En el mundo anglosajón, como había sucedido antes en Francia, las interpretaciones esotéricas del Tarot se tradujeron en la creación de nuevas barajas. Todas ellas, síntesis de diversas influencias culturales, como la egipcia o la india, tienen el mismo origen: la Hermandad del Amanecer Dorado.

En la imagen, el dios hindú Aruna conduce el carro tirado por los cinco caballos del dios del sol Sürya.
El año 1891, el tercero de la fundación de la Golden Dawn, fue nefasto para la Orden. Aquel año falleció William Woodman, alias Magna est Veritas, Magus de la Orden y maestro de Samuel Mathers (conocido con los alias ‘S Rioghail Mo Dhream, y Deo Duce Comite Ferro, así como presunto conde de Mac Gregor). Algunos meses más tarde ocurrió una nueva tragedia: William Westcott, cofundador de la Hermandad, anunció la muerte de Anna Sprengel, la fantasmagórica iniciada alemana que afirmaba ser el enlace con los «Superiores Desconocidos», y que, supuestamente, legó a los adeptos ingleses la tarea de ponerse en contacto directo con los citados líderes secretos. Al año siguiente, Mathers declaró haber establecido contacto con un misterioso Frater Lux et Tenebres, que le atribuyó el papel de guía de la Hermandad y le encargó preparar nuevas ceremonias iniciáticas para los altos grados; desde aquel momento, los rituales de la Golden Dawn se desplazaron progresivamente en dirección a la magia operativa. En estas páginas, y con objeto de dedicar más espacio al tema del Tarot, dejaremos aparte las vicisitudes que llevaron a la disgregación de la Golden Dawn. Para Mathers, que había meditado sobre los escritos de Etteilla, Éliphas Lévi y Paul Christian, las cartas del Tarot no eran sólo un método de adivinación, sino que representaban los restos de un antiguo texto mágico egipcio, el Libro de Thot, que, de acuerdo con las leyendas ocultistas, contenía los secretos del Universo. Dichos secretos se hallaban contenidos en los arcanos mayores, que estaban asociados a las letras del alfabeto hebraico y, por tanto, a sus correspondientes senderos del árbol de la Cábala, cuyas diez sephiroth se reflejaban en los grados de la propia Golden Dawn. Así, cuando un adepto pasaba de grado, se le instruía en el simbolismo de los arcanos mayores que correspondía a la nueva etapa.
LAS ENSEÑANZAS SECRETAS DE LA GOLDEN DAVVN
En el interior de los cuarteles de la Golden Dawn se custodiaba con todo cuidado un importante grupo de manuscritos, llamados flying rolls, es decir, «rollos volantes», compuestos por los diversos adeptos de la Hermandad, como la esposa de Samuel Mathers, Mina, y que se entregaban a los otros miembros para que profundizaran en las distintas ramas de la magia. El propio Mathers era el responsable de la parte más importante de los rollos, así como de pasarlos a todos los que estuvieran al día en el pago de las cuotas. Estos escritos eran, en la práctica, un auténtico curso de estudios de ocultismo y esoterismo, análogo a los que utilizaban los adeptos franceses de la Orden Cabalística de la Rosacruz, pero que hacía especial hincapié en la llamada magia operativa. Los estudios principales se referían a los «rituales del Pentagrama y del Hexagrama»; a los pasos para la construcción y la consagración del Bastón del Adepto y la Espada Ritual; a la composición de la conjunción Rosa+Cruz y los significados correspondientes a los sellos de Ángeles y Espíritus; a los atributos secretos del árbol de la Cábala, el Liber T, un tratado sobre el Tarot del que nos ocuparemos a continuación, y al Libro del Concurso de las Fuerzas, que trata del Tarot y las estrellas. Había también una serie de monografías sobre un sistema de magia relacionado con la Cábala (que en la Hermandad llamaban «magia enoquiana») que comprendía las fórmulas de evocación de los ángeles, la descripción de ciertas entidades ultraterrenas, distinta simbología rosacruciana y gran cantidad de «rollos cifrados», que sólo eran asequibles para aquel que conociera la «lengua de Adán».

Cartel que simboliza el guardián del Templo de Osiris, sede y lugar de iniciación de la Orden del Amanecer Dorado.
LOS CONTENIDOS DEL LIBER T
El Liber T empieza con 20 cartas (numeradas del 1 al 20) correspondientes a los cuatro ases y a las 16 figuras de los cuatro palos, asociadas a los cuatro elementos. Cada as es una «raíz del poder»; así, la raíz del poder del fuego es el as bastos; la del poder del aíre, el as de espadas; la del poder de la tierra, el as de pentáculos, es decir, el de oros, y la raíz del poder del agua es el as de copas. Por su parte, a las figuras de corte se les asignan títulos poéticos como «Señor de las Llamas y del Relámpago» (caballero de bastos), «Princesa de las Llamas Relucientes» (sota de bastos), «Reina de los Tronos del Aire» (reina de espadas), «Princesa de las Colinas Resonantes» (sota de pentáculos), y así sucesivamente. Mathers asoció las cartas numerales del 2 al 10 de cada palo (numeradas del 21 al 56) a los Decanos del Zodíaco, es decir, a los Espíritus que, según la tradición astrológica, rigen los diez grados zodiacales. A cada grado se le asignó el título de «señor» pero con un adjetivo ligado a distintos aspectos de la vida. Así, el nueve de oros es el «Señor de la Ganancia Material»; el siete de copas el «Señor del Éxito Ilusorio», y el dos de espadas, el «Señor de la Paz Restablecida». También los 22 arcanos mayores (numerados del 57 al 79) tomaron nuevos nombres, relacionados con la «potencia mística del Universo». Así, El Loco (57) se llama «El Espíritu del Aethyr»; El Mago (58) es «El Mago del Poder», y La Papisa o Gran Sacerdotisa (59) lleva el nombre de «La Sacerdotisa de la Estrella de Plata».
La Emperatriz (60) fue bautizada como «La Hija de los Poderosos»; El Emperador (61), como «El Hijo de la Mañana» o «Líder entre los Poderosos»; El Hierofante o Papa (62) se llama «El Mago de los Dioses Eternos»; El Enamorado (63) recibe los nombres de «Los Hijos de la Voz Divina» o de «Los Oráculos de los Dioses Poderosos»; El Carro (64) es «El Hijo del Poder del Agua» o «El Señor del Triunfo de la Luz»; La Fuerza (65) es «La Hija de la Espada Llameante» o «El que conduce el León»; El Ermitaño (66) se llama «El Mago de la Voz de la Luz» o «El Profeta de los Dioses»; La Rueda de la Fortuna (67) es «El Señor de la Fuerza de la Vida»; La Justicia (68) recibe varios nombres, como «La Hija de la Señora de la Verdad» o «La Portadora de la Balanza»; El Colgado (69) es «El Espíritu del Agua Poderosa»; La Muerte (70), «El Hijo de los Grandes Transmutadores», y también «El Señor de la Puerta de la Muerte»; La Templanza (71) se denomina «La Hija de los Reconciliadores» y también «La Portadora de Vida», y El Diablo (72) lleva los nombres de «El Señor de la Puerta de la Materia» y «El Hijo de la Fuerza del Tiempo»; La Torre (73) es «El Señor de los Ejércitos de los Poderosos»; La Estrella (74) es «La Hija del Firmamento» y también «La que Habita entre las Aguas»; La Luna (75) también lleva dos nombres: «La Soberana del Flujo y del Reflujo» y «La Hija de los Hijos de los Poderosos». Finalmente, El Sol (76) se denomina «El Señor del Fuego del Mundo»; El Juicio (77), «El Espíritu del Fuego Primigenio», y El Universo, también conocido como El Mundo (79), lleva el nombre de «El de de la Noche del Tiempo».

La Orden del Amanecer Dorado surgió de una hermandad rosacruciana, por lo que adoptó los antiguos símbolos de la rosa y de la cruz entre su iconografía.
De modo similar a la práctica de Éliphas Lévi, Mathers asoció las figuras de los triunfos a las letras del alfabeto hebraico, pero asignó el aleph a El Loco (número 57, antes 0), en lugar de a El Mago (número 58, antes 1); de este modo se modificaron los significados cabalísticos que les atribuyeron los ocultistas franceses.

Algunos arcanos mayores de la baraja Golden Dawn, diseñada por el artista Robert Wang, destacan por su peculiaridad simbólica.
EL TAROT EN LA GOLDEN DAWN
A las definiciones de los nuevos títulos de los arcanos mayores y menores sigue, en el Liber T, una descripción de los 78 símbolos del Tarot, una serie de instrucciones para la adivinación llamada «La Apertura de los arcanos» y, finalmente, una sección de «Reglas tabuladas» que sintetiza los significados adivinatorios de cada una de las cartas. Estas instrucciones no tienen nada que ver con el manual publicado por Mathers en 1888, sino que parecen el resultado de reflexiones más profundas. Cabe preguntarse por la utilidad práctica de estas instrucciones si en aquella época aún no existía una baraja de cartas de Tarot con las características que Mathers señaló. La respuesta no está muy clara. Se sabe que el paso al grado 1 (Zelator, Sephirah 10) preveía el conocimiento de las diez cartas de cada suite del Tarot y su correspondencia con las diez Sephiroth del árbol de la Cábala (punto 14), mientras que la admisión al grado 3 (Practicus, Sephirah 8) preveía la obligación de aprender «la correspondencia de los triunfos del Tarot con el alfabeto hebraico y su analogía con los 32 senderos de Yetzirah» (punto 15).
El examen para el paso al grado 5 (Adeptas Minar, Sephirah 6) obligaba al aspirante a estudiar tres esquemas adivinatorios con las cartas de Tarot, y a ser competente en su utilización; sin embargo, en ningún sitio se menciona qué baraja tenía que emplear el interesado para completar su iniciación. Aun así, no parece que a todos los nuevos Adeptus Minor se les impusiera la obligación de dibujar una baraja personal completa; por el contrario, existe un documento no oficial titulado «Los triunfos del Tarot», que se remonta a 1904 y que fue redactado por Soror Quaestor Lucís, nombre iniciático de la señora Harriet Mille-rDavidson, en el que se habla específicamente de «una baraja de la Orden» a la que se referían los adeptos de la Golden Dawn. Éste es, en realidad, el único documento en el que se describen las figuras de los triunfos, y de él se deducen algunas características absolutamente originales; por ejemplo, refiriéndose a la carta de El Loco (arcano 0), la señora Miller-Davidson hablaba de «un niño desnudo debajo de un rosal cargado de rosas amarillas […). Tiende una mano hacia las rosas y sujeta por el collar a un lobo gris»; respecto a la carta de Los Enamorados (arcano VI), hablaba de «Perseo que salva a Andrómeda del Dragón del miedo y de las aguas del estancamiento».

Arcanos menores de la baraja de la Golden Dawn. El dos de oros incluye el clásico símbolo de la lemniscata, o infinito, y el ocho de espadas, los de la rosa y la cruz.
No se conoce ninguna baraja con estas características que se remonte a la época de la primera Golden Dawn (1888 y 1896), cuando la Orden contaba con 215 afiliados. En efecto, las primeras cartas de Tarot hechas por los ocultistas ingleses (las de Arthur E. Waite y las de Aleister Crowley, militantes de la Hermandad durante un tiempo, aparecieron algunos decenios más tarde. Las cartas del Tarot de la Golden Dawn no se editaron oficialmente hasta 1978. Su artífice fue Robert Wang, un artista miembro de una rama de la Hermandad de la Golden Dawn afincada en Estados Unidos, que diseñó y pintó las 78 cartas de la baraja de Tarot. La obra de Wang fue supervisada por Israel Regardie (1907-1985), autor de The Golden Dawn (1937-1940), una obra en cuatro volúmenes que describe con todo detalle la mayor parte de los rituales y las enseñanzas preconizadas por la Orden del Amanecer Dorado, incluido el mencionado documento no oficial de la señora Miller-Davidson. Como conclusión a este capítulo, vale la pena señalar la existencia de una baraja titulada Tarocchi dell ‘Alba Dorata, cuyo contenido, sin embargo, tiene muy poco que ver con las ideas de la hermandad británica. De hecho, sólo las figuras «de corte» se inspiran en los documentos de la Golden Dawn, pero las cartas restantes, tanto las numerales como los arcanos mayores, pertenecen al género fantasy. En próximos capítulos estudiaremos algunas interesantes barajas concebidas por los adeptos más famosos de la primera Golden Dawn; algunos de ellos llegarían a ser personajes sumamente polémicos.