Así como la parte «salina» está en relación con la Emperatriz, la parte «sulfúrea» lo está con El Emperador, pero conserva su propia cualidad de Azufre, que arde en el centro de todos los seres, masculinos y femeninos. Su irradiación se traduce en calor vital, que desaparece cuando el Azufre se apaga, al final de la vida.
El Realizador Universal, o Azufre de los Sabios, es un principio elevado, un fuego formador que representa la potencial conjunción con una energía de signo opuesto, acuático y receptivo.
LA CREATIVIDAD MASCULINA
El Emperador muestra los mismos emblemas vitales de la Emperatriz (águila, el componente creativo, y cetro, el nutritivo), cuya polaridad complementa al arcano precedente. En otras palabras, La Emperatriz proporciona el cuerpo en el que crece la vida y en el que se alimenta; El Emperador proporciona un «componente» indispensable para la fecundación y, desde el exterior, el sustento para la vida ya generada.
Hay otra distinción fundamental: El Emperador es inteligencia racional, padre de las cosas físicas generadoras de los objetos tangibles, y guía material que lleva la razón a transformar los arquetipos en formas visibles. Pero este Señor de la Materia es estéril sin La Emperatriz, soberana de las ideas, lo que sugiere que sin imaginación es imposible la creación.
LOS RIESGOS DEL EGOCENTRISMO
¿Qué utilidad obtiene el alquimista de este conocimiento? También en este caso vale el principio de la conciencia de todas las acciones, pero es necesario subrayar otros aspectos importantes. Puesto que una de las acciones fecundadoras de El Emperador lleva a producir cosas materiales, uno de sus efectos principales es el apego a las cosas producidas, casi como si fueran parte integrante de él mismo. Y este apego impide al fuego seguir expandiéndose: el deseo directo del mundo material, incluso del mundo arquetípico, niega la posibilidad de crear nuevas formas; finalmente, la energía interior, carente de salida al exterior, se comprime y consume la parte acuática del ser.
De ese modo, podrá retirarse el velo del templo y penetrar en la noche Interior, en la que el espíritu tiene la capacidad de elevarse a una dimensión superior, representada por los niveles de la tiara; una vez allí, el espíritu será sometido a nuevas pruebas que, si logra superar, le llevarán a conocer más profundamente su propia unión íntima con el Cosmos tanto visible como invisible.
SIMBOLOGÍA BÁSICA
Otros nombres: El Realizador Universal.
Sustancias místicas asociadas: Azufre de los sabios.
Fase operativa: Cuarta.
Carácter del ritual: Concentración racional.
Efecto de la operación: Creación material.
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