CHINA, UNA POTENCIA MUNDIAL DENTRO DE LA ERA MODERNA.

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PREFACIO

Más del 20% de la población del planeta vive en China, un estado que anda de forma acelerada hacia el primer lugar del ranking mundial en Producto Interior Bruto. Seguramente, estos datos nos pueden ayudar a entender el peso específico de uno de los países con una de las culturas más antiguas de la historia de la humanidad. Hoy en día es impensable afrontar cualquier de los retos que nos plantea la globalización sin contar con China. Por eso, aproximarnos a su realidad, identificando sus carencias y sus fortalezas, nos tiene que ayudar a dirimir hacia donde avanzará el mundo a lo largo del siglo XXI.

Introducción


Resulta indispensable cambiar la visión de una nación y verla como una civilización de escala continental.
Todas las cifras nos demuestran la necesidad de este cambio de perspectiva: China cuenta con un territorio de 9.600 millones de kilómetros cuadrados donde habitan más de 1.300 millones de personas. Mientras que todo Europa, exceptuando Rusia, tiene 10.400 millones de kilómetros cuadrados y más de 700 millones de habitantes. Si Europa tiene una notable diversidad lingüística y cultural, el mismo pasa con China, donde conviven 56 etnias diferentes, de entre las cuales, la han representa el 94% de la población china.
Pero dentro de la etnia han también existen significativas diferencias lingüísticas y sociales en nivel regional. Por no hablar de la diversidad de creencias: confucianismo, budismo, taoísmo,…
Profesor de Estudios de Asia Oriental de la UAB y director del máster UE-China: cultura y economía, de la UAB

1-Minkang Zhou

Minkang Zhou

Si Europa se divide en más de 30 estados soberanos, administrativamente China está dividida en 31 provincias, cinco zonas autónomas y dos zonas administrativamente especiales —Hong Kong, ex colonia británica, y Macao, ex colonia portuguesa.
Simplificando, podemos decir que una provincia china equivale en un estado europeo por su dimensión territorial, por el número de habitantes y, cada vez más, por sus actividades económicas, a pesar de no disfrutar ni de autonomía política ni de diplomacia propia.
Por todo esto, relacionarse con China significa tratar con una civilización de escala continental, políticamente compleja y culturalmente fuerza diferenciada de la sociedad occidental en general. La principal diferencia de China respecto a Europa es el sistema político por el cual se rige, puesto que como es muy sabido vive bajo una dictadura con el poder y la administración ultraconcentrada en Pekín. Esta consideración es indispensable para encontrar un camino de creación y promoción institucional, económica, cultural y académica de los países europeos en este país asiático.

Entrada en la era moderna: la construcción de una nueva potencia mundial
En los últimos 60 años, la historia de China se divide en dos etapas claramente diferenciadas. El periodo comprendido entre 1949 y 1979, bajo el liderazgo de Mao Zedong (1893-1976), se caracteriza por la lucha de clases y del país en el terreno político; por la economía planificada organizada en comunas populares con una productividad bajísima; y a nivel social, por una pobreza generalizada.
En cambio, los últimos 30 años están marcados por la instauración de un sistema antagónico al de la etapa anterior, exceptuando el mantenimiento de la dictadura: apertura en el mundo entero; economía muy desarrollada hacia el modelo capitalista y de mercado —pero monopolizado y controlado por Pekín—; y enriquecimiento de un grupo privilegiado —acentuando las diferencias de clase por carencia de un mecanismo legal de distribución de la riqueza— generalizada gracias al rápido desarrollo económico y a la inversión extranjera.
Desde 1840 hasta el 1949, China se encuentra en una situación precaria a causa de los diferentes fracasos en los conflictos y culturales con el mundo occidental, y no es hasta la revolución comunista que consigue expulsar todos los extranjeros, confiscar todos sus bienes y eliminar todas las influencias culturales y ideológicas, excepto el marxismo.
El 1 de octubre de 1949, Mao proclama que «el pueblo chino se ha levantado», construyendo la nueva China. De este modo, China valla sus puertas el 1950 y solo mantiene contactos con la URSS por afinidad ideológica. Así, durante 30 años, intenta desarrollarse económicamente con la puerta cerrada, aislamiento que la conduce a quedarse cada vez más pobre y atrasada.
La primera etapa de esta nueva China ha sido la más dura y cruel para la nación china en toda su historia. Seguramente, este periodo se puede definir como la lucha de clases permanente, sin cesar ni un día hasta la muerte de Mao, sobre todo a partir de la reforma económica de 1958 conocida como el Grande Salto Adelante, 1 que tiene por objetivo atrapar a corto plazo las potencias americana y británica en el terreno económico e industrial aprovechando el grande capital humano de que dispone el país. El resultado es un fracaso total, provocando hambre y miseria hasta llegar a causar la muerte de más de 40 millones de chinos.

2-Gran Salto Adelante chino

El Gran Salto Adelante chino.

Pero todavía más desastrosa es la llamada Revolución Cultural (1966-1976), época en que se destruyen las raíces ideológicas y culturales chinas. El confucianismo, el taoísmo y el budismo son prohibidos y perseguidos, quedando solo la creencia en el comunismo, que pasa a ser como una religión de estado.
Con la muerte de Mao el 1976 la fe con el comunismo se entierra junto a su mausoleo situado en la plaza de Tiananmen y se inicia una fase de meditación para dirimir hacia donde tiene que ir China sin su líder.
El 1975, Mao escollo a Hua Guofeng (1921-2008) como sucesor para continuar la línea política que ha marcado a lo largo de 30 años. Pero por carencia de experiencia a la cúpula política china, Hua no sabe utilizar el poder de que dispone y Deng Xiaoping (1904-1997) —líder político y militar de quién Mao dice que es un capitalista que ha traicionado el socialismo— consigue conquistar el poder mediante un golpe de estado silencioso dentro del Partido Comunista Chino (PCX), recurriendo a todas las suyas influencias en el seno del ejército. Así, Hua es apartado del poder tres años después de la muerte de Mao.
A diferencia de Mao —que la única vez que sale del país es cuando viaja a Moscú el 1950 para agradecer personalmente a Josif Stalin (1880-1953) su gran ayuda en la Guerra Civil China (1946-1949) — Deng conoce personalmente el capitalismo, puesto que trabajó en una fábrica de Renault en Francia cuando tenía 18 años.
Al ver tanta pobreza en China se da cuenta que por salvarla hay que avanzar hacia el capitalismo. Es el origen de la política de la reforma y la apertura que se aplica desde 1979 hasta día de hoy y con la cual parece que China haya encontrado el camino para sobrevivir y desarrollarse.
Casi 30 años después del inicio del aislamiento voluntario, China vuelve a abrir las puertas dando la bienvenida en el capital extranjero y al capitalismo occidental. Un cambio radical que le ha permitido convertirse en un país moderno, abierto y con fuerza libertado económica, a la vez que ha consolidado el sistema de gobierno totalitario.
La reforma significa cambiar todo el que había establecido Mao en el terreno económico: eliminación de la economía planificada e introducción del libre mercado que ejerce la función de contrapeso entre la oferta y la demanda para favorecer el desarrollo de la economía. Y por su parte, la apertura significa introducir el capital y el capitalismo occidental en China, dejando al margen la lucha de clases y la disputa de ideología entre derecha e izquierda. «No importa si el gato es blanco o negro. El que sepa cazar ratones es un buen gato, es la frase más conocida de Deng.

3-Deng Xiaoping

Deng Xiaoping

La reforma se inicia en las extensas zonas rurales, donde se disuelven las comunes populares y se ofrecen tierras de alquiler a los campesinos para mejorar el rendimiento productivo y conseguir así suministrar alimentos de primera necesidad en toda la población china. Cinco años después, ya no falta nada en el mercado doméstico, un gran contraste con la época de Mao, cuando las necesidades básicas estaban cubiertas mediante el racionamiento: cuotas por arroz, óleo, ropa, azúcar, leche, bicicletas…
La nueva política económica se extiende en las ciudades después del gran éxito conseguido a las zonas rurales. Así, desde 1992, el gobierno chino privatiza la mayor parte de empresas y fábricas estatales —convertirlas en sociedades anónimas o limitadas— regalando prácticamente las acciones a los antiguos directores, los cuales se han convertido en la primera generación de capitalistas de la era moderna de China. Esta generación forma parte del grupo de poder adquisitivo igual o superior a cualquier consumidor de clase media-alta de los países desarrollados occidentales
El desarrollo económico de China se basa en dos motores: la inversión extranjera y la exportación. Para atraer la inversión occidental, China ofrece un grande capital humano, el más competitivo y barato del planeta, convirtiéndose así en la gran fábrica del mundo. Aun así, la reciente crisis económica ha hecho cambiar la política económica china para fomentar la demanda doméstica y equilibrar la dependencia hacia las exportaciones en la estructura económica.
Gracias a estas medidas, el mercado chino se encuentra ahora en plena fase de crecimiento, atrayendo a miles de empresas occidentales a entrar en la lucha por cuotas de mercado en China con sus productos de diseño y de calidad.
De cara en el siglo XXI, China es, sin duda, uno de los mercados de consumo y de inversión más importantes y más atractivos del mundo a causa del crecimiento económico sostenible del 9% anual y por el poder adquisitivo de su población, el cual cada vez se acerca más al del Japón.2

4-Evolución económica china

Evolución económica china

China ha conseguido desarrollándose económicamente de manera muy acelerada, llegando a ser la tercera potencia económica mundial el 2008 —según todas las previsiones oficiales y el propio Banco Mundial el 2015 superará en el Japón y el 2025 los EE. UU., convirtiéndose así en la primera potencia económica mundial
Además, China ya se ha convertido en el principal comprador de los bonos de Estado de los EE. UU… Así, hoy en día, el impacto económico que da China al resto del mundo es inevitable, con una influencia que crece día a día a nivel político y económico a escala internacional.
Pero sin democracia no existe un mecanismo real de control del poder, generando corrupción y un creciente desequilibrio social, los cuales son la mayor preocupación política y social para el futuro de China. El PCX y el gobierno chino están trabajando intensamente para paliar la corrupción, creando mecanismos de control y de sanción y, en relación en el desequilibrio social, se han tomado medidas a gran escala en materia de salud pública y en educación. Aun así, hasta ahora no se ve un resultado positivo, pero quizás hace falta más tiempo.

Un régimen de dictadura sin comunismo
Los medios de comunicación occidentales dan la imagen que China es un país comunista, y seguramente por eso todo el mundo cree que lo es. Aun así, el propio PCX ha negado rotundamente que China sea un país comunista. En realidad, es un país con el poder absoluto y altamente concentrado en la mano del máximo líder político del Estado —antiguamente al emperador—, estilo político imperial que se ha mantenido a lo largo de los 2.400 años de historia de China.
Cómo hemos visto, en la época de Mao se recurre al poder absoluto para eliminar todos los enemigos políticos mediante la lucha de clases y la Revolución Cultural. Y Deng consigue conquistar el poder mediante sus relaciones personales con los militares y asentar la dictadura a lo largo de las décadas de 1980 y 1990. El comunismo no es más que una excusa exótica y moderna por diferenciarse de la tradición imperial, pero realmente, China sigue con el modelo tradicional en la hora de hacer la política.
Así, es el buró político permanente del PCX, compuesto por nueve miembros, 3 quién gobierna en China, aunque aparentemente existe la Asamblea Popular Nacional, el equivalente en los parlamentos occidentales. El poder se distribuye en forma de pirámide y desde la cúspide se designan los cargos de los estadios inferiores sin la necesidad de consultar en el pueblo ni a la opinión pública, en no existir un sistema real de elección popular. De este modo, políticos, funcionarios y administrativos solo miran sus superiores, ignorando la masa popular.

5-Cónclave que otorta el poder a Jinpig

Cónclave que otorta el poder a Jinpig

A la vez, a todos los niveles gubernamentales y administrativos existe la presencia del PCX, de tal manera que el secretario del partido de cada institución es el máximo responsable, incluso a las empresas estatales y a las entidades sociales. Un claro ejemplo lo encontramos en las universidades, donde el rector no es la máxima autoridad, sino que es el secretario del PCX de cada centro quien tiene la última palabra. Con la nueva política de apertura y reforma, así como con el consiguiente crecimiento económico, la utopía del comunismo que había introducido Mao como nueva religión china desaparece en un abrir y cerrar de ojos creando un vacío de referentes que está siendo ocupado por múltiples culturas y creencias procedentes de todo el mundo, provocando un caos ideológico total.
El gobierno chino se da cuenta de este hecho —interpretado como una amenaza para la estabilidad y la consolidación del régimen totalitario— raíz de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, por lo cual inicia una gran campaña de recuperación del confucianismo y del taoísmo a fin de reforzar una vez más el patriotismo y el nacionalismo chino entre los jóvenes, al ser el futuro del régimen.
Hoy, más de 1.000 millones de chinos trabajan para ganar dinero y así mejorar sus condiciones de vida. Y precisamente esta es la intención del gobierno chino: dejar que el pueblo se enriquezca para que no se preocupe de la política y mucho menos de la democracia y los derechos humanos. Realmente, es la comunidad internacional quién se preocupa y para más atención que los propios chinos a la situación política, la estabilidad social y los derechos humanos en China.
De hecho, el que más preocupa a las generaciones más jóvenes es el medio ambiente, puesto que si la primera generación capitalista china desarrolló la economía sacrificándolo todo, ahora los toca a ellos resolver la amenaza del cambio climático. Pero es necesario recordar que desde la apertura, el 1979, no han dejado de nacer y desarrollarse, movimientos a favor de la democracia y la libertad de expresión dentro de y fuera de China, pero lo PCX y el gobierno chino nunca han tolerado unos movimientos considerados una amenaza para la orden establecido.
La matanza de Tiananmen —donde miles y miles de estudiantes y jóvenes protestaban a favor de la democracia en China, en la primavera de 1989— ha servido de lección a la mayoría de chinos que no se atreven a preocuparse por la situación política actual del país.

A pesar de esto, no podemos olvidar que existen disidentes políticos, como Liu Xiaobo (1955), condenado el diciembre de 2009 a once años de prisión para reivindicar una China democrática.

Y esta dura represión no solo cae sobre los opositores chinos al régimen, como en el caso de Tiananmen o de Liu Xiaobo, sino que también son víctimas los nacionalistas del Tíbet, (marzo de 2008) o los uigures de Xinjiang (julio de 2009).
Los proyectos políticos independentistas del Tíbet, el Xinjiang y la Mongólia Interior pueden posar en cuestión el régimen totalitario del PCX, como también la existencia de Taiwán, sido internacionalmente reconocido surgida raíz de la Guerra Civil y sobre el cual China reclama la soberanía.
Por su parte, el Tíbet cuenta con un gobierno exiliado presidido por el dalai-lama que defiende la autonomía absoluta del país, y lo Xinjiang, donde vive mayoritariamente la etnia uigur de religión musulmana, cuenta con un fuerte movimiento independentista ayudado por Turquía y el mundo árabe.
Finalmente, en la zona de la Mongolia Interior está creciendo un movimiento que reivindica la gloria de la época de Genguis Kan (circa 1162-1227) y Kublai Kahn (1215-1294), míticos líderes mongoles.
Aun así, estos territorios forman parte de los intereses esenciales que pretende defender el PCX cueste el que cueste, incluso empleando la fuerza militar. Por lo tanto, estos conflictos nacionales se prevén duros y largos, y seguramente no se solucionarán si China no toma el camino de la democracia.
Externamente, el gobierno chino tiene que soportar cada vez más la presión de la comunidad internacional en materia de derechos humanos, medio ambiente e incluso sobre la revalorización de la moneda china. Cualquier fracaso ante uno de estos retos puede ser el inicio de la decadencia de China.

APUNTES A PIE DE PÁGINA

1 Plan económico basado en la colectivización de la tierra y la incorporación de industria ligera y proyectos de infraestructuras con las comunes populares como unidades económicas autosuficientes.
2 Hoy, más del 10% de la población china —unos 130 millones de personas— tiene el poder adquisitivo igual o similar al japonés. Este porcentaje aumenta cada año y este es el punto clave para explicar porque el mercado chino es tan atractivo junto con el de y también para entender porqué en los próximos años se convertirá en la primera potencia económica mundial.
3 Desde octubre de 2007, los nueve miembros son Hu Jingtao (1942), secretario de PCX, presidente del Estado, Wen Jiabao (1942), primer ministro, Wu Bangguo (1941), presidente de la Asamblea Popular Naconal, lia Oinglin (1940), Xi Jinping (1953), Li Changchun (1944), He Guogiang (1943), Li Kegiang (1955), Zhou Yongkang (1942).

SABER MÁS

Relacionarse con China significa tratar con una civilización de escala continental, políticamente compleja y culturalmente fuerza diferenciada de la sociedad occidental
Lo Grande Salt Adelante de Mao es un fracaso total, provocando hambre y miseria hasta llegar a causar la muerte de unos 40 millones de chinos
La Revolución Cultural destruye las raíces ideológicas y culturales chinas.

El confucianismo, el taoísmo y el budismo son prohibidos, quedando solo la creencia en el comunismo
Deng Xiaoping introduce el capitalismo a través de la política llamada de reforma y apertura con la cual parece que China ha encontrado el camino para sobrevivir y desarrollarse
Para atraer la inversión occidental, China ofrece un grande capital humano, el más competitivo y barato del planeta, convirtiéndose en la gran fábrica del mundo
La crisis económica ha hecho cambiar la política económica china para fomentar la demanda doméstica y equilibrar la dependencia hacia las exportaciones en la estructura económica

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