EL IMPACTO GLOBAL CAUSADO POR LOS EFECTOS DEL CORONAVIRUS Y EL CONFINAMIENTO IMPUESTO Y NECESARIO, ESTÁN PROVOCANDO CUADROS DE MIEDO, ESTRÉS Y ANSIEDAD EN MUCHOS MILLONES DE PERSONAS. SIN EMBARGO, EXISTEN FÓRMULAS PARA PALIAR ESAS CONSECUENCIAS, SOBRE TODO CUANDO REGRESE LA NORMALIDAD.

Estas líneas se escriben en el duro contexto que a escala planetaria estamos viviendo como consecuencia de la pandemia por COVID-19. Es posible que para cuando vean la luz, el azote directo se haya atenuado de manera notable, pero nadie duda de que su poliédrico impacto perdurará durante muchísimo tiempo. Sus secuelas se sentirán a muchos niveles: socioeconómico, laboral, educativo, religioso, sanitario, político… condicionando nuestras relaciones sociales y familiares en un marco de prioridades renovado.

Nadie duda ya de que habrá un antes y un después, con diferentes niveles de lectura e intensidad en la transformación global que se está gestando. Y todo ello en paralelo, y posiblemente en comunión en algunos casos, con procesos de cambio individual en los que nuestras fortalezas y debilidades pujarán por coger las riendas de nuestro comportamiento en lo inmediato y en lo futuro.

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