ACEITES ESENCIALES

ES POSIBLE QUE EL TESORO MÁS PRECIADO DE UNA PLANTA SEA SU ACEITE ESENCIAL, UNA SUSTANCIA AROMÁTICA GENERADA POR LA PROPIA PLANTA CON FABULOSOS EFECTOS SOBRE NUESTRA SALUD Y BIENESTAR. A CONTINUACIÓN DESCUBRIMOS SUS CLAVES.
Los aceites esenciales, que paradójicamente no son aceites propiamente dichos, se usan desde hace milenios y están en el origen de la medicina y de la farmacopea actual.
Los principios activos que los integran, fabricados por la planta para facilitar su polinización o bien para defenderse de enfermedades y del ataque de insectos, son verdaderos aliados para nuestra salud, un recurso complementario capaz de aliviar dolores e inflamaciones, cooperar en la regeneración de tejidos y en la lucha contra infecciones, allanar nuestro camino para resolver problemas de estrés, ansiedad e insomnio, o bien facilitar estados de mayor atención y rendimiento cognitivo. La Editorial Sirio acaba de publicar uno de los manuales más completos en habla hispana sobre el tema, Aceites esenciales de la A a la Z, elaborado por Althea Press.
En sus páginas se analizan un total de 75 variedades aportando las referencias científicas que avalan su utilidad en trastornos concretos, aportando consejos útiles para elegirlos con calidad y usarlos con seguridad, especialmente en embarazadas, niños, personas mayores o pacientes oncológicos, así como información clave sobre métodos de extracción, conservación y combinaciones más idóneas.

Están referenciadas unas 200 dolencias, así como los aceites y métodos de aplicación más apropiados para cada una de ellas, que pueden ir desde la inhalación directa a la dispersión, pasando por el masaje, geles o las compresas en frío. Cada situación requerirá un procedimiento concreto, aunque como orientación apuntamos algunas dolencias comunes y sus aceites esenciales indicados:
Acné: geranio, lavanda y árbol del té. Ampollas: lavanda, mirra y árbol del té.
Ansiedad: valeriana y mejorana. Artritis: hinojo, ciprés, enebro y mental fuerte.
Bronquitis: lavanda y eucalipto.
Candidiasis: árbol del té y mirra.
Ciática: bergamota, romero y menta
Cicatrización: helicriso e hisopo.
Cólicos: jengibre y eneldo.
Congestión nasal. Alcanfor y eucalipto.
Cuero cabelludo graso: cedro, pomelo y limón.
Cuidados dentales: clavo y menta fuerte.
Depresión: salvia esclarea y jazmín.
Disfunción eréctil: jazmín y pachulí
Dolor de cabeza: cálamo, limón, menta fuerte, incienso y lavanda.
Dolores musculares tomillo, pino y lavanda.
Baja energía: menta fuerte, romero, limón y pomelo.
Estrés: pimienta de Jamaica, salvia esclarea y tangerina.
Foliculitis: lavanda e ylangylang.
Gingivitis: clavo y mirra.
Gripe: árbol del té, lavanda, limón y eucalipto.
Hemorroides: helicriso, geranio y limón.
Indigestión: anís.
Infección de orina: bergamota y cedro.
Inflamación: albahaca y tomillo.
Insomnio: neroli, nardo, lavanda y petitgrain o naranja amarga.
Lucidez mental: romero, limón y tangerina.
Picaduras: árbol del, lavanda, menta fuerte, albahaca y camomila.
Síndrome premenstrual: salvia, hierba de limón, incienso y melisa.