
Por Tomas Spidlik
Hacia fines del siglo XIX y principios del XX, la fijación de la piedad en el nombre de Jesús condujo a algunos, monjes rusos del Monte Athos a evidentes exageraciones, Los onomálatras («adoradores del nombre») afirmaban que el nombre de Jesús expresaba la esencia divina o era la misma Divinidad.
En 1913, condenados por el patriarca de Constantinopla y por el Sínodo ruso, más de mil monjes rusos volvieron a su patria, donde, sin embargo, no tardaron en someterse…..