
Cedrón o Quidrón quiere decir, en hebreo, «turbio», «tenebroso», «oscuro». No en vano, se trata de un valle sagrado y maldito a partes iguales. Formado por templos, colinas y cementerios, tanto judíos como cristianos y musulmanes están convencidos de que será allí mismo, y no en ningún otro lugar, donde habrá de celebrarse el Juicio Final.