Significado
El Placer se presenta ante ti en el camino, deseando iniciarte en los profundos misterios que te permitan vivir una vida más alegre.
Tu búsqueda trata ahora de asumir una dieta diaria de placer revitalizante y enriquecedor.
Uno de los aspectos más importantes de optar por encarnar en un cuerpo humano es el factor del placer. El placer es una opción y se activa en el cerebro.
Es la fuente secreta de energía de la humanidad. Aunque los seres humanos compartimos la capacidad de experimentar placer con otras formas de vida en esta Tierra, podemos utilizar esta capacidad para crear la mejor vida posible para nosotros.
Esto es clave para nuestra realización. ¿Está tu vida chispeante de sabor, de marcha y de entusiasmo, o te vas arrastrando en cada momento de vigilia como si la vida fuera otra tarea más? Es hora de optar por vivir con placer. ¿Crees que tu cuerpo es depravado o malvado, y que experimentar placer es pecado? Es hora de salir de esa creencia limitativa y dejarse atraer por el placer.
¿Quizá te guste posponer tu placer porque temes no poder conseguir lo suficiente, o que puedas perderte en el placer y no llevar a cabo nada en absoluto? Es hora de recompensarte a ti misma en el aquí y el ahora y hacer que cada momento de tu vida cante con placer.
Sea como sea de estimulante o encantadora la manera en que percibes qué es tu encarnación actual, el placer es un don que siempre te vendrá bien para hacer lo que quieras.
Si comienzas a hacer del placer tu aliado, la vida te recompensará con satisfacción y goce.
Meditación
Encuentra un tiempo y un lugar en el que no te molesten, y cierra los ojos.
Inspira lenta y profundamente y, al exhalar, mira o siente tu tensión como una estrecha armadura que cubre tu cuerpo.
Inspira otra vez lenta y profundamente hacia la armadura y, a medida que exhalas, mira o siente que esta comienza a adelgazarse y a disolverse poco a poco.
Haz una última respiración dentro de la armadura y, al soltar el aire, mira o siente cómo desaparece por completo. Ahora estás totalmente relajada.
Deja que tu respiración se normalice.
Fija tu atención sobre tu chakra del corazón, localizado en medio de tu pecho cerca del corazón.
Inspira profundamente hacia dentro del chakra y, a medida que sueltas el aire, percibe una sensación de paz. Inspira profundamente hacia dentro de este chakra y, al soltar el aire, percibe una sensación de tranquilidad. Respira otra vez profundamente hacia dentro de este chakra y, al soltar el aire, percibe una sensación de amor. Respira centrándote en ese amor y permite que se expanda.
Respira centrándote en ese amor y siente que se expande hasta que te rodea por completo.
Ahora respira centrándote en ese amor y siente que te rodea muy estrechamente.
Permanece en ese estado hasta que te sientas dispuesta a continuar.
Mira o siente el amor que te envuelve y te abraza como la presencia de la Madre Divina.
Le dices a la. Madre Divina que le agradeces su presencia junto a ti.
Te dice que te ama y que siempre está contigo.
Te pregunta lo que necesitas, y le dices que necesitas su ayuda en lo relacionado con el placer.
Te contesta que está encantada de poder ayudarte.
La Madre Divina te pide que aceptes tu derecho al placer. Le respondes que lo aceptas.
Te pide que trates de ver placenteramente la vida y el acto diario del vivir.
Le respondes que aceptas plenamente su proposición.
La Madre Divina te dice que respires amor hacia dentro y hacia fuera de tu chakra del corazón, mientras sientes que este se llena de placer.
Ahora expande esta sensación de placer mientras respiras amor hacia dentro y hacia fuera de todas las células de tu piel.
Cada una de las células está ahora vibrando y bullendo de placer, a la vez que respiras amor sobre ellas.
Intenta experimentar ese placer total tanto tiempo como creas conveniente.
La Madre Divina te pregunta si tienes alguna duda en relación con el placer, y tú le planteas cualquier inquietud que puedas tener.
Cuando ambas hayáis terminado, puedes quedarte más tiempo con la Madre Divina o comenzar el regreso. Céntrate en tus manos y respira hacia la punta de los dedos.
Ahora céntrate en tus pies y exhala a través de los dedos de los pies.
Haz una respiración profunda y, al exhalar, mueve suavemente el cuerpo.
Inspira profundamente y, al exhalar, si estás lista, abre los ojos.
¡Bienvenida a tu ser!