La empresa perdía dinero porque los trenes estaban vacíos los fines de semana, y el mapa presentó una visión romántica del viaje subterráneo con la intención de atraer pasajeros al servicio.
El cartel, expuesto en todas las estaciones, se hizo enormemente popular gracias a su mezcla de imprecisión topográfica y estilo caricaturesco.
Se convirtió en el primer cartel que se puso a la venta (el «tuba» sigue muy vinculado con el arte público). El propio Gill diseñó mapas oficiales del metro entre 1920 y 1924.
Mapa de las maravillas subterráneas del metro de Londres invita a que el espectador se implique con el paisaje y demuestra que los detalles suelen ser la clave de un buen mapa.