Significado
Finalmente, el Perdón te ha alcanzado en tu camino.
Has llegado al punto en el que no existe ningún otro lugar al que acudir.
Es hora de excusar y perdonar lo que percibes como ofensas, de transformar cualquier resentimiento que te inquiete y dejar que la profunda energía sanadora del perdón te envuelva y te sane en un cariñoso abrazo.
No importa lo que haya sucedido, esté sucediendo o haya de suceder, estás siendo invitada al mundo del perdón. Es vital para tu salud y bienestar que, con la máxima prioridad, te perdones a ti misma, y, después de eso, transfieras tu atención a derramar tu merced sobre los demás.
El perdón es tanto un refugio como una última acción que debe ser empleada cuando haya fallado todo lo demás. ¿Ha violado tu confianza alguien cercano a ti de alguna manera que consideraste atroz y cruel? ¿Hay alguna persona con quien no te hables, o que la mera mención de su nombre te cause un resurgir de antiguos resentimientos?
¿Quizá estés vociferando o despotricando contra ti misma en una actitud interior crítica y abusiva que suena alarmantemente similar a la que sufriste y tuviste que aceptar cuando eras niña?
Es hora de erradicar los antiguos recuerdos y crear una actitud interior amorosa y de perdón.
No se te pide que confíes, que te comprometas a una renovación de la amistad o cualquier otra actitud similar. Puede que no sea aconsejable dejar que alguien se acerque a tu intimidad si ha habido una violación.
Lo que se requiere de ti, por tu propia vida, es el perdón. Una vez hayas cumplido esto, entonces estás libre y ya no actuarás en un drama de tensiones y de agotamiento con los demás.
Entonces podrás decidir qué clase de relación, si hay alguna, deseas cultivar.
Meditación
Encuentra un momento y un lugar en el que no te molesten, y cierra los ojos.
Inspira lenta y profundamente y, al exhalar, mira o siente tu tensión como una estrecha armadura que cubre tu cuerpo.
Inspira otra vez lenta y profundamente hacia la armadura y, a medida que exhalas, mira o siente cómo esta comienza a adelgazarse y a disolverse poco a poco.
Haz una última respiración dentro de la armadura y, al soltar el aire, mira o siente cómo desaparece por completo. Ahora estás totalmente relajada.
Deja que tu respiración se normalice.
Fija tu atención sobre tu chakra del corazón, localizado en medio de tu pecho cerca del corazón.
Inspira profundamente hacia dentro del chakra y, a medida que sueltas el aire, percibe una sensación de paz. Inspira profundamente hacia dentro de este chakra y, al soltar el aire, percibe una sensación de tranquilidad. Respira otra vez profundamente hacia dentro de este chakra y, al soltar el aire, percibe una sensación de amor. Respira centrándote en ese amor y permite que se expanda.
Respira centrándote en ese amor y siente que se expande hasta que te rodea por completo.
Ahora respira centrándote en ese amor y siente que te rodea muy estrechamente.
Permanece en ese estado hasta que te sientas dispuesta a continuar.
Mira o siente el amor que te envuelve y te abraza como la presencia de la Madre Divina.
Le dices a la Madre Divina que le agradeces su presencia junto a ti.
Te dice que te ama y que siempre está contigo. Te pregunta lo que necesitas y le dices que necesitas su ayuda respecto al perdón.
Te contesta que está encantada de poder ayudarte.
Te dice que es necesario que todo perdón comience con el auto-perdón.
Debido a que hemos hecho algo que nos parece imperdonable es por lo que llamamos a otros para representar con ellos la danza del perdón.
Todo esto con el fin de ser capaces de perdonamos a nosotros mismos.
A continuación, te pregunta si estás dispuesta a perdonarte a ti misma. Contestas que sí.
La Madre Divina te pide que mires o sientas algún incidente en el que te hiciste algo a ti misma, por el que todavía estés albergando algún tipo de resentimiento.
Te viene a la mente un incidente.
La Madre Divina te pide que te rodees de amor y auto-aceptación. Después continúa:
—A pesar de lo que te hayas hecho o creado, eres totalmente merecedora de amor.
Todo lo que hiciste fue la mejor forma posible de que aprendieras lo que era necesario. Ahora, si esto te viene bien, perdónate a ti misma. Despréndete de ese anzuelo.
Sientes que recibes el amor y el perdón de la Madre Divina combinado con el tuyo, al tiempo que sientes que toda herida y resentimiento se diluyen y transforman en más energía de amor y perdón.
Te sientes profundamente reconfortada y en paz contigo misma.
La Madre Divina te pregunta si deseas averiguar algo más sobre el perdón y le preguntas sobre cualquier duda que pudieras tener.
Cuando ambas hayáis terminado, puedes quedarte más tiempo con la Madre Divina o comenzar el regreso. Céntrate en tus manos y respira hacia la punta de los dedos.
Ahora céntrate en tus pies y exhala a través de los dedos de los pies.
Toma un aliento profundo y, al exhalar, mueve suavemente el cuerpo.
Inspira profundamente y, al exhalar, si estás lista, abre los ojos.
¡Bienvenida a tu ser!