
El ciclo del agua.
EL CICLO BIOLÓGICO DEL AGUA
Para comenzar hemos de decir que, desde el punto de vista químico, el agua es un compuesto que puede presentarse en forma líquida, sólida o gaseosa. En fase líquida tiene u densidad de casi 1 (0,9999), alcanzando el máximo a los 4° C, mientras que en estado sólido es menor (0,916), lo cual tiene una gran importancia biológica. Hierve a un 100° C. Pero todas estas propiedades se refieren al agua pura, no a la natural, que es la que aparece la naturaleza y que lleva siempre sustancias en disolución o suspensión.
La aparición del agua es consecuencia de la propia constitución química del planeta y de la presencia una atmósfera, que es a su vez también resultado de ambas.
Es decir, se trata de un complejo proceso de interacción química en que, a partir de los elementos primigenios que constituyeron la masa de la Tierra, y que tienen un origen cósmico, fueron desarrollándose distintos compuestos, apareciendo los minerales que hoy conocemos y formándose diversos elementos nuevos. Por medio de reacciones químicas surgió la capa que nos rodea, que provocó la precipitación del nuevo compuesto conocido como agua. Sin embargo, éste surgió también en otros procesos como son las explosiones volcánicas o las emanaciones procedentes las profundidades de la corteza
El agua está presente en todos los organismos y es, sin duda, el factor que ha hecho posible la vida en el planeta tal como la como la conocemos. Una medusa está formada por agua casi en un 99,99%, mientras que ser humano ese valor, aunque es menor alcanza hasta el 70%, en promedio, pues el porcentaje varía en función del tipo de tejido (más abundante en la sangre, más escaso en los huesos).
La presencia del agua es esencial para todo el proceso de la fotosíntesis, que constituye el fenómeno básico de producción de materia orgánica, ya sea para las plantas o para otros organismos que se alimentan de ellas.
Los seres vivos toman el agua de su entorno, ya sea éste un medio acuático, la tierra firme o el aire, pues en todos ellos está presente, aunque, eso sí, en cantidades muy variables. En su interior participa en infinidad de reacciones químicas y al final es expulsada por transpiración, sudoración, respiración o excreción, aunque por lo general mediante varios de estos procesos combinados.
Con ello, el agua utilizada para la actividad biológica vuelve a la naturaleza.
UN BIEN ESCASO
El recurso «agua» es cada vez más apreciado, tanto para uso doméstico industrial o agrícola. Su escasez, sobre todo en las zonas áridas y semiáridas, la sitúan como prioridad vital para el desarrollo de las poblaciones: «si no hay agua, no hay vida». Muchos son los programas emprendidos para el uso racional del vital líquido; sin embargo; gran parte ellos adolecen de objetividad, ya por su difícil aplicación o por el elevado costo que representan; es más se ataca el problema desde puntos de vista sofisticados (se piensa que el modelo más complicado es el mejor); sin embargo existen oportunidades valiosas que están a nuestro alcance, que solo requieren ser visualizadas, un tratamiento técnico simple y conciencia de todos.
EL PROBLEMA GLOBAL DEL AGUA

Plantas en el ciclo del agua.
La creciente necesidad de lograr el equilibrio hidrológico que asegure el abastecimiento suficiente de agua a la población se logrará armonizando la disponibilidad natural con las extracciones del recurso mediante el uso eficiente del agua. Este problema que se nos presenta en la actualidad es un tema que cada día ocupa más la atención de científicos, técnicos, políticos y en general, de muchos de los habitantes del planeta.
La escasez de este líquido obliga a reiterar nuevamente una llamada a la moderación de consumo por parte de la población a nivel mundial, ya que sin su colaboración los esfuerzos técnicos que llevan a cabo algunas organizaciones resultarían insuficientes.
Sólo muy poca agua es utilizada para el consumo del hombre, ya que el 97% es agua de mar y tiene sal, el 2% es hielo y está en los polos, y sólo el 1% de toda el agua del planeta es dulce, encontrándose en ríos, lagos y mantos subterráneos. Además, el agua tal como se encuentra en la naturaleza, para ser utilizada sin riesgo para el consumo humano, requiere ser tratada para eliminar las partículas y organismos que pueden ser dañinos para la salud. Y finalmente debe ser distribuida a través de tuberías hasta los hogares, para que pueda ser consumida sin ningún problema ni riesgo alguno.
La creciente necesidad de lograr el equilibrio hidrológico que asegure el abastecimiento suficiente de agua a la población se logrará armonizando la disponibilidad natural con las extracciones del recurso mediante el uso eficiente del agua. La desproporción que existe entre la cantidad de agua que se capta y las extensiones territoriales que comprenden sumado a la corta temporada de lluvias provocada por calentamiento global hace que la disponibilidad del agua sea cada vez menor.
Parte de esta problemática se enfrenta con la construcción de la infraestructura hidráulica que permite satisfacer de agua a los diferentes sectores de la población: el agrícola, el industrial, el doméstico y de servicios y la generación de energía eléctrica, entre otros.
LA ESCASEZ DE AGUA. En España ¿DE CUANTA DISPONEMOS?
Las fuentes, los manantiales, las cuencas o cañadas están en acelerada vía de extinción, hay cambios de clima y de suelo, inundaciones, sequías y desertización. Pero es la acción humana la más drástica: ejerce una deforestación delirante, ignora los conocimientos tradicionales sobre todo de las comunidades indígenas locales, retira el agua de los ríos de diferentes maneras entre otras con obras de ingeniería, represas y desvíos.

Empleo doméstico del agua.
En la agenda política internacional el tema de la escasez del agua se ha vuelto prioritario, por ejemplo, el acceso al agua es un punto importante de los acuerdos de paz entre Israel y sus vecinos. Pero este aspecto no está confinado al Medio Oriente, puesto que, el compartir ríos es un asunto de índole de seguridad nacional, precisamente por la importancia del agua para el desarrollo; actualmente cerca del 40% de la gente en el mundo vive en más de 200 cuencas de ríos compartidos.
Y es que ante una situación de escasez del agua la amenaza se cierne sobre tres aspectos fundamentales del bienestar humano: la producción de alimentos, la salud y la estabilidad política y social. Esto se complica aún más si el recurso disponible se encuentra compartido, sin considerar el aspecto ecológico.
Es por esto que la gestión del recurso deberá tender a evitar situaciones conflictivas debidas a escasez, sobreexplotación y contaminación, mediante medidas preventivas que procuren un uso racional y de conservación. Como ciudadanos de a pie son muchas las referencias que tenemos sobre la necesidad de ahorrar agua y hacer el uso más eficiente posible de este valioso recurso. Los problemas de escasez, sin embargo, tienen una responsabilidad muy poco repartida. Es decir, no todos contribuimos en igual medida a gastar agua y no todos la contaminamos en igual medida.
Por eso, aunque cabe hacer una lectura positiva de las campañas de ahorro de agua que regularmente nos regalan ayuntamientos y empresas distribuidoras de agua, es necesario advertir que muchas veces la información está demasiado sesgada y la ciudadanía no siempre es informada de donde están los principales causantes del problema.
Nuestra necesidad de agua, centrándonos en la de los más de 50 millones de habitantes que tiene la Península, tiene básicamente tres componentes:
El que nos permite cubrir tras necesidades básicas. Aquí incluimos la cantidad necesaria satisfacer las necesidades vitales higiene. Esta cantidad depende mucho del estilo de vida, y se es que en un país como España cantidad es de 80 m3/hab./año 80.000 litros por persona cada El global de la Península supo unos 120 hm3/año.
El que permite disfrutar de adecuada calidad de vida. Este volumen es muy difícil de cuantificar. Se identificaría con el agua que alimenta los paisajes y ecosistemas húmedos, la necesaria para que los ríos estén vivos y saludables y que garantice la existencia de flora y fauna naturales en buen estado de conservación. Se trataría de volúmenes de que no necesariamente están vetados a su aprovechamiento por actividades humanas, pero que deben garantizar la salud de nuestro medio ambiente y contribuir a la nuestra. Se trataría de un caudal ecológico para los ríos y el mantenimiento de la naturalidad de elementos como acequias medievales, conducciones antiguas, entornos de manantiales que actualmente se están entubando para ahorrar unas pequeñas cantidades de agua pero que nos suponen perder un importante patrimonio cultural y ecológico. Documentos oficiales reducen esto a la circulación permanente de un mínimo caudal de agua por el río de 4 m3/s. (4.000 litros por segundo), pero si miramos el conjunto de nuestra cuenca debería ser mayor. Podríamos establecer una cifra de 150 a 200 hm3/año.
El que utilizamos para generar riqueza económica. Esta porción es, obviamente, muy importante, pero a nuestro juicio debe supeditarse a las anteriores, que son las que de verdad nos aseguran la supervivencia y la salud. Se correspondería con el uso aplicado, a la producción agraria, la industria, la actividad turística… Debería aplicarse con exquisitos criterios de racionalidad económica y reparto social de la riqueza. En ningún caso debería hipotecar la sostenibilidad de los recursos a largo plazo ni degradar sustancialmente el entorno en que vivimos. En nuestra cuenca todavía dispondríamos de unos 800Hm3/año para eso sin poner en peligro la sostenibilidad global de los recursos hídricos.
Estos componentes suelen y deben estar mezclados en la realidad. Una industria que depura correctamente el agua que consume y la devuelve al río nos permite reutilizar esa agua, y cumple con las tres funciones. Cuando utilizamos un río para proporcionar agua a la agricultura tradicional, por ejemplo en una tanda de riego, damos vida al ecosistema del río y favorecemos la salubridad de las poblaciones ribereñas. Además, utilizamos y damos sentido a infraestructuras que, como norias y acequias, tienen un elevado interés cultural y contribuyen muy notablemente a la diversidad biológica de las tierras de cultivo, manteniendo un paisaje peculiar que se puede explotar desde el punto de vista turístico.
SABER MÁS
CURIOSIDADES DEL AGUA
El nivel del mar descendió 122 metros durante la primera Edad Glacial. Gran parte de agua de la Tierra ha sido absorbida por los casquetes polares.
El lago más profundo del mundo, que tiene cerca de 1.600 metros de profundidad en algunos sitios, es el lago Baikal, en Siberia. Aunque el lago Superior abarca un área más grande, 82.800 km2, en comparación con los 33.670 del Baikal, contiene menos agua. El lago Baikal representa el volumen más grande de agua dulce en una sola masa en el mundo.
El agua es la única sustancia presente sobre la Tierra, en cantidad, en formas sólida, líquida y gaseosa. Hay un océano lleno de agua. Hay casquetes polares de hielo, de kilómetros de profundidad. Hay vapor de agua que constituye una parte mayor, aunque variable, de la atmósfera.
La producción de un solo huevo de gallina requiere alrededor de 454 litros de agua, una de pan 1.136 litros y 454 gramos de carne de res 13.249.
El rio Amazonas vierte tanta agua en el Atlántico que, a más de 160 kilómetros en el mar abierto, frente a la desembocadura del río uno puede beber agua dulce
El río más largo de América del Norte no tiene un solo nombre. Una caída de agua que comienza en montana sudoccidental fluye a través de un río llamado Missouri durante 3.968 kilómetros. Cuando pasa la ciudad de San Louis, continua fluyendo durante 2.082 kilómetros más, pero entonces el río es llamado Mississippi. La longitud combinada del río de Montana, hasta el Golfo de México, es de 6.051 kilómetros, pero el único nombre que podemos darle es el Missouri-Mississippi (los únicos ríos más largos que éste son el Amazonas en Sudamérica, y el Nilo en África).
El Salto Alto en las Cataratas del Ángel, en Venezuela, es la caída de agua más alta conocida. Es 20 veces más alta que el Niágara.