CIUDADES
TANIS, CAPITAL DEL NORTE

ESPEJOS Espejo con funda de madera acolchada con tela, que perteneció a la nodriza.
Tanis es una ciudad del Delta oriental, actualmente llamada Tell San el-Hagar, erróneamente identificada con Avaris, la capital del reino de los hicsos, y con Pi-Ramsés, fundada en las proximidades de Avaris por Ramsés II. A principios del siglo pasado, el hallazgo en la localidad de testimonios de cultos asiáticos y numerosas inscripciones, elementos arquitectónicos y esculturas con el nombre de Ramsés II, indujo a pensar que la antigua ciudad de Tanis había surgido sobre las ruinas de la célebre Pi-Ramsés del Imperio Nuevo. En 1954, el egiptólogo Labib Habachi demostró la identificación de Pi-Ramsés con la actual Qantir, a unos 22 kilómetros al sur de Tell San el-Hagar. A finales de la XX dinastía, Tanis se convirtió en una ciudad de cierta importancia y fue nombrada por primera vez bajo el reinado de Ramsés XI. Su apogeo comenzó con el inicio de la XXI dinastía. El faraón Psusennes I fundó el gran templo dedicado al dios Amón, para cuya construcción’ se utilizaron piedras, esculturas y elementos arquitectónicos transportados desde la cercana Pi-Ramsés, ya casi en ruinas. El templo está cercado por una gran muralla con puerta monumental de la XXII dinastía. Dentro del recinto existe una segunda muralla, la original, que rodea los restos del templo propiamente dicho, la necrópolis real, el lago sagrado y un templo de la XXX dinastía. El último testimonio de utilización del área lo constituyen las ruinas de un templo tolemaico situado fuera del recinto amurallado y dedicado a la diosa Mut (y no a la diosa Anat, como se pensó en el momento de su descubrimiento). En toda la zona se encuentran innumerables restos de paredes, estatuas, columnas palmiformes y obeliscos con los nombres de Ramsés II. Es famoso el hallazgo de una serie de esfinges pertenecientes al faraón Amenemhet III, del Imperio Medio, y reutilizadas por los reyes hicsos, posteriormente por los faraones Ramsés y más tarde por Psusennes I. Este hecho demuestra la existencia de un importante centro del Imperio Medio en la localidad donde surgieron Avaris y Pi-Ramsés, que proporcionaron a Tanis los materiales de construcción necesarios para erigir los templos.
BES A la derecha: El ceño fruncido de Bes, dios de la esfera doméstica, con barba rizada, grandes ojos y sacando la lengua, creaba una máscara aterradora, capaz de alejar a cualquier ser amenazador.
EL TESORO DE LAS NECRÓPOLIS DE TANIS.
Entre 1939 y 1940 fue descubierta en la esquina suroeste del gran templo de Tanis la necrópolis real de las dinastías XXI y XXII, constituida por una serie de cámaras subterráneas sin superestructura (desaparecida) y revestidas de granito y caliza con representaciones pintadas y esculpidas de imágenes relacionadas principalmente con el viaje de la barca solar al más allá. Concretamente, se trata de las tumbas de los faraones Psusennes I y Amenemope, de la XXI dinastía, y las de Sheshonk II, Osorcón II y Sheshonk de la XXII dinastía, acompañados de algunos familiares y altos dignatarios.
Las tumbas, en su mayoría, fueron halladas intactas y restituyeron un tesoro de valiosos objetos, que puede ser comparado con el del faraón Tutankamón. Por desgracia, la humedad que había penetrado en las tumbas no permitió la conservación de las momias y los materiales de origen orgánico. Es probable que el problema de la humedad se conociera ya en la época de inhumación de los faraones.

ESTELA METTERNICH Detalle de la estela mágica dedicada por Nectánebo II cubierta de inscripciones y representaciones antropoides. El joven Horus, sobre dos cocodrilos, sostiene con sus manos animales peligrosos a los cuales ha vencido.
De hecho, no parece que fueran depositados en las cámaras funerarias, de dimensiones muy reducidas (unos dos por cuatro metros), elementos de mobiliario, como en los ajuares de los faraones del Imperio Nuevo. Durante el Tercer Periodo Intermedio se llevó a cabo una intensa labor de construcción en el templo de Karnak, en Tebas, donde los faraones de la XXII dinastía y los reyes nubios de la XXV construyeron el pórtico del gran patio del templo y algunos edificios que datan del reinado de Taharqa.