
Existe cierta polémica en torno a si los videojuegos son beneficiosos o no en niños y adolescentes.
Hay autores que opinan que estimulan la creatividad y mejoran los reflejos, aunque depende mucho del tipo de videojuego y de las horas invertidas.
Un estudio desarrollado en Madrid por el Hospital Infantil Universitario Niño Jesús y el Centro Superior de Estudios Universitarios La Salle ha concluido que los videojuegos pueden convertirse en una herramienta terapéutica que podría aumentar la adherencia al tratamiento y la participación social de niños con parálisis cerebral severa.
Eso sí, los investigadores de dicho estudio hacen referencia a la importancia de introducir constantemente nuevos videojuegos, a fin de mantener la motivación del niño.
Por otro lado, un macro-estudio realizado por el Hospital General de Massachusetts de Boston y la Universidad Oberta de Catalunya, basado en 116 estudios científicos, concluye que jugar a los videojuegos cambia la estructura de nuestro cerebro y mejora nuestra atención sostenida y selectiva, además de las habilidades espaciales. Según el estudio, los jugones son más rápidos a la hora de concentrarse en tareas laboriosas, Está claro que beneficios existen, siempre y cuando no se llegue a desarrollar una adicción hacia los videojuegos.