ETIOPÍA: La antigua Abisinia.

  – Iglesias rupestres de Lalibela

  – Parque Nacional de Simen

  – Fasil Ghebbi

  – Aksum

  – Valle inferior de Awash

  – Valle inferior del Omo

  – Tiya

 

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La República Federal Democrática de Etiopía ocupa una extensión de 1.133.380 km2. El rasgo geográfico más característico del país es el gran macizo Etíope, que ocupa más de la mitad de la superficie total y que cuenta con numerosas cumbres de más de 4.000 m, entre las que destaca el Ras Dashan, de 4.620 m de altura sobre el nivel del mar, que lo convierte en la máxima cota del país. Esta zona montañosa se ve cortada en su parte central por la fosa del Rift, que provoca la aparición de varias depresiones, muchas de ellas ocupadas por lagos. Entre estas montañas se disponen varias mesetas de elevada altitud.

En el extremo nororiental, el terreno cae bruscamente hacia la llanura de Danakil. Otras zonas llanas aparecen en los extremos suroccidental y suroriental, en las fronteras con Kenia y con Somalia. En este último caso se trata de la región de Ogadén, cuyos límites fronterizos siguen siendo objeto de disputa entre ambos países.

Por último, las áreas noroccidentales pierden altitud de manera paulatina hasta enlazarse con las llanuras sudanesas.

26-las cataratas de Tisisat

El Nilo Azul forma en territorio etíope las cataratas de Tisisat. El tortuoso relieve del país hace que muchos ríos sean de tipo torrencial.

Esta región montañosa posee numerosos ríos. El más importante de todos ellos es el Nilo Azul, que nace en el lago Tana. Tiene una longitud de 1.529 km hasta unirse al Nilo Blanco y en territorio etíope recibe el nombre de Abbai. Los ríos suelen ser de curso torrencial y en muchos lugares forman espectaculares cascadas, como las de Tisisat, producidas por el Nilo Azul a unos 32 km al sur del lago Tana. En cuanto a los lagos, además del Tana, que es el mayor del país, están también los que ocupan las depresiones del valle del Rift, como el Abayita, Shala y Abaya, el Abbé y otros menores en la frontera con Djibuti y, en el sur, la orilla norte del lago Turkana, que se extiende por Kenia. En sus fronteras actuales, el país no dispone de salida natural al mar.

El clima es muy variable dependiendo de la altitud. En los lugares situados a menos de 1.800 m sobre el nivel del mar, la temperatura anual media es de unos 27 °C y las precipitaciones son escasas, por lo general inferiores a los 500 mm anuales. Desde esa cota y hasta los 2.440 m, lo que incluye buena parte de las mesetas centrales, la media anual de las temperaturas ronda los 22 °C, aumentando las precipitaciones hasta valores máximos de unos 1.500 mm anuales. En alturas superiores a los 2.440 m, la media térmica para todo el año da valores cercanos a los 16 °C, y las precipitaciones pueden ser bastante abundantes, oscilando entre los 1.200 y los 1.800 mm anuales. Todas estas lluvias suelen concentrarse en el período comprendido entre mediados de junio y septiembre, al que sigue una temporada seca, que en muchos lugares se ve interrumpida por un período más corto de lluvias, alrededor del mes de febrero, que alivia la sequía.

La vegetación es muy variable a tenor de estos tipos de clima. Así, en las regiones de llanura de Danakil está representada por gramíneas y arbustos espinosos, mientras que en las zonas llanas del sur y del noroeste predominan formaciones del tipo de la sabana. En las áreas montañosas, los valles están cubiertos de densas masas de bosque ecuatorial del mismo tipo que en otras áreas africanas, mientras que en las tierras altas predominan las estepas herbáceas. La fauna es, por consiguiente, también muy variada e incluye grandes mamíferos, como elefantes, rinocerontes, jirafas, antílopes, gacelas e hipopótamos, y también depredadores, como los leones, los leopardos y los linces. Abundan igualmente los chacales y las hienas, y entre las aves las hay desde los grandes cazadores alados como las águilas y los halcones, o carroñeros como los buitres, a especies propias de la selva como son los loros, que en la intrincada vegetación aparecen acompañados por numerosas especies de primates e infinidad de insectos.

Etiopía es considerada una de las cunas de la humanidad a tenor de los restos encontrados por los paleontólogos, entre los que se cuentan los yacimientos del valle de Awash, con fósiles de homínidos de hace unos 3 millones de años. De época mucho más reciente son los primeros datos históricos disponibles sobre la población de la zona, pues durante el milenio I a.C., principalmente a lo largo del siglo VIII a.C., diversos grupos de pueblos semitas cruzaron el mar Rojo y se instalaron en las áreas llanas del país, penetrando después hacia las zonas de las mesetas centrales. Uno de estos pueblos, que era originario de Saba y, por tanto, se consideraba descendiente del rey Salomón, estableció en el siglo II d.C. el reino de Aksum, que se considera el primer Estado organizado existente en el país.

En el siglo IV, por influencia de los coptos de Egipto, el reino de Aksum se convirtió al cristianismo, hasta que en el siglo VII inició un progresivo declive, que concluyó en el siglo X con su total desaparición, al ser desplazada la dinastía reinante por la de Zagwa, procedente de las mesetas centrales y que desde ese momento se convirtió en el poder dominante.

En el año 1260, una nueva dinastía de origen salomónico consiguió imponerse en todas las áreas centrales de Etiopía, mientras que, en cambio, en las regiones costeras continuaban dominando diversas tribus musulmanas.

En 1527, tropas musulmanas de Harar invadieron el país, lo que obligó a sus gobernantes a pedir la ayuda de los portugueses que ya estaban en la región costera, consiguiendo de este modo expulsar en 1542 a los invasores. Pocos años después llegaron los primeros misioneros católicos, que intentaron sin éxito convertir a los cristianos coptos, pues la población consideraba a la Iglesia copta como un baluarte propio que representaba las señas de independencia del país.

27-Hipotrago negro y hipotrago sable en las estepas

En las zonas de estepas herbáceas están representados muchos grandes mamíferos africanos, como es el caso del hipotrago negro o hipotrago sable, con sus característicos cuernos.

En 1632, el rey Fasiladas fue proclamado emperador etíope. Bajo su gobierno y el de sus sucesores, el país experimentó un gran auge artístico, que encontró su mejor manifestación en la arquitectura. Al mismo tiempo, reforzó la autoridad central, controlando las regiones meridionales donde habitaba población musulmana.

En 1706, después del fallecimiento de Iyasus, el país quedó dividido en varias regiones, sufrió un notable declive económico y cultural y se multiplicaron los problemas dinásticos. La situación se mantuvo sin llegar a peores resultados gracias a la notable influencia de la Iglesia copta, que evitó la desmembración del país.

En 1855 se coronó como emperador a Ras Kassa, que había conseguido imponerse a varios señores feudales, reinando bajo el nombre de Teodoro II. En 1858, Gran Bretaña envió una fuerza expedicionaria para atacarle después que fueran encarcelados varios británicos acusados de conspiración. El emperador se suicidó para no caer en manos de sus enemigos. Le sucedió uno de los gobernadores del país, que contaba con el apoyo británico, adoptando el nombre de Juan IV.

En 1875, el sultán Bajá de Egipto atacó Etiopía para auxiliar al gobernador musulmán de Harar, pero las tropas de Juan IV lograron rechazarle. En 1889, el emperador murió mientras defendía las fronteras occidentales. Le sucedió Menelik II, que estableció la capital en Addis Abeba. Sin embargo, en los años anteriores, los italianos ya habían ocupado algunos enclaves etíopes, por lo que el nuevo emperador llegó a un acuerdo de cooperación y amistad con Italia, pero fue interpretado de manera diferente por ésta y condujo a un nuevo conflicto. El gobierno italiano reclamaba gran parte del territorio etíope, por lo que en 1895 se inició una guerra que concluyó con la derrota italiana, viéndose obligados sus dirigentes a reconocer la independencia de Etiopía.

En 1917 ascendió al trono la hija de Menelik, Zauditu, que actuó como regente. A su muerte, le sucedió en 1930 Haile Selassie I, que en 1931 redactó la primera Constitución del país. En 1935, las tropas de Mussolini atacaron de nuevo Etiopía y, después de derrotar a su ejército, proclamaron en Addis Abeba emperador al rey de Italia Víctor Manuel III. Haile Selassie se refugió en Inglaterra, regresando al país en 1941 con ayuda de las tropas aliadas.

Después de la Segunda Guerra Mundial, la ONU dispuso crear una federación de Eritrea con Etiopía, pero después de constituirse en 1952, Haile Selassie suprimió la autonomía de la primera y la convirtió en una provincia etíope, lo que provocó un movimiento independentista de oposición.

28-El reino de Aksum, se estableció en el S. II d.C. en Etiopía

El reino de Aksum, establecido en el siglo II d.C., se considera el primer Estado organizado existente en Etiopía. Su prosperidad se basó en el comercio de marfil, incienso y metales preciosos. En la fotografía vemos estelas y monolitos de esa época.

Después de un intento de derrocamiento en 1960, el emperador introdujo algunas reformas, aboliendo la esclavitud y modificando la legislación agraria. Las protestas independentistas de los eritreos y su represión condujeron a que se declarara en 1970 el estado de sitio en la región, aunque no se logró resolver los problemas. En todos estos años, Haile Selassie desempeñó un papel importante en política exterior, convocando en Addis Abeba la primera cumbre de la Organización de la Unidad Africana, pero desatendió los graves problemas internos que aquejaban al país, principalmente la pobreza y la corrupción política. En febrero de 1974, después de una serie de huelgas y manifestaciones, un golpe militar dirigido por el coronel Mengistu derrocó al emperador y proclamó en 1975 la república. En 1976 Mengistu consiguió hacerse con el control del gobierno después de ejecutar a muchos de sus oponentes. En 1977 se recrudeció el problema de Eritrea, cuando los independentistas ocuparon la región de Ogadén con ayuda de Somalia. El gobierno etíope recibió ayuda militar de Cuba y de la Unión Soviética. En 1984 el régimen, etíope se declaró marxista y en 1987 se constituyó como República Democrática Popular de Etiopía, con Mengistu como presidente.

Los problemas internos se agravaron y con el derrumbe de la Unión Soviética se incrementaron los ataques independentistas y de otros grupos opuestos a Mengistu, que en 1991 tuvo que huir a Zimbabue.

El nuevo gobierno bajo la dirección de Zenawi se dedicó a resolver los graves problemas existentes y convocó elecciones, al tiempo que la región de Eritrea obtenía un gobierno autónomo y en 1993, después de un plebiscito, declaró su independencia, que fue reconocida por Etiopía. Sin embargo, las tensiones entre los distintos grupos étnicos del país condujeron a nuevos enfrentamientos civiles y también con sus vecinos, principalmente Somalia y Eritrea.

 

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