La mayoría de los científicos están de acuerdo en que el cambio climático, impulsado por el aumento de los gases de efecto invernadero, está haciendo aumentar la temperatura media global. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) cita un incremento de 1 °C desde 1880, aunque en algunas regiones haya sido mayor. El calentamiento afecta al comportamiento de las plantas y los animales, y el IPCC predice un aumento de entre 1,4 y 5,5 °C a lo largo de los próximos cien años.
Los ciclos vitales de las plantas y los animales cambian en función de las estaciones y la fenología estudia dichos cambios. Pueden desencadenarlos la temperatura, las precipitaciones o la duración del día, pero la temperatura es probablemente el factor más importante por sí solo en las zonas templadas y polares de la Tierra, mientras que la lluvia es el factor clave en los trópicos. En 2003, los climatólogos Camille Parmesan y Gary Yohe demostraron que la primavera se ha adelantado, en el fenómeno que llamaron «spring creep»

Cambios estacionales del clima.
Adelanto de las estaciones
Durante décadas, muchos observaron que las hojas y las flores salían antes en primavera. Estas impresiones fueron en general ignoradas por carecer de datos, conjuntos de datos o cifras. Cuando Camille Parmesan y Gary Yohe publicaron las pruebas en 2003 basadas en el análisis de más de 1700 especies, demostraron que el cambio era muy real. Sus datos mostraban que el cambio primaveral se estaba adelantando una media de 2,3 días por década, y los estudios de otros científicos en los últimos años confirman sus hallazgos. La temperatura gobierna muchos de los cambios de las plantas, como los periodos de crecimiento, la aparición de hojas, flores y frutos, y la muerte de las hojas en otoño.
Las plantas son la base de la mayoría de las cadenas tróficas, por lo que estos cambios afectan a herbívoros y polinizadores. Estos están junto a la base de la cadena trófica como consumidores primarios, y si se les complica el hallar alimento, los consumidores secundarios que los cazan sufren por falta de presas.
Efectos del cambio climático
Una Tierra más cálida tiene muchas consecuencias: en la mayoría de las zonas frías de la Tierra, la temporada libre de hielo y nieve es más larga que antes, lo cual prolonga la temporada de crecimiento vegetal; a medida que algunas regiones se vuelven más secas y otras más húmedas, se vuelven más frecuentes las lluvias torrenciales y las inundaciones, y también las proliferaciones tóxicas de algas en los lagos; la cubierta de hielo en los polos está retrocediendo. Todos estos cambios han afectado y afectarán al comportamiento animal y vegetal.
Desde 1993, la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) ha reunido datos procedentes de miles de estudios que se remontan al menos hasta 1943 para componer una imagen del adelanto primaveral en Europa. La evidencia de la AEMA indica fechas más tempranas para la producción de polen, el desove de las ranas y el anidamiento de las aves. Muchos insectos cuyos ciclos vitales están gobernados por la temperatura del aire (los insectos termofílicos, como las mariposas y los escarabajos escolitinos) tienen ahora una temporada de cría más larga que les permite producir generaciones extra cada año. Algunas mariposas que tenían antes dos generaciones ahora tienen tres.
En España, los botánicos que estudiaron los datos de 29 especies de plantas hallaron que, en 2003, las hojas nacieron 4,8 días antes que la media en 1943; la floración se producía 5,9 días antes; los árboles daban fruto 3,2 días antes; y las hojas morían 1,2 días más tarde. En Reino Unido, el fenómeno era aún más marcado: en 53 especies de plantas, las hojee, flores y frutos aparecieron casi seis días antes en 2005 que en 1976. De modo análogo, el fructificación de 315 tipos de hongos estudiados en Gran Bretaña se prolongó de 33 a 75 días en la segunda mitad del siglo XX.
Unas temporadas de crecimiento más largas podrían parecer buena noticia, pero las temperaturas más altas tienen también inconvenientes. No todos los insectos son bienvenidos, y los inviernos más cortos y menos fríos matan menos insectos durmientes, y algunos experimentan explosiones de población y producen plagas dañinas. Las primaveras más cálidas permiten a las moscas sierra del pino, por ejemplo, cuyas larvas se alimentan de las hojas, desarrollarse antes de que las aves y parásitos que se alimentan de ellas puedan controlar su número. Sin freno, las moscas dejan sin hojas los árboles y les impiden crecer.

Abejas en polinización.
Migración e hibernación
Las aves que migran cada primavera hasta nuevas fuentes de alimento también tienen problemas. Algunas han ajustado su calendario de vuelo para aprovechar la abundancia más temprana de insectos. Tras el viaje desde el África subsahariana, las primeras golondrinas llegan a Gran Bretaña unos veinte días antes que en la década de 1970, y los primeros aviones zapadores, veinticinco días antes. Pero hay pruebas de que el número de las aves que migran desde América Central a Nueva Inglaterra (EE UU) se ha reducido más rápido que el de las que permanecen en Nueva Inglaterra todo el año. Esto puede deberse a que las aves migratorias no han podido ajustar sus fechas de partida desde América Central para llegar a tiempo de beneficiarse de la abundancia temprana de insectos, como hacen las especies locales
El cambio climático parece haber afectado también a los animales que hibernan. Según los zoólogos del Laboratorio Biológico de las Montañas Rocosas, las marmotas de vientre amarillo salieron de la hibernación 38 días antes en 1999 que en 1975. En 2012, los científicos de la Universidad de Alberta hallaron que, en las últimas dos décadas, la nieve tardía había retrasado diez días la salida de la hibernación de las ardillas terrestres de las Rocosas. Esto acorta el periodo activo durante el cual se aparean, crían y se alimentan para pasar el siguiente ciclo de hibernación.

Carbonero común.
Desacoplamiento
La supervivencia de algunos seres vivos podría estar amenazada por el «desacoplamiento» de las interacciones entre especies, que puede perturbar el equilibrio de los ecosistemas. Si la floración se adelanta, las abejas que las polinizan pueden responder emergiendo antes o desplazándose a una latitud más alta para coincidir con la floración más lejos del ecuador. Los estudios sobre diez especies de abejas en el nordeste de América del Norte muestran que su comportamiento ha cambiado en función del adelanto de la floración. En Colorado, en cambio, los abejorros no se han adaptado a los cambios, y su población se ha reducido. Si decae el número de polinizadores, decae también el de las plantas que polinizan.
Hay pruebas de que muchos consumidores primarios han hecho reajustes para adaptarse a fenómenos naturales cambiantes, pero esto parece plantear dificultades mayores a las especies en partes más altas de la cadena trófica. Las aves anidan ahora antes que hace años, pero la emergencia de los insectos se ha adelantado más rápido, un problema para las aves que dependen de los picos de abundancia de los insectos. Así, los papamoscas cerrojillo y carboneros comunes alimentan a sus polluelos con orugas que abundan durante una temporada corta de la primavera. Debido al cambio climático, el pico de las orugas se ha adelantado, pero las aves no han sido capaces de adelantar sus fechas de puesta lo suficiente para aprovechar los días de abundancia. Los estudios muestran que sobreviven menos polluelos de papamoscas y de carbonero. La población de papamoscas ha caído en los bosques de los Países Bajos, posiblemente a causa del cambio climático.
Tomar medidas
Estas pruebas han movido a los climatólogos a presionar a los gobiernos y exigir cambios de política. Los científicos han esgrimido el adelanto de la primavera como una prueba definitiva de que está teniendo lugar el cambio climático, y los estudiosos han reclamado a los políticos que combatan el calentamiento global para salvar las especies cuya misma existencia está amenazada por los cambios fenológicos.
ADEMÁS
EN CONTEXTO
FIGURA CLAVE
Camilla Parmesan (n. 1961)
ANTES
1997 En EE UU, un grupo de científicos publica pruebas de una temporada de crecimiento vegetal más larga en latitudes altas septentrionales en 1981-1991.
2002 El naturalista Richard Fitter revela que la primera fecha de floración de 385 especies de plantas se había adelantado 4,5 días en la década anterior.
DESPUÉS
2006 Jonathan Banks, de la American Clean Air Task Force, es el primero en llamar «season creep» al adelanto de las estaciones debido al cambio climático.
2014 En EE UU, la Evaluación Nacional del Clima confirma la tendencia hacia inviernos más cortos y suaves y al adelanto del deshielo primaveral.
Camille Parmesan
La catedrática estadounidense Camilla Parmesan (1961) tiene una consolidada reputación como estudiosa destacada del cambio climático. Se doctoró en ciencias biológicas en la Universidad de Texas en Austin en 1995, y sus primeros estudios se ocuparon de la evolución de las interacciones entre plantas e insectos. Durante la mayor parte de los últimos veinte años ha centrado su atención en documentar los cambios en la distribución geográfica de las mariposas en América del Norte y Europa ligados al cambio climático. Parmesan ha sido una figura destacada del IPCC, y su trabajo ha sido muy premiado y citado en cientos de trabajos académicos. Es catedrática de Biología Integrativa en la Universidad de Texas, en Austin, además de asesora de organismos internacionales de conservación.
Obras principales
2003 «A globally coherent fingerprint of climate change impacts», Natura.
2015 «Plants and climate change: complexities and surprises», Annals of Botany.
Mariposas saltacercas y cambio climático
El cambio climático produce a veces resultados Inesperados. Por ejemplo, en Bretaña, las condiciones climáticas cambiantes han perturbado el ciclo vital de la mariposa saltacercas, que antes producía dos generaciones cada verano. Las mariposas adultas de finales del verano se apaleaban, las hembras ponían huevos, y las orugas hallaban alimento suficiente en septiembre para crecer e hibernar. Al llegar la primavera, las orugas se metamorfoseaban en pupas de las que luego emergían adultos. El clima más cálido ha permitido una tercera generación en otoño, con ejemplares adultos volando hasta mediados de octubre. Cuando eclosionan las orugas de la tercera generación, hay poco alimento, por lo que la mayoría de las orugas muere. Esta «trampa del desarrollo», es la causa probable del declive de la población de las mariposas saltacercas.