Se ha dicho que la Materia Prima está compuesta por tres principios: Sal (cuerpo), Azufre (alma) y Mercurio (espíritu). La parte «salina», aun teniendo su propia especificidad, está en relación con el Agua Celeste, es decir, el principio fecundador representado por esta angélica soberana.
Ella es la inteligencia creadora que tiene sus raíces en el «depósito de la memoria cósmica»; es madre de las formas físicas, generatriz de las imágenes y de las ideas, guía espiritual que lleva la razón a conocer los arquetipos de la creación, al «depósito» del que tiene origen todas las cosas.
LOS MISTERIOS DEL AGUA CELESTE
EI Agua Celeste puede también ser designada como materialización de un deseo, ya que representa la procreación de los seres, la invención de las formas, el descubrimiento de los conceptos. ¿Cómo sucede este milagro? Esta pregunta no tiene respuesta, porque coincide con el misterio de la vida. Partiendo de un mismo nivel de ignorancia, sin embargo, la diferencia entre el individuo corriente y el alquimista está en la conciencia de las acciones que conducen al momento creativo.
La síntesis de la creación alquimista (sea esa de naturaleza material, intelectual o espiritual) está expresada así en la Tabla de Esmeralda: «Como todas las cosas fueron provocadas por la contemplación de una, así todas las cosas surgieron de esta cosa única por un único acto de adaptación. El padre de aquella cosa es el Sol, la madre, la Luna. El viento la lleva en su seno y la Tierra es su nodriza».
EL PROCESO CREATIVO
La Emperatriz es la madre, componente femenino de cualquier acción; el Emperador es el padre, componente masculino; el viento es el águila, componente creativo que desciende en la materia; la Tierra es el cetro, componente nutritivo que se alimenta de la misma materia. Es evidente que esta figura es estéril sin su contrapartida masculina, «sulfúrea». El alquimista, por ello, en toda acción, en cualquier aspecto de la vida y también en cualquier parte de sí mismo, reconoce los elementos masculinos y femeninos que se adaptan uno a otro para dar vida a esa «cosa» (un hijo, un descubrimiento científico) que tiene su razón de ser en el mundo sublime e inmutable de los arquetipos. Pero, en realidad, este largo y cotidiano trabajo de alcanzar el conocimiento de sí mismo empieza en la condición de ignorancia representada por el arcano 0, es decir, El Loco.
SIMBOLOGÍA BÁSICA
Otros nombres: El Agua Celeste.
Sustancias místicas asociadas: Sal.
Fase operativa: Tercera.
Carácter del ritual: Análisis de los deseos.
Efecto de la operación: Memoria y capacidad inventiva.
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