Significado
Juana de Arco, ataviada con su armadura de guerra, aparece a tu lado para ayudarte en tu actual confrontación.
Ha llegado el momento de la esencia. Necesitas prepararte con el fin de que puedas ser tu propia guardiana. Frecuentemente has estado desperdiciando demasiada energía, tiempo, salud y recursos.
Se requiere una correcta relación con la protección. ¿Te sientes agotada y exhausta tras pasar algún tiempo con determinadas personas? ¿Estás preparada para poner límites que te sean operativos, o eso te resulta un terreno desconocido?
¿Quizá has estado entregando partes de ti que son únicas, preciosas y que, de suyo, debías mantener en tu intimidad y preservarlas de quienes no son respetuosos?
Saber qué es lo que debes compartir de ti misma y qué no es una cuestión vital para ti en este momento.
Si estás buscando orientación respecto a si una persona o situación es buena para ti, la respuesta es: solo si averiguas la manera de establecer vínculos firmes y si piensas hacer que la autoprotección sea una prioridad.
Meditación
Busca tiempo y un lugar donde puedas estar tranquila. Cierra los ojos. Respira profundamente y exhala, forzando todo el aire fuera de los pulmones.
Inhala profundamente y exhala un poco y te detienes; enseguida, exhala un poco más y te detienes; después, exhala otro poco más y te detienes; finalmente, exhala el resto.
Haz una inspiración profunda y espira lenta y suavemente.
Mira o siente una granja. Haz una inspiración profunda y, a medida que sueltas el aire, lo diriges hacía la granja con el fin de que la imagen se vuelva más fuerte.
Haz otra inhalación profunda y, al exhalar, dirige el aire hacia la granja, evocando todos los olores para que todo sea más intenso.
Haz una última inspiración profunda y, al soltar el aire, dirígelo a la granja para que la percibas más fuerte todavía. Ahora, manteniendo la imagen de la granja, intenta penetrar en ella.
Puedes oler la tierra, es primavera y han comenzado a arar. Das una vuelta por el lugar y ves a una joven campesina con las faldas recogidas para tener mayor libertad de movimiento.
Ella te ve y se acerca a saludarte. Te dice que se llama Juana (Juana de Arco) y te pide que la sigas, pues te ha estado esperando. Juana te lleva hasta el camino que se aleja de la granja.
Se mueve presurosa y decidida y, tras recorrer con ella en silencio el camino, que es lo suficientemente ancho como para un carro, ambas os detenéis ante una fragua.
Te dice que sus Voces le han pedido que te ayude a crear tu armadura de Luz Blanca.
A continuación agarra tu mano y te hace entrar en la fragua.
—No vamos a utilizar hierro —te advierte—.
Pero este es el lugar más apropiado para crear lo que necesitas.
La fragua está encendida y hace calor en el ambiente. Juana te pide que te sientes en una silla cerca del fuego y que te pongas cómoda; ella también toma asiento.
Te pide que cierres los ojos, pues te va a guiar.
—Siente o percibe amor en tu corazón. Intenta disolverte en ese amor. Respira profundamente y, al exhalar, alinéate con tu alma.
Siente o percibe tu tercer ojo, situado entre tus cejas sobre la frente.
Ahora inhala y exhala Luz sobre el tercer ojo. Así lo haces, sintiendo una gran sensación de paz y bienestar. —Tu armadura está hecha de Luz que generas en el tercer ojo —continúa Juana.
Seguidamente te pide que te pongas de pie, mientras sigues respirando Luz sobre tu tercer ojo.
Sigues haciéndolo. Juana te pide que rodees tu cuerpo con esa Luz, y te dice que estás creando una vestidura que podrás llevar fácilmente.
Puede ser tan grande o tan pequeña como quieras.
Fijas tu atención en envolverte en luz blanca.
Sientes que hay una vibración que te rodea; la sientes muy reconfortante. Juana camina a tu alrededor, observando tu vestidura de Luz Blanca.
Te pregunta cómo la sientes y le respondes: —Me siento muy bien.
Ella continúa advirtiéndote: —Pero no te detengas.
Pídele ahora a tu escudo lo que quieres que haga para ti, utilizando palabras muy específicas. Y así lo haces.
Juana te dice que estás lista para abrir los ojos y los abres.
Te lleva de la mano ante un espejo. Cuando estás frente a él, de inmediato reparas en tu «armadura».
Te sientes a salvo y protegida. Juana te agarra de la mano y ambas regresáis a la granja.
Te indica que es aconsejable que pongas a prueba la armadura y te pregunta si estás dispuesta. Tu respuesta es afirmativa. —Estupendo. Solo por diversión —sigue diciéndote—, visualiza una escena de tu vida en la que hubieses deseado haber tenido la armadura. Así lo haces.
Juana continúa diciéndote que permanezcas ante la misma escena, pero ahora llevando puesta la armadura. Así lo haces, percibiendo lo diferente que te sientes; mucho más fuerte e insensible.
Juana te pregunta si has notado alguna diferencia y le cuentas lo que has experimentado. —La armadura funciona —comenta Juana—. Todo lo que necesitas hacer es acordarte de usarla.
Y concluye diciendo que es hora de que regreses.
Le agradeces a Juana y ella te pide un regalo; se lo das muy cordialmente. (La naturaleza del regalo se revelará en el momento.)
Juana te da un abrazo y te dice que puedes volver a visitarla cuando quieras.
Después se marcha hacia el granero.
Respira hacia tus dedos de los pies y mantén el aliento un momento.
Al exhalar, mueve los dedos de los pies.
Ahora respira hacia tus dedos de la mano y mantén el aire un momento.
Al expulsar el aire, mueve los dedos.
Respira hacia todo tu cuerpo y, cuando exhales, si estás lista, abre los ojos.
¡Bienvenida a tu ser!