
El nombre con el que María Magdalena fue conocida y ha sido recordada hasta hoy contiene una información preciosa: nos recuerda que era originaria de una ciudad llamada Magdala.
Hasta hace poco, este dato no era muy importante, porque dicha ciudad permanecía enterrada y no sabíamos en qué medida era fiable lo que dice sobre ella el historiador judío Flavio Josefo. Sin embargo, gracias al intenso trabajo llevado a cabo en los últimos años por diversos equipos de arqueólogos, hoy conocemos muchas cosas sobre dicha ciudad y podemos valorar lo que dice sobre ella Flavio Josefo. Las excavaciones de Magdala nos han proporcionado así un escenario para situar la figura de aquella discípula de Jesús.
Magdala desempeñó un papel crucial. Políticamente, era el centro administrativo que controlaba el entorno rural y, de hecho, fue siempre la capital administrativa de la región. Económicamente, la ciudad fue pensada como un gran centro industrial y comercial.

El mestizaje cultural y social de Magdala tiene que ver con la actividad comercial que se desarrollaba en ella. Testigo privilegiado de esta actividad es el imponente malecón de más de trescientos metros que se extendía a lo largo de la orilla del lago