47- LA ICONOGRAFÍA ALQUIMISTA Y EL TAROT

Muchas ilustraciones que se encuentran en los libros alquimistas de los siglos XVI y XVII se parecen a las cartas de los triunfos del Tarot. Esta similitud ha llevado a engaño a los ocultistas y a sus discípulos, que han lanzado diversas teorías e hipótesis sobre una relación directa entre las cartas del Tarot y la alquimia.

1-El ave fénix-metirta.online

El ave fénix es el símbolo alquimista del renacimiento a través del fuego. Detalle de un grabado del Opus Medico Chymicum, de J. D. Mylius, publicado en 1617.

 

Es bien sabido por todos los historiadores del esoterismo que la base de la iconografía de la alquimia fue el simbolismo de la Edad Media, que fue ampliamente difundido a través de los manuales de iconología. En este sentido, el académico Jacques Van Lennep comenta que «la mayor parte de los símbolos de la alquimia está tomada como préstamo de disciplinas como la astrología, las religiones, la mitología, además de los bestiarios medievales y de la realidad cotidiana».

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También las alegorías en las que se inspiraron los inventores de las cartas del Tarot eran muy comunes, entre los siglos XIII y XV; para constatarlo, basta observar las decoraciones de las catedrales románicas y góticas, las descripciones de los planetas, de las virtudes y de las clases sociales que se encuentran en los tratados enciclopédicos, así como las ilustraciones astrológicas de tratados universitarios y almanaques populares. Ya hemos hecho notar, al tratar de las cartas del Tarot de los Visconti, así como de la baraja de Mantegna, que el significado de los triunfos, uno por uno, se puede descifrar fácilmente si se hace referencia a la cultura de la corte de la Italia septentrional, donde fueron inventados los Tarots en la primera mitad del siglo XV. Pero, por ahora, vamos a analizar las afinidades entre las cartas del Tarot y las imágenes procedentes del mundo de la alquimia.

2-proceso alquímico-metirta.online

Grabado del Viridarium Chymicum, de Stolcius von Stolcenberg (Frankfurt, 1624), que representa un proceso alquímico.

GRANDES SEMEJANZAS

En la obra de L Thurneysser Quinta essentia (Leipzig, 1574) se representa la imagen de una especie de «Papisa hermética» que lleva la clásica tiara, el libro y la llave, todos ellos símbolos de la fe cristiana. La figura de Thurneysser tiene la boca cerrada por un candado, está sentada sobre una caja en la que se encuentran grabadas las palabras «Thot» y «Azot» y aparece rodeada de libros, cuyos títulos aclaran los secretos que custodia: Herbarium, Quinta Essen tia, Misterium Aeternitatis, Astronomia, Natura Rerum, Archidoxa, Muta tío y la Biblia. Parece evidente que el autor retomó en esta imagen una alegoría muy difundida en la época, a la que añadió una serie de elementos para sintetizar el mensaje de que la fe en las ciencias religiosas y el estudio de la naturaleza constituyen la clave para el descubrimiento de los secretos de la Creación.

3-El caduceo, símbolo de las fuerzas opuestas en equilibrio-metirta.online

El caduceo, símbolo de las fuerzas opuestas en equilibrio, y también de la alquimia y de las modernas medicina y farmacopea, aparece en numerosas cartas de Tarot

En la obra Currus triumphalis antimonii Basilii Valentini (Hannover, 1609), de T. Kerckring, se representa una «Papisa» idéntica a la del tratado de Thurneysser. Otra página del libro de dicho autor muestra la imagen del espíritu de Mercurio rodeada por una mandorla de luces. Esta figura recuerda a la del arcano mayor de El Mundo tal como aparece por primera vez en la «Hoja Cary», es decir, en los Tarots milaneses de finales del siglo XV. Una imagen similar se halla en una versión de la obra alquimística Turba philosophorum (siglo XV, París; Biblioteca Nacional, códice latino n.° 7.171) para representar los dones del «Mercurio de los Filósofos», otro nombre que recibe la Quinta Esencia. La carta de El Mundo tiene un cierto parecido con la última tabla que aparece en el Mutus Liber (La Rochelle, 1677), escrito por Altus, en la que la guirnalda expresa la Gran Obra completada, es decir, la ascensión del espíritu al cielo. Esta alegoría puede ponerse en relación con una figura incluida en la obra Pandora (Basilea, 1588) de C. Reusner, donde se ve la extracción del «espíritu mercurial» de la materia prima; la figura central está rodeada de numerosas referencias cristianas, entre ellas los símbolos de los cuatro evangelistas, presentes también en el arcano de El Mundo y que coinciden, asimismo, con las representaciones de los cuatro elementos que estaban vigentes en la Antigüedad. Sobre el frontispicio del ya citado tratado de alquimia Currus triumphalis de Kerckring, se observa una figura que recuerda la imagen de El Carro del Tarot de Filippo Maria Visconti. En la Atalanta fugiens (Frankfurt, 1617), de M. Mayer, el filósofo que persigue la naturaleza en el número 42 tiene un gran parecido con la carta de El Ermitaño del Tarot de Catelin Geofroy. En la obra De lapide philosophico (Frankfurt, 1625), de A. Lambsprinck, los tres personajes principales, rodeados de una simbología muy común en la época, recuerdan a El Emperador, a El Ermitaño y al condotiero que gobierna El Carro en la correspondiente carta de los antiguos Tarots boloñeses.

4-pasos para la obtención de la piedra filosofal-metirta.online

Representación de los pasos para la obtención de la piedra filosofal. Grabado de la obra Opus Medico Chymicum, de .I. D. Mylíus (1617), que incluye motivos clásicos de las cartas del Tarot, como la Luna, el Sol o el león.

 

UNA BREVE RESEÑA

La iconografía alquimista presenta otras numerosas alegorías que, con un poco de imaginación, pueden asociarse a los triunfos del Tarot. Por ejemplo, los protagonistas de Philosophia reformata (Frankfurt, 1622), de J. D. Mylius, son una pareja ReySol y ReinaLuna, análogos a El Emperador y La Emperatriz del Tarot. La Muerte puede corresponder a la mortificatio ilustrada tanto en Philosophia reformata como en ciertas representaciones, como, por ejemplo, las que aparecen en el Splendor Solis (1582) de Salomon Trismosin. En la obra de Mylius, además, hay una imagen que se corresponde con la carta de El Juicio, en la que un ángel toca la trompeta mientras, en un campo arado, se despiertan el ReySol y la ReinaLuna. En el tratado Viridarium chymicum (1624), de S. Stolcenberg, aparece un ángel que toca la trompeta en un cementerio, mientras un discípulo, en actitud orante, se levanta de una sepultura. La carta de La Templanza, cuya iconografía ha permanecido casi invariable a lo largo de los siglos, se presta fácilmente a una interpretación alquimista a través del trasvase de fluidos desde una vasija a otra. Una figura parecida se encuentra en Symbola aureae mensae (Frankfurt, 1617), de M. Mayer, donde la filósofa alejandrina María muestra la conjunción de las aguas superiores con las inferiores. Siguiendo con las virtudes, la clásica imagen de la Justicia con balanza y espada aparece en diversas obras, entre ellas Practica, una cum XII clavibus (1678), que se atribuye al alquimista medieval Basilio Valentino. Otras alegorías referidas a las cartas de El Enamorado, El Sol, La Luna y La Estrella están tan difundidas en la iconografía alquimista que no vale la pena citar los textos en las que aparecen. En cambio, la figura de El Diablo no es habitual, a menos que se quiera encontrar cierto parecido con el extraño rostro que aparece en Della trasmutazione metallica (Brescia, 1564), de G. B. Nazari, o con cualquiera de los dragones que llenan las páginas de ciertos tratados de alquimia. La Torre, otra alegoría difícil de encontrar, podría relacionarse con el atanór, el horno de los alquimistas. Respecto a El Colgado, no existe ningún símbolo similar en la tradición medieval, y en el mismo caso se encuentra El Papa, figura que, sobre todo en los países protestantes, habría podido levantar polémicas doctrinales. Tampoco se encuentran representaciones de El Loco que, sin embargo, era una figura habitual en el teatro medieval, donde con este curioso personaje se representaba a un bufón de la corte, extravagante pero sabio, que se burlaba de manera sistemática de las supersticiones.

5-Tarot Sola-Busca-metirta.online

Las cartas del siete y el nueve de oros, y del nueve de espadas del Tarot Sola-Busca, recogen distintas imágenes alquímicas, como la transmutación de metales.

CARTAS DE TAROT ALQUIMISTAS

De esta breve exposición cabe deducir que no es posible establecer un nexo directo entre el Tarot y los símbolos de la alquimia. Este hecho no es casual, pues los indicios históricos, desde tratados sobre el juego a obras jurídicas o textos literarios, confirman que, desde el siglo XV hasta el XVIII las cartas del Tarot se usaron como juego de azar, por lo que cabe decir que las interpretaciones alquimistas de los esoteristas del siglo XIX son pura fantasía. La excepción sería el llamado Antichi Tarocchi Illuminati (Turín, 1995) o Sola-Busca, que, según el estudio realizado por la historiadora Sofia Di Vincenzo, sí que tendría una relación directa con la alquimia. Dicha baraja, de la que nos ocuparemos en capítulos posteriores, está estructurada como una baraja de Tarot normal, pero su iconografía no es la tradicional. Aunque no se acepten totalmente las tesis de Di Vincenzo, hay que rendirse a la evidencia de que algunas cartas de las series numerales, en particular el siete y el nueve de oros, son alegorías de procesos alquímicos. Sin embargo, hay que señalar que la baraja Sola-Busca es absolutamente anómala respecto a los Tarots fabricados no sólo en los decenios anteriores, sino también en los siglos siguientes. Más adelante veremos el modo en que han evolucionado las teorías que tratan de relacionar la secuencia de los arcanos del Tarot con la construcción de la «piedra filosofal», el objetivo prioritario de los alquimistas.

6-El espejo de la locura-metirta.online

El espejo de la locura; grabado del siglo XVI que representa la clásica imagen del bufón medieval que se refleja en la carta de El Loco.

ANALOGÍAS NUMÉRICAS

La coincidencia entre el número de cartas del Tarot y el de la simbología que se recoge en algunos tratados alquimistas no debe llevar a engaño. Tanto el 22 de los arcanos mayores, como el 77 o el 78 de la baraja completa son cifras comunes en la Biblia, y en todas las épocas han sido objeto de especulaciones místicas y filosóficas. De esta forma se han relacionado los arcanos del Tarot con las 22 figuras del Rosarium philosophorum (siglo XV); las 22 figuras del Splendor Solis (siglo XVI), de Salomon Trismosin; los 22 símbolos que Kerdance de Pornic dibujó en el Livre des XXII feuillets hermétiques (Francia, h. 1760), y los 78 símbolos que Johann C. Barchusen situó como apéndice a Elemento Chemicae (1718). Ninguna de las obras citadas contiene referencias directas al simbolismo de las cartas del Tarot. En la imagen, representación del cuatro, el número del cuadrado, de los elementos y de los humores de la naturaleza humana (colérico, flemático, sanguíneo y melancólico); el hombre sostiene un matraz de alquimista, y le rodea una guirnalda similar a la de El Mundo.

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