¿Qué es la investigación ética?
La investigación ética comprende el conjunto de técnicas y organizaciones dedicadas a hacer investigación sobre el comportamiento de las empresas en relación a una serie de criterios éticos, sociales y ecológicos.
A grandes rasgos, estos criterios pueden ser de dos tipos. En primer lugar, encontramos los criterios éticos negativos, también denominados excluyentes, que hacen referencia en aquellas actividades económicas o prácticas empresariales consideradas éticamente inaceptables y que, por lo tanto, son excluidas de la cartera de inversiones de los bancos éticos y otras entidades de inversión ética. Por otro lado, los criterios éticos positivos o valorativos son aquellos que permiten priorizar la inversión en aquellas empresas con productos y actuaciones responsables desde un punto de vista social y ecológico.
A pesar de que algunos bancos éticos y gestoras de fondos de inversión tienen equipos propios de investigación ética, en la mayoría de casos, quienes realiza este tipo de investigación son las llamadas consultorías éticas. Se trata de empresas independientes especializadas al obtener la información necesaria para clasificar las empresas en función del amplio abanico de criterios éticos existentes.
Esta información es posteriormente comprada por los inversores éticos, ya sean estas personas o instituciones, que son quienes, en última instancia, deciden qué criterios quieren aplicar. Cómo nos explica el director de investigación de la consultoría ética EIRIS: «Mi trabajo no es decir a la gente como tiene que creer y como tiene que invertir su dinero. No hay un solo camino, y es el inversor quien tiene que decidir la destinación de su inversión.»
Sobre el pez y la caña de pescar
«En vez de darles el pez, vale más darles una caña de pescar.» Esta es la conocida frase que tantas veces se utiliza para poner en valor uno de los principales retos de las ONG de Cooperación Internacional: conseguir dar continuidad temporal a sus intervenciones, involucrando las personas o comunidades destinatarias de las ayudas en su propio desarrollo.
El microcrédito se basa justamente en esta premisa, pero a partir de un nuevo modelo de intervención. A diferencia de lo que sucede en la Cooperación Internacional clásica, basada en la transferencia de recursos a fondo perdido, las instituciones micro-financieras (IMF) ofrecen la posibilidad de acceder a unos recursos, pero estos tienen que ser devueltos. Las ventajas que ofrece el préstamo respecto a la donación son esencialmente dos:
1- Sostenibilidad económica Al ser devueltos, los fondos disponibles para el desarrollo no se agotan con la propia intervención, sino que pueden ser utilizados de nuevo. Este hecho contribuye a la sostenibilidad económica de las IMF, las cuales, si consiguen lograr la autofinanciación, pueden desarrollar su actividad a priori indefinidamente y prescindiendo de donaciones externas.
2- Efectos psicológicos positivos La persona que recibe un microcrédito está obligada a volverlo. El efecto psicológico que suele generar la aceptación de este compromiso es un sentimiento de responsabilidad que hace incrementar la confianza y la autoestima de la persona. Se argumenta que el hecho de experimentar responsabilidad y autoestima aumenta la capacidad de los destinatarios de los microcréditos para mejorar otros aspectos de su vida.
Si la misma persona recibe una donación a fondo perdido, los efectos psicológicos que se derivan son totalmente diferentes y presentan una serie de connotaciones negativas que hacen replantear las virtudes de la Cooperación Internacional de cariz asistencial y, incluso, el propio concepto de caridad.
Khalid Shams expresa estas dudas: «No tengo ningún problema con la caridad como función religiosa. Aun así, el problema es que la caridad establece una relación entre el donante y el que recibe: el donante está en una posición superior y el que recibe en una posición subordinada.» Desde este punto de vista, la caridad daría pie a una relación de doble dependencia, económica y psicológica, que haría más difícil involucrar las personas a quienes se pretende ayudar en su propio desarrollo.
Según sus partidarios, el microcrédito rompe esta dependencia y la sustituye por una relación de igual a igual, basada en el hecho de confiar en las capacidades de los destinatarios del microcréditos. Cómo explica Shams: «Los pobres, por muy pobres que sean, tienen ciertas habilidades y capacidad productiva. Los pescadores de las zonas pobres de Bangladesh ya saben de pescar. El que no tienen es la caña de pescar.» En la práctica, la caña de pescar sería el acceso en pequeñas cantidades de capital, es decir, el mismos microcréditos.
Gert van Maanen va todavía algo más lejos: «La voz del Norte que no para de decir formarlos, formarlos, subestima el hecho que los pobres son pobres solo en términos monetarios. En otros aspectos de supervivencia de la vida no son pobres, sino que están mucho más avanzados que nosotros.» ¿Hay que enseñar los más desfavorecidos a pescar? ¿Es mejor darles el pez o la caña? Es cierto, como afirma Mercedes Pániker, que el problema de países como la india es que los países industrializados «los hemos mangado el pez». El debate continua más vivo que nunca.
¿Cuáles son los criterios éticos negativos más habituales?
1-Producción y venta de alcohol
2-Producción y venta de armamento
3-Producción y venta de tabaco
4-Producción y venta de pornografía
5-Producción y ofrecimiento de empresas de juego
6-Suministro al ejército
7-Explotación laboral, explotación infantil en todos los países
8-Pruebas con animales
9-Destrucción del medio ambiente
10-Contaminación de agua o aire
11-Agricultura intensiva. biotecnología y manipulación genética
12-Producción de energía nuclear
13-Destrucción de la capa de ozono
14-Producción y distribución pesticidas
15-Tala de bosques tropicales
16-Utilización de madera tropical como materia prima
17-Minería con alta contaminación y residuos
18-Grandes plantaciones en los países del Sur, explotación laboral y medioambiental
19-Deslocalización a países del Sur con prácticas de explotación laboral
20-Datos de los proveedores sobre prácticas de explotación laboral
21-Comportamiento comercial y publicitario de la empresa, manipulación consumidores
22-Diferencias salariales entre directivos y trabajadores
23-Donaciones y relaciones con partidos políticos
24-Extensión del mercado, intereses transnacionales
25-Intereses políticos y económicos a nivel internacional en países del Sur
26-Espaldarazo a regímenes políticos dictatoriales
27-Especulación financiera
28-Evasión de impuestos y paraísos fiscales
29-Monopolios económicos
30-Comercio de drogas y mafia
Sobre el ahorro de los bancos éticos
La captación de ahorro es el principal mecanismo de financiación de los bancos éticos. No obstante, en aquellos bancos éticos que tienen como ahorradores potenciales los mismos destinatarios de los préstamos, la cuestión del ahorro acontece más compleja y, en algunos casos, incluso polémica.
Se puede obligar a ahorrar a las personas que menos recursos tienen, como hacen el Grameen Bank o el ADIE? ¿No es el ahorro una imposición demasiado pesada para los pobres? Cómo suele ser habitual, existen dos posiciones diferentes en el respeto.
La primera sería la que defiende que el derecho de los pobres a recibir un préstamo tendría que estar vinculado a su capacidad para generar ingresos y no a su capacidad de ahorro, la cual es por definición limitada. «Hay gente que piensa que a los pobres se los tiene que decir «tenéis que ahorrar», ¿pero… no es un poco extraño que el mejor mensaje que tenemos para ofrecer a los pobres es que ahorren más del que nosotros podemos ahorrar?, se pregunta Gert van Maanen, posando como ejemplo las hipotecas que reciben muchos ciudadanos europeos «no porque hemos estado capaces de ahorrar mucho, sino porque podemos ganar el que costa».
Desde este punto de vista, el ahorro se vería como una consecuencia lógica del hecho de desarrollar una actividad productiva, pero no una finalidad en sí. Cómo señala Michel Martin, «la idea no es fomentar el ahorro, sino financiar las actividades productivas».
La segunda visión posa el énfasis en las virtudes del ahorro y en la necesidad de fomentar entre los más pobres un hábito de ahorro que los haga menos vulnerables a las fluctuaciones inesperadas de su renta y a los desastres naturales que, desgraciadamente, sufren con frecuencia determinados países del Sur. Según Khalid Shams, «el ahorro se convierte en una aseguradora contra estos desastres inesperados, es una especie de almohada que absorbe los shocks».
La forma de Incentivar este ahorro, pero, no siempre es la misma en aquellos bancos éticos que coinciden al opinar que los pobres sí que son capaces de ahorrar. El SEWA Bank, por ejemplo, considera como un instrumento financiero clave porque las mujeres puedan planificar su futuro, pero no lo exige de forma obligatoria. Según este banco de las mujeres, el ahorro comporta tres ventajas:
-Genera una disciplina financiera entre las prestatarias que resulta en un buen pago de los intereses
-Expansiona el volumen total de recursos destinados a los pobres
-Permite que las mujeres puedan pedir cantidades más grandes de dinero
El Grameen Bank, por el contrario, opina que el ahorro obligatorio es importante porque entre los más pobres no hay una predisposición a ahorrar.
Sea como fuere, allá donde convergen las dos grandes visiones sobre el ahorro es al afirmar que ninguna institución micro-financiera (IMF) o programa de microcrédito se puede financiar de entrada gracias al ahorro. Al tratarse de personas con escasos recursos, el ahorro se genera lentamente y progresiva y, por lo tanto, solo es posible emprender una institución de microcrédito a partir de donaciones externas.
La dependencia de las donaciones es tan solo justificable a corto o medio plazo. Con el tiempo, cualquier IMF tendría que conseguir ser viable económicamente y prescindir de la financiación externa. Si no lo hace, quizás podrá cobrar unos intereses que estén por debajo de los intereses de mercado, pero estará viviendo en una ficción económica que se puede desmenuzar en cualquier momento. Por ejemplo, cuando el microcrédito deje de estar de moda entre los grandes organismos internacionales de donación que actualmente le apoyan.
¿Cuáles son los criterios éticos positivos más habituales?
1-Manufacturación de productos positivos: productos medioambientales, biológicos, control de la polución, reducción de la energía consumida, educación, productos elaborados por colectivos sociales como la inserción laboral
2-Adopción de políticas medioambientales en la empresa Reducción gastada de energía y utilización de energías renovables
3-Redugción del consumo energético y la utilización de energías renovables
4-Políticas de reciclaje y minimización del malbaratamiento ambiental
5-Respecto a la biodiversidad
6-Apoyo al desarrollo comunitario local
7-Igualdad de oportunidades género, mujeres en cargo directivos y tratamiento igualitario trabajadores
8-Relación de la empresa con los stakeholders, comunidad
9-Relación de la empresa en la educación y la formación de los trabajadores y las familias
10-Relación de la empresa con los sindicatos y demandas laborales
11-Transparencia en la gestión económica y financiera
12-Apoyo a iniciativas de empresas o proyectos medioambientales
13-Apoyo a iniciativas de comercio justo y consumo responsable.
14-Transferencia de tecnología a pasos pobres
15-Relación con los proveedores europeos u otros continentes
16-Respecto a los Derechos Humanos y actividades en países con vulneración de este derechos
17-Tipo de institución empresarial y financiera