Arte

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REFINADOS AJUARES FUNERARIOS

8-11-SUELA-DE-MOMIA

«SUELAS DE MOMIA» Reinterpretando el motivo del rey pisando a los enemigos de Egipto, el difunto podía derrotar a las fuerzas oscuras en el más allá, aquí representadas por los prisioneros sirios pintados bajo las sandalias de un cartonnage de la época tolemaica.

En el primer milenio a. C., tuvo especial difusiión en Egipto el arte de la metalurgia. Fueron creadas auténticas obras maestras, como la espléndida estatua de bronce de la divina adoradora de Amón, Karomama, que data del reinado de Osorcón II. La estatua, de unos 60 centímetros de altura; está totalmente recubierta de oro, plata y electro. El amplio collar usekh, en particular, muestra una increíble variedad de motivos decorativos, pétalos, rosetas y espirales, que por el reverso enmarcan el contrapeso del collar con el nombre de Karomama inscrito en el cartucho real. No hay que olvidar que las divinas adoradoras eran las representantes del faraón en Tebas entre el clero de Amón. Los ajuares de las tumbas reales de Tanis, donde la profusión de oro y plata ha sido comparada con la del tesoro de Tutankamón, constituyen otra interesante expresión del arte de la metalurgia. Los motivos policromos, obtenidos mediante esmaltes y piedras semipreciosas, fueron realizados de una manera incluso más refinada: basta pensar en la máscara de oro de Psusennes I, con los ojos, las cejas y la barba resaltados con esmalte negro, y en sus joyas, pectorales y brazaletes con incrustaciones de piedras de colores. Es de destacar la abundante presencia de plata en los objetos, que indica la gran disponibilidad de este metal, debida al comercio con el extranjero. En 1891, diez años después de descubrirse el escondite de las momias de los faraones, fue hallado el segundo importante escondite de Deir el-Bahari, en Tebas Oeste. Allí habían sido ocultados decenas de sarcófagos pertenecientes a los grandes sacerdotes de Amón de las dinastías XXI y XXII. Es característica de estos sarcófagos, y de todos los de la época, la riqueza de las decoraciones que aparecen en la superficie de las cajas y las tapas, así como las llamadas «segundas tapas», que se colocaban directamente sobre la momia. Se trata de una especie de horror vacui, que llena de imágenes divinas, símbolos religiosos e inscripciones cada centímetro cuadrado de la superficie. También apareció a principios de la XXII dinastía el llamado cartonnage, un envoltorio aplicado directamente sobre la momia, constituido por varias capas de tela estucada y cuidadosamente pintada, a veces decorada incluso con pan de oro.

 

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