La evolución de la naturaleza y funciones de los sindicatos, así como sus relaciones con los partidos obreros y con la política en general, han ido adquiriendo nuevas dimensiones en los países del capitalismo avanzado. Dicha evolución se halla estrechamente vinculada al desarrollo de la producción y a las nuevas formas que ha adquirido el capitalismo monopolista de Estado, a su desarrollo imperialista y al carácter multinacional de las corporaciones y sociedades que, en definitiva, rigen la política de los países capitalistas.
Al analizar los nuevos contenidos de la lucha de clases en el contexto de las transformaciones tecnológicas de los últimos años, se observa como los diversos niveles de reivindicación (económica, política, calidad de vida, denuncia del caos capitalista, etc.) se articulan inevitablemente como algo inherente al actual desarrollo de las fuerzas productivas. Algunos de los rasgos fundamentales de este proceso se refieren a la empresa, otros tienen carácter general; todos ellos expresan la naturaleza del capitalismo monopolista de Estado y de su política económica basada más bien en la expansión y el crecimiento sostenido que en la mera lógica del beneficio a corto plazo. Es imposible analizar con detalle las principales características de este proceso y el contenido reivindicativo que conllevan. Señalemos, como simple enumeración, los problemas específicos que se generan en torno a la duración de la jornada de trabajo en una sociedad urbana con inacabables desplazamientos: organización del tiempo libre, estructura de los barrios-dormitorio, insuficiencia de los transportes colectivos, etc; a la organización científica del trabajo, con una política de remuneración basada en la intensificación del rendimiento obrero, que afecta al conjunto de las condiciones de trabajo (accidentes, fatiga física y mental, etc.); la crisis de los antiguos sistemas de calificación profesional con las necesidades de reconversión profesional que permita al trabajador afrontar el paro tecnológico y que plantea inmediatamente todas las cuestiones relacionadas con la formación permanente, defensa de los valores profesionales, etc.; el creciente peso de los técnicos en el conjunto de la fuerza de trabajo y la aparición de nuevos oficios que están generando luchas y reivindicaciones específicas de estas capas, estatuto laboral de los «nuevos técnicos», etc.