ARTE
FLORECE EL ARTE DEL RETRATO

AMÓN Anillo de oro con égida, sobre la cual está representada en relieve la cabeza de un camero con disco solar, símbolo del dios Amón, delante de una naos decorada con ureos.
Los reyes tolemaicos se hicieron retratar según los cánones tradicionales del arte faraónico, recuperando iconografías características de épocas incluso muy antiguas. Las estatuas de los Tolomeos aparecen con nemes y con la faldilla shendyt, que llevaban los faraones desde el Imperio Antiguo; y las reinas están representadas con las túnicas ceñidas y los nemes característicos del arte faraónico, cuando no muestran influencias de la moda griega en las túnicas drapeadas y las cabelleras rizadas. Los emperadores romanos también fueron representados a menudo con iconografías egipcias, aunque el rostro estilizado era sustituido por un retrato real. La identificación más puntual de la persona se desarrolló especialmente en la época romana. La tendencia se aprecia, sobre todo, en el ámbito funerario, donde los sarcófagos en forma de momia tolemaicos, con cartonnage repleto de decoraciones pintadas o de pan de oro, fueron reemplazados por otros en forma de paralelepípedo con la representación del difunto tal como era en vida. Sobre las momias, aún cubiertas cuidadosamente con vendas de lino, se aplicó un retrato en madera del difunto.

MUT Brazalete de oro con incrustaciones de pasta de vidrio de colores, que presenta la imagen de la diosa Mut con alas y doble corona. Forma parte del tesoro hallado en una pirámide de la necrópolis real de Meroe.
Se trata de los llamados «retratos de El Fayum», del nombre del oasis en el que ha sido hallada la mayor parte de ellos. Es probable que los pintores dispusieran de tablillas con algunos modelos básicos ya pintados (la mujer, el hombre, el anciano, el joven, el negro, etc.), que eran completados posteriormente para asemejar la imagen al difunto en el momento de fallecer. Los retratos, algunos de altísima calidad y cuyo estilo recuerda los frescos pompeyanos y de la época imperial, datan de un periodo comprendido entre los siglos I y IV d. C.